Matutina para Mujeres
Lunes 3 de Noviembre de 2025
"Al final del camino"
«No te inquietes a causa de los malvados ni tengas envidia de los que hacen lo malo. Pues como la hierba, pronto se desvanecen;
como las flores de primavera, pronto se marchitan» (Salmos 37:1, 2).
En la cabeza del rey no había respuesta para la pregunta: «¿Por qué prosperan los malos?». Toda su vida había sufrido persecución y envidias; había sido testigo de las injusticias de los hombres y constantemente veía
cómo estos prosperaban. Quizás, en más de una ocasión, esa cuestión también ha pasado por tu mente. Sin embargo, casi al final de su existencia, en los años de su vejez (Salmos 37:25), Dios le da la respuesta que podemos leer en todo el Salmo 37.
Buenos y malos, justos y pecadores, todos por igual pasamos pruebas y momentos de dolor en esta vida. La diferencia radica en el fin de la prueba. Mientras los justos salen refinados como el oro, la senda de los malos perece. La diferencia está al final del camino; la senda por la cual cada uno ha transitado no lleva al mismo destino.
Las mismas aguas que ahogaron al ejército de faraón, fueron las mismas que hicieron valla para dejar pasar al pueblo de Israel por en medio del mar. El mismo fuego que mató a los soldados de Nabucodonosor, fue el mismo que acarició la piel de los tres hebreos mientras paseaban en medio de él. Los mismos leones que devoraron a los hombres acusadores de Daniel, fueron los mismos que pasearon una noche alrededor de él.
¿Te das cuenta? Los malvados pueden parecer triunfar por un momento, pero, al final del camino, la justicia del Señor los alcanzará. No nos corresponde a nosotros decidir el fin de los malos. No obstante, Dios ya tiene preparado el pago para ellos. No como un acto de venganza, sino como cosecha de lo que ellos mismos sembraron.
El verso 5 hace una invitación: «Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará». El pueblo de Israel avanzó por en medio del mar por fe; los tres hebreos avanzaron hacia el horno de fuego por fe; Daniel caminó hacia el foso de los leones por fe. Todos ellos confiaron al Señor su camino, dejaron que él se encargara de todo y así lo hizo. La buena noticia es que, si permaneces del lado de la justicia divina, Dios se encargará del final de tu camino.
Matutina para Mujeres
Domingo 2 de Noviembre de 2025
"¡Acéptalo y olvida!"
» Y si tú me sigues y obedeces mis decretos y mis mandatos como lo hizo tu padre David, también te daré una larga vida» (1 Reyes 3:14).
«No me puedo perdonar» es la respuesta constante de jovencitas que escriben en busca de ayuda. La culpa carcome sus emociones y abre un hueco en sus corazones por donde se cuela la alegría y la chispa de vivir. La falta cometida en el pasado las persigue en la silueta de su sombra y, cada vez que se miran al espejo, solo pueden ver la indignidad que el pecado les produjo. Han orado muchas veces pidiendo perdón; y el problema es que ellas mismas «no pueden perdonarse».
Cierto día, el rey David oró a Dios: «No te acuerdes de los pecados de rebeldía durante mi juventud. Acuérdate de mí a la luz de tu amor inagotable, porque tú eres misericordioso, oh Señor» (Salmos 25:7). El pecado de David fue la codicia, el adulterio, el engaño, el homicidio y la traición (2 Samuel 11). Su rebeldía tuvo lugar cuando mandó a censar al pueblo, a pesar de que Dios no había dado la orden (2 Samuel 24). ¿Te das cuenta de lo terrible de sus pecados? No obstante, tras la muerte de David, cuando Salomón asume el trono, Dios le dice: (vuelve a leer el versículo de hoy).
¡Vaya! Parece que Dios sufrió un lapso de amnesia. ¿Se le olvidó acaso lo trágico que resultaron los actos de David? Ciertamente no. Sin embargo, cuando le pedimos perdón, él promete no volvernos a recordar ni reprochar la falta. Y eso fue exactamente lo que hizo con su escogido. Por su parte, David también decidió no reprocharse por los errores pasados. Borrón y cuenta nueva fue lo que hizo y, en consecuencia, pudo llevar una vida recta y justa delante de Dios.
¿Por qué sigues llorando y lamentando por el pasado? No puedes permitir que esto frene tu carrera. No puedes permitir que la culpa por los pecados pasados te impida llegar a la casa del Padre, en la patria celestial. Acepta hoy el perdón de Dios y olvídate de tu pecado. El único interesado en recordártelo es Satanás. «Cuando Satanás te recuerde tu pasado, recuérdale su futuro». La buena noticia es que hoy mismo antes de salir a tus labores, puedes salir sin ese peso que llevas a cuestas. En este justo momento dobla tus rodillas y dilo por última vez. Dios y tú comenzarán de nuevo.
Matutina para Mujeres
Sábado 1 de Noviembre de 2025
"Falta una pala"
«Tú, Señor, diste forma a mis entrañas; tú me formaste en el vientre de mi madre» (Salmos 139:13, RVC).
Cuenta Ernest Gordon en «Milagro en el río Kwai», que cierto día a los soldados escoceses les hizo falta una pala en el conteo de herramientas. Airado el guardia japonés, les apuntó con su arma y amenazó con matarlos a todos si no encontraban la pala. Uno de los soldados escoceses, al ver el trágico fin que les esperaba, dio un paso al frente. El oficial dejó a un lado su arma y golpeó al escocés con una pala hasta matarlo. Cuando se hizo un nuevo recuento de las herramientas, se dieron cuenta que estaban completas; la primera vez habían contado mal. Un mal conteo terminó con la vida de un hombre inocente.
Muchos sueños mueren en las mentes de no pocas mujeres porque no encontraron «una pala». Muchas no logran encontrar la belleza de sus virtudes y asesinan a su autoestima. Lo más trágico es que lo que no encontraron, siempre estuvo ahí. No hacía falta, solo era cuestión de concentrarse y hallar esa sonrisa bonita, esa voz amable, esos ojos radiantes y tantas cualidades que, como mujeres, en ocasiones, damos por perdidas. Tengo una amiga que si alguien le dice que tiene una bonita sonrisa, ella responde:
—Mi sonrisa es fea.
A ella no le gusta mucho hablar por teléfono porque piensa que su voz es fea. Cierto día, mientras sosteníamos una conversación e hizo mención negativa de su persona, le dije:
—Te prohíbo que vuelvas a decir que lo que hay en ti es feo.
¿Qué cualidades hay en ti que no estás valorando? Así como es tu nariz, es linda; como es tu sonrisa, es linda; grandes o pequeños, claros u oscuros, tus ojos son lindos; lacio, rizado o esponjado, tu cabello es lindo. Blanca o morena, tu piel es linda. Tú eres linda, no hace falta «ninguna pala». Tu belleza es completa porque ese es el molde que Dios usó contigo cuando te formó en el vientre de tu madre y eso te hace única e irrepetible. Concéntrate en lo que eres, en lo que tienes y, con acción de gracias, haz una lista de tus virtudes y cualidades; toma un lápiz o pluma y anótalas. Te sorprenderás de cuántas «palas», que creías perdidas, encuentras dentro de ti.
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Viernes 31 de Octubre de 2025
"Más advertencias"
«Si te niegas a escuchar al Señor tu Dios y no obedeces los mandatos
y los decretos que te entrego hoy, caerán sobre ti las siguientes maldiciones y te abrumarán» (Deuteronomio 28:15).
Sigamos escudriñando Deuteronomio 28 para reafirmar en nuestro corazón que la obediencia a las leyes divinas es lo mejor para nuestras vidas.
Advertencia de Deuteronomio 28:52:»Atacarán tus ciudades hasta derribar todas las murallas fortificadas de tu territorio, esos muros en los que confiabas para protegerte. Atacarán todas las ciudades de la tierra que el Señor tu Dios te ha dado». Advertencia cumplida. ¿Recuerdas por qué Nehemías estaba triste delante del rey?
¡Claro! Porque le habían dicho que los muros de Jerusalén seguían en ruinas (Nehemías 1:3). Pero, ¿cuándo sucedió esto? Muchos años antes, cuando fueron llevados cautivos. «Luego su ejército quemó el templo de Dios, derribó las murallas de Jerusalén, incendió todos los palacios y destruyó por completo todo lo que había de valor» (2 Crónicas 36:19).
Advertencia de Deuteronomio 28:53: «El estado de sitio y la terrible aflicción del ataque enemigo serán tan insoportables que terminarás comiéndote la carne de tus propios hijos e hijas, aquellos que el Señor tu Dios te dio». Advertencia cumplida. ¿Te parece aterradora la idea de comerte a tus propios hijos? Pues el pueblo elegido lo hizo. Durante el sitio de Samaria se registra la horripilante acción de dos mujeres que hicieron un
trato debido a la desesperación del hambre. Dios en su misericordia les había dado reglas y advertencias para que no llegaran a ese punto de vileza, y no obedecieron. «El rey le preguntó: ‘¿Qué te pasa?’
Ella contestó:
‘Esta mujer me dijo: «Mira, comámonos a tu hijo hoy y mañana nos comeremos al mío». Entonces cocinamos a mi hijo y nos lo comimos. Al día siguiente, yo le dije: «Mata a tu hijo para que nos lo comamos», pero ella lo había escondido’ » (2 Reyes 6:28, 29).
Sabiendo que Dios cumple su promesa, ¿habremos de arriesgarnos a desobedecerle? La misma Escritura afirma: «Este mandato que te entrego hoy no es demasiado difícil para ti ni está fuera de tu alcance» (Deuteronomio 30:11). Cuando estamos convencidos del amor de Dios y correspondemos a ese amor, automáticamente le obedecemos por amor y no por miedo a las consecuencias. El pueblo actual de Dios también está advertido respecto a la senda final de los malos. La buena noticia es que, como en el pasado, el Señor no abandonará a su pueblo. Hoy sigue llamando, esperando y perdonando a sus hijos que de corazón le buscan.
Matutina para Mujeres
Jueves 30 de Octubre de 2025
"Vale la pena obedecer"
«Si obedeces al Señor tu Dios en todo y cumples cuidadosamente sus mandatos que te entrego hoy, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las demás naciones del mundo» (Deuteronomio 28:1).
«El que avisa no traiciona», dice un antiguo refrán de origen desconocido. Al salir Israel de Egipto, Dios les dio leyes precisas que debían seguir si querían tener siempre la bendición de Dios en sus vidas. Durante su esclavitud habían aprendido costumbres que no agradaban a Dios y, por tal motivo, él les dio a conocer su voluntad, que de no cumplirse, traería graves consecuencias (leer Deuteronomio 28).
Advertencia de Deuteronomio 28:33 y 51:»Una nación extranjera y totalmente desconocida se comerá las cosechas por las que tanto trabajaste. Sufrirás una opresión constante y un trato cruel». «Sus ejércitos devorarán tus animales y tus cultivos, y tú quedarás destruido. No dejarán ninguna clase de grano, ni vino nuevo, ni aceite de oliva, ni terneros, ni corderos, y te morirás de hambre». Advertencia cumplida. ¿Recuerdas qué estaba haciendo Gedeón cuando el ángel del Señor se le apareció? ¡Claro! Estaba escondido en el lugar donde se pisa la uva, sacudiendo un poco de trigo para que los madianitas no lo descubrieran. «Los israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor. Entonces el Señor los entregó a los madianitas durante siete años» (Jueces 6:1). «Así que Israel se moría de hambre en manos de los madianitas. Entonces los israelitas clamaron al Señor por ayuda» (Jueces 6:6).
Advertencia de Deuteronomio 28:36:»El Señor te desterrará junto con tu rey, te hará vivir en una nación que ni tú ni tus antepasados conocían. Allí, en el destierro, ¡rendirás culto a dioses de madera y de piedra!». ¿Te acuerdas qué hacían Daniel y sus amigos en Babilonia? Claramente no estaban de viaje. «En el año tercero del reinado de Joacín, rey de Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia vino a Jerusalén y la sitió. Y el Señor permitió que el rey Joacín cayera en manos de Nabucodonosor, y que éste se llevara buena parte de los utensilios del templo de Dios al templo de su dios en Babilonia, y que los depositara en el tesoro del templo
de su dios. Además, el rey Nabocodonosor dio órdenes a Aspenaz, jefe de sus eunucos, de que se llevara a algunos israelitas pertenecientes a la familia real» (Daniel 1:1-3, RVC).
Cuando el Señor nos advierte sobre una prohibición es porque su amor nos está queriendo librar de la desdicha. La buena noticia es que obedecer a Dios, siempre trae los mejores resultados.
Continuará…
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Miércoles 29 de Octubre de 2025
"Cerco protector"
«Para defender a los que temen al Señor,
su ángel acampa alrededor de ellos» (Salmos 34:7, RVC).
Jorge y Luis llegaron aquella noche a su lugar de trabajo como todos los días. Ellos eran actores de una conocida televisora mexicana. Habían aprendido el guión que debían grabar sobre el puente y se dispusieron a comenzar la grabación. El director dio la señal para comenzar y la cinta corrió. Jorge y Luis caminaron sobre el puente en una escena de bajo riesgo. Sin embargo, por alguna razón, explican sus compañeros de grabación, Luis tropezó o resbaló. Guíado por su instinto de supervivencia, se aferró a Jorge jalándolo hacia el vacío de cinco metros. Ambos murieron. «No había un cerco de protección en el puente», afirman los testigos.
¿Cuán importante es que tengamos un cerco protector en nuestras vidas? Tan importante como lo era para
la escena de Jorge y Luis. En nuestro andar cristiano constantemente el enemigo está poniendo pruebas en el camino para que tropecemos y caigamos. A medida que se acerca la venida del Señor, Satanás redobla esfuerzos para que los que han sido redimidos en la cruz, pierdan su derecho de entrada al Cielo. Al respecto, escribe Elena de White: «Pero si hacemos todo lo que podemos de nuestra parte con el fin de estar listos para el conflicto que nos espera, Dios hará su parte y su brazo todopoderoso nos protegerá. Él enviaría lo más pronto posible a todos los ángeles de la gloria para socorrer a las almas fieles, para poner una valla alrededor de ellas, antes que sean engañadas y extraviadas por medio de los prodigios mentirosos de Satanás».
Eso es todo lo que necesitamos en la vida diaria: la compañía del ángel del Señor. La presencia de Dios es para el cristiano un cerco protector que no permitirá que caigamos al vacío del pecado donde solo hay dolor y muerte. Las consecuencias de no poner un cerco espiritual en nuestra vida son desastrosas; y al igual que Jorge, no caemos solos. El pecado arrastra al sufrimiento a los más cercanos. Toda la familia sufre las consecuencias de la mala decisión de uno de sus integrantes.
La buena noticia es que solo basta con pedirlo cada mañana, cada instante y Dios enviará a sus ángeles para hacer un cerco protector y preservar nuestra vida en medio de la tentación y la prueba. Podemos resbalar, más no caeremos al vacío.
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Martes 28 de Octubre de 2025
"Ora por tu esposo"
«Ella contestó: ‘Concédeme otro regalo. Ya me regalaste tierras en el Neguev; ahora te ruego que también me des manantiales’. Entonces Caleb le entregó tanto los manantiales de la parte alta como los de la parte baja» (Josué 15:19).
El trofeo al campeón no era en oro, plata o tierras. El premio para el hombre más valiente era una doncella. Fue así como Acsa fue dada a Otoniel como esposa. Después de haber recibido las tierras del Neguev como regalo de bodas, Otoniel instó a su esposa para que pidiera tierras con fuentes de agua. Acsa ya se encontraba acomodada en su asiento sobre el asno y decidió que debía pedir a su padre lo dicho por su esposo. De esta manera, Caleb concedió a su hija la petición de su yerno.
Generalmente las esposas nos esmeramos en hacer comida, en tener lista la ropa, en aportar para la economía familiar (si se trabaja fuera de casa), pero muy poco se dedica tiempo a doblar las rodillas para pedir exclusivamente por el cónyuge. Orar por tu esposo es el mejor regalo que le puedes hacer. Ora por sus sueños, por sus decisiones, por sus temores, por sus problemas, por su espiritualidad, por sus defectos, por su paternidad, por sus tentaciones, ora pidiendo más amor por él. Te sorprenderás de los resultados que se obtienen al orar por tu esposo.
Muchos de los problemas matrimoniales que se viven a diario se evitarían tan solo si la esposa orara más por su esposo. Los matrimonios no deberían solo «sobrellevarse»; ese no es el objetivo de la familia que Dios creó en el Edén. Ser una sola carne es el fin primordial del matrimonio y únicamente por medio de la oración sistemática puede lograrse tal conexión espiritual.
En ocasiones, cuando el matrimonio va mal, no queremos orar por el cónyuge. No obstante, es primordial que, como Acsa, nos bajemos del «asna del dolor», «del asna del orgullo» donde nos hemos acomodado, y pidamos a Dios por nuestro esposo. «Hay demasiado poca oración, escasea una real convicción de pecado, y la falta de una fe viviente deja a muchos destituidos de la gracia tan abundantemente provista por nuestro Redentor».
La buena noticia es que nuestro Padre celestial está dispuesto a concedernos los manantiales de bendiciones que pidamos en beneficio de ese hombre que elegimos como compañero de vida. Oremos más.
Matutina para Mujeres
Lunes 27 de Octubre de 2025
"Deja de dar vueltas"
«De allí partimos en dirección al desierto, por el camino del Mar Rojo, tal y como el Señor me lo había dicho, y durante mucho tiempo rodeamos el monte de Seir» (Deuteronomio 2:1, RVC).
Se dice que la distancia aproximada entre Egipto y Canaán es de 400 kilómetros en línea recta. Lo que pudo haber significado una caminata de un mes para llegar al destino. No obstante, el comportamiento reincidente al pecado del pueblo de Israel, hizo que la entrada a la tierra prometida se convirtiera en 40 años dando vueltas en el desierto. Lo peor es que ni siquiera pudo ser una realidad, pues murieron en el camino; solo unos pocos de ellos entraron.
Dar vueltas significa querer hacer las cosas a nuestra manera y esperar un resultado favorable. Dar vueltas es posponer nuestra llegada a las bendiciones que Dios tiene preparadas para nosotros. Muchos dan vueltas alrededor de las deudas y son infieles en la parte que a Dios corresponde. Alegan que su economía es tan miserable que no alcanza para lo esencial. Si dejaran de dar vueltas en sus propios caminos y dieran a Dios el primer lugar y la parte que le corresponde, verían como las ventanas de los cielos se abren en bendiciones (Malaquías 3:10).
Muchos padres dan vueltas en torno al mal comportamiento de sus hijos. Pagan escuelas que les parecen las mejores en nivel educativo, les proveen de lo que «necesitan», y con todo tienen hijos rebeldes y malagradecidos. Si pusieran a Dios en primer lugar e hicieran su sacrificio matutino y vespertino del culto familiar, si se dieran ellos mismos en tiempo, amor y comprensión en lugar de asuntos materiales, con la
ayuda de Dios ablandarían el carácter de sus hijos.
El Señor está dispuesto a darnos la tierra prometida en cuanto hayamos aprendido la lección de no hacer las cosas a nuestra manera. Tenemos que aprender a no cometer los mismos errores del pasado y dejar que el Señor nos guíe. Sus indicaciones son claras y precisas. Si ya intentaste cruzar tu desierto a tu manera y estás a punto de renunciar, la buena noticia es que, cualquiera que sea el problema, tú puedes dejar hoy mismo de dar vueltas en tu desierto. Detente y pide la dirección del Señor. El te indicará el camino más corto hacia la felicidad, hacia la bendición, hacia tu tierra prometida.
Matutina para Mujeres
Domingo 26 de Octubre de 2025
"Autosuficiencia y malicia"
«No se les ocurra pensar: ‘Toda esta riqueza la hemos ganado con nuestro propio esfuerzo’ » (Deuteronomio
8:17).
Cierto día, Don Autosuficiencia fue a buscar a su cónyuge entre personas que no debía. En una reunión social, vio de lejos a Doña Malicia. Fue amor a primera vista, o por lo menos por su parte, porque Doña
Malicia»nunca se enamoró de él. Ella era tan atractiva y prometedora. Sus palabras sigilosas se colaron hasta lo más profundo del corazón de Don Autosuficiencia y sus besos lo embriagaron al grado de embotarle el pensamiento. Debido a que Don Autosuficiencia no escuchaba consejos de sus padres ni de nadie que quisiera ayudarlo, cayó muy pronto en las mentiras de Doña Malicia. El enlace entre Autosuficiencia y Malicia,
engendró tres hijos: Dolor, Humillación»y Muerte. Si vuelves a leer el relato y sustituyes los nombres por los de Sansón y Dalila, la historia toma sentido. Los nombres de sus hijos no necesitan ser sustituidos pues es lo que realmente resultó de aquel noviazgo.
Cuando los hijos de Dios hacen suya la gloria de la misión que les ha sido encomendada y dicen: «Mi poder y la fuerza de mi brazo me han hecho ganar…», en ese mismo instante pierden la fuerza y la protección del Espíritu Santo. Sansón hizo tratos con el enemigo de Dios y pensó que por su fuerza saldría siempre invicto.
La cuarta vez que jugó con su autosuficiencia, comprobó que nada era por su propia fuerza. Dalila gritó que los filisteos estaban sobre él; «y cuando Sansón despertó, creyó que podría escapar como en otras ocasiones, pero no sabía que el Señor ya se había apartado de él» (Jueces 16:20, RVC).
¿Tienes el don del canto y sabes que lo haces bien? Da gloria a Dios. ¿Eres la mejor en tu área de trabajo y tu jefe lo sabe? Da gloria a Dios. ¿Eres una gran predicadora? Da gloria a Dios. ¿Tus programas en la iglesia: escuela sabática, ministerios de la mujer, ministerio infantil, entre otros, son los mejores y la hermandad lo reconoce? Da gloria a Dios. Porque si hay algo bueno dentro de nosotras es únicamente por el poder de Dios que está actuando. El enemigo tiene malicia por naturaleza. No hagamos tratos con él creyendo que saldremos victoriosas por nuestras fuerzas. Dependamos siempre de Dios con toda humildad y demos gloria a él por nuestros triunfos.
Matutina para Mujeres
Sábado 25 de Octubre de 2025
"Sacrificios que no cuestan…"
«Pero el rey respondió: ‘Te lo agradezco, pero tengo que comprártelo todo pagándote lo que vale, pues no presentaré al Señor mi Dios holocaustos que no me hayan costado nada’. De esta manera David compró aquel lugar y los toros por cincuenta monedas de plata» (2 Samuel 24:24, DHH).
Delante del rey David se presentaban tres opciones de castigo. Nuevamente, el orgullo de sentir que había hecho una gran nación lo llevó a la necedad de censar al pueblo y la ira de Dios se encendió sobre él. Como resultado vinieron tres días de mortandad sobre el pueblo. Setenta mil hombres habían muerto cuando la misericordia de Dios se hizo manifiesta y se arrepintió del mal que había hecho caer sobre Israel (2 Samuel
24:15, 16). Después de reconocer su pecado, al rey le fue dada la indicación de que debía levantar un altar para el sacrificio para que la plaga cesara. Y así lo hizo. El texto de hoy deja claro que David no quiso recibir el terreno y los animales como un regalo, sino que estuvo dispuesto a pagar el precio justo. «No presentaré al Señor mi Dios holocaustos que no me hayan costado nada». ¡Qué declaración!
Con la muerte de Jesús como sacrificio expiatorio de toda la raza humana, terminaron todos los ritos ceremoniales que incluían la muerte de los animales. Y aunque queda claro que la salvación es por gracia y no por obras para que nadie se gloríe (Efesios 2:9), es fundamental que no olvidemos que el principio de
sacrificio que nos mueve a servir sigue siendo de «olor grato en honor del Señor» (Éxodo 29:18, RVC).
En ocasiones, quienes nos llamamos cristianos, estamos dispuestos a seguir al Señor y trabajar para él siempre y cuando no conlleve un mayor sacrificio. Estamos dispuestos solo si no se requiere desembolsar dinero, caminar largas distancias, abstenerse de alimentos dañinos, entre otros. Es decir, queremos recibir la gracia de Dios desde la comodidad de las bancas de la iglesia.
Un claro ejemplo de sacrificios que no cuestan, son los tres minutos que dedicamos a la devoción personal. El creyente que necesita la benevolencia de Dios estará dispuesto a pagar el precio justo sin regatear el costo de su sacrificio y sin delegar a otros la responsabilidad que le corresponde. Hagamos hoy de las palabras del rey David un lema en nuestra vida. La buena noticia es que Dios las aceptará en olor grato.
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Viernes 24 de Octubre de 2025
"Lo que no es honroso"
«Enfrentaron al rey Uzías y le dijeron: ‘No es a usted, Uzías, a quien corresponde quemar incienso al Señor. Eso es función exclusiva de los sacerdotes, los descendientes de Aarón, los cuales son apartados para este servicio. Salga del santuario, porque ha pecado. ¡El Señor Dios no le honrará por esto!’ » (2 Crónicas 26:18).
El rey Uzías estaba en el apogeo de su reinado. Su inteligencia le había permitido inventar máquinas de guerra con la cuales se hizo poderoso. Sin embargo, «cuando llegó a ser poderoso, Uzías también se volvió orgulloso, lo cual resultó en su ruina. Pecó contra el Señor su Dios cuando entró al santuario del templo del Señor y personalmente quemó incienso sobre el altar del incienso» (2 Crónicas 26:16).
Siendo el soberano de la nación, tenía derecho de hacer su voluntad, siempre y cuando esta no fuera contra la voluntad y reglas de Dios, un Rey que está por encima de cualquier mortal. No obstante, Uzías olvidó este pequeño detalle. Al sentir el poder de su gloria creyó que todo lo había logrado por sus propias fuerzas y desafió la autoridad divina. Como rey, sabía muy bien que no le estaba permitido entrar al templo para quemar incienso pero, a pesar de ello, lo hizo. Cuando el sacerdote Azarías entró para reprenderlo, el rey se enojó tanto que Dios envió su castigo allí mismo (2 Crónicas 26:19). El resto de sus días vivió leproso, sin trono, sin gloria ni corona y alejado de su familia.
De no haber sido por aquel incidente, el registro histórico de Uzías habría sido sin mancha. Este hecho debería hacernos reflexionar en nuestras actitudes en cuanto a los asuntos sagrados. En ocasiones, hay personas que han pasado tantos años en cierto cargo, que se sienten dueños de las congregaciones y que pueden hacer y deshacer a su antojo. Otros sienten que Dios es su igual y rebasan el límite del respeto cuando se refieren a él. No es honroso para ningún ser humano tomarse atributos que no le corresponden. Por el contrario, resulta vergonzoso. De alguna manera el Señor nos busca y nos reprende cuando nuestros pasos están mal encaminados. No obstante, muchos recurren al enojo, como lo hizo el rey, cuando son puestos en evidencia.
Querida amiga, no es honroso olvidar a quién debemos todo lo que somos. La ruina del rey le sobrevino cuando su corazón se enalteció. Vivamos en humildad, y el orgullo y la arrogancia no tendrán lugar en nuestro corazón.
Matutina para Mujeres
Jueves 23 de Octubre de 2025
"Falta menos que aquel día"
«Pues, dentro de muy poco tiempo,
Aquel que viene vendrá sin demorarse» (Hebreos 10:37).
La decepción llegó dos veces a los corazones de quienes habían anunciado y creído que Jesús vendría, primero en la primavera y luego en el otoño de 1844. Quizás te surjan preguntas tales como: ¿por qué Dios permitió que su pueblo pasara por ese amargo momento? ¿Era necesario un chasco?
La escritora Elena de White escribe: «Dios se propuso probar a su pueblo. Su mano ocultó un error cometido en el cálculo de los períodos proféticos. Los adventistas no descubrieron el error, ni fue descubierto tampoco por los más sabios de sus adversarios […]. Pasó el tiempo de expectativa, y Cristo no apareció para libertar a su pueblo. Los que habían esperado a su Salvador con fe y amor sinceros experimentaron un amargo chasco. Sin embargo, los designios de Dios se estaban cumpliendo; Dios estaba probando los corazones de los que profesaban estar esperando su aparición. Había muchos entre ellos que no habían sido movidos por un motivo más elevado que el miedo. Su profesión de fe no había mejorado sus corazones ni sus vidas. Cuando el
evento esperado no ocurrió, esas personas declararon que no estaban chasqueadas; jamás habían creído que
Cristo vendría. Fueron los primeros en ridiculizar el pesar de los verdaderos creyentes».
Muchos de los que se burlaban del chasco decían: «Han sido engañados. Abandonen su fe y digan que el movimiento adventista era de Satanás». ¿No es acaso la misma burla que se ha suscitado en el mundo actual hacia quienes anunciamos la segunda venida? Sin embargo, nuestra fe debe permanecer inmutable como dijera Miller: «Aunque me chasqueé dos veces, no estoy abatido ni desanimado. […] Mi esperanza en la venida de Cristo es tan firme como siempre. […] Una cosa hago saber: no he predicado nada en que no creyese y Dios ha estado conmigo».
¿Sabes cuál es la buena noticia para hoy? No habrá otro chasco. La venida de Jesús tendrá su cumplimiento lo creamos o no; lo esperemos o no. Más tarde, la luz de Dios brilló sobre aquellos hombres sinceros y descubrieron que el error radicó en la palabra «santuario», pues no se refería a la tierra sino al santuario celestial. Las profecías bíblicas se han cumplido al pie de la letra y la segunda venida está más cerca que ayer.
¿La estamos esperando con un corazón sincero?
Matutina para Mujeres
Miércoles 22 de Octubre de 2025
"Niños anuncian la segunda venida de Jesús"
«Le preguntaron a Jesús: ‘¿Oyes lo que dicen esos niños?’ ‘Sí’, contestó Jesús. ‘¿No han leído las Escrituras?
Pues dicen: «A los niños y a los bebés les has enseñado a darte alabanza» ‘ » (Mateo 21:16).
Aunque el centro del gran movimiento adventista surgió con Guillermo Miller y sus colaboradores en Estados Unidos, era necesario que el mensaje del primer ángel fuera predicado a toda nación, tribu, lengua y pueblo (Apocalipsis 14:6). De esa manera, el mensaje del advenimiento de Jesús llegó a Escandinavia (región geográfica y cultural del norte de Europa compuesta por Noruega, Suecia y Dinamarca). Al ser bien recibido el mensaje entre los escandinavos, el clero de la iglesia se opuso al movimiento y mandó encarcelar a quienes predicaran sobre la segunda venida. Fue entonces cuando Dios, en su omnipotencia, puso su Espíritu en un grupo especial, quienes debido a su edad, no podían ser juzgados en las cortes ni encarcelados: los niños.
«El movimiento cundió principalmente entre la clase más baja, y era en las humildes viviendas de los trabajadores donde la gente se reunía para oír la advertencia. Los mismos niños predicadores eran en su mayoría pobres jornaleros. Algunos de ellos no tenían más de 6 a 8 años de edad. […] Cuando estaban entre la gente, era evidente que los movía una influencia superior a sus propios dones naturales. Su tono y sus ademanes cambiaban, daban la advertencia del juicio con solemne poder y empleaban las palabras de las Escrituras: ‘¡Temed a Dios y dadle gloria; porque la hora de su juicio ha llegado!’ Reprobaban los pecados de la gente, condenaban no solo la inmoralidad y el vicio, sino que también reprendían la mundanalidad y la apostasía, y exhortaban a sus oyentes a huir de la ira venidera. […] Se realizaba una obra tal que hasta los ministros de la iglesia oficial se veían obligados a reconocer que la mano de Dios estaba en el movimiento».
En la entrada triunfal a Jerusalén, cuando los dirigentes religiosos intimidaron al pueblo para que callara, fueron los niños los que reanudaron el canto en el atrio del templo. De la misma manera, en Escandinavia, los niños recibieron el poder de Dios para predicar. ¿Todavía dudamos que nuestros niños sean una pieza clave en la proclamación del evangelio? A quien no le queda duda es al enemigo de Dios y por esa razón sus ataques son principalmente a nuestros pequeños. Pidamos a Dios sabiduría para proteger a los niños y conducirlos por los caminos del Señor.
Continuará…
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Martes 21 de Octubre de 2025
"En la antesala del chasco"
«En esos días, antes del diluvio, la gente disfrutaba de banquetes, fiestas y casamientos, hasta el momento en que Noé
entró en su barco» (Mateo 24:38).
La noticia del segundo advenimiento de Jesús tuvo su origen y mayor influencia en los Estados Unidos de Norteamérica. La propagación del mensaje de que Jesús vendría para la primavera de 1844 fue bien recibida por una minoría. Tristemente, las condiciones en las que vivían las iglesias no distan mucho de ser como las que se viven en la actualidad.
A continuación cito el registro de los hechos. «En el mes de febrero del mismo año (1844), el profesor Finney, dijo: ‘Hemos podido comprobar el hecho de que en general las iglesias protestantes de nuestro país, han sido o apáticas u hostiles con respecto a casi todas las reformas morales de la época. […] La apatía espiritual lo penetra casi todo y es por demás profunda; así lo atestigua la prensa religiosa de todo el país […] De modo muy general, los miembros de las iglesias se están volviendo esclavos de la moda, se asocian con
los impíos en diversiones, bailes, festejos, etc. […] Las iglesias en general están degradando en un modo que da pena. Se han alejado muchísimo de Dios, y él se ha alejado de ellas’ «.
Otro escritor declaró en el Religious Telescope [Telescopio religioso], un conocido periódico religioso: «Jamás habíamos presenciado hasta ahora un estado de semejante decadencia religiosa como el actual. En verdad, la iglesia debería despertar y buscar dentro la causa de esta calamidad».
Piensa en tu congregación. ¿Se identifica en algún punto con las formas de las iglesias cristianas antes del chasco? Esa apatía que las iglesias protestantes estaban viviendo, eran claramente el cumplimiento del texto de hoy. Las personas cerraron sus corazones al mensaje del advenimiento y no procuraron poner sus vidas en armonía con el Cielo. De esa manera, retiraron al Espíritu Santo de sus vidas. Si seguimos las pisadas de los antediluvianos y de estas iglesias protestantes, inevitablemente tendremos también el mismo final. Es verdad que Jesús no vino en la fecha propuesta por Miller, sin embargo, Dios estaba preparando a su pueblo y puliendo su fe para la gran obra que se debía realizar. La buena noticia es que hoy podemos cambiar nuestra forma de pensar respecto a la segunda venida de Jesús y vivir velando como si viniera hoy porque esta vez, no habrá chasco.
Continuará…
Matutina para Mujeres
Lunes 20 de Octubre de 2025
"Piedras grandes de primera calidad"
«Los cimientos eran también de piedra de primera calidad, grandes piedras de cinco y cuatro metros» (1 Reyes 7:10, BLPH).
Lo que antes había sido un edificio grande y bonito, ahora estaba reducido a escombros. Familias enteras perdieron todos sus bienes y unos menos afortunados perdieron la vida al no lograr la evacuación antes del colapso. La pesadilla que se vivió en la ciudad de México tras el sismo del año 2017 dejó hecho polvo decenas de edificios y a innumerables familias en albergues.
Una de las causas del derrumbe se debió a que los edificios no fueron construidos con bases sólidas, según lo reglamentó la ley después del terremoto del año 1985, en la misma ciudad. Muchas de esas construcciones solo fueron remodeladas haciendo de ellas bonitas construcciones en apariencia, pero nada seguras ante un sismo, como fue el caso.
¿Vale la pena poner buenos cimientos? El texto de hoy llama mucho mi atención. ¿Te diste cuenta de qué calidad eran las piedras con las que se construía? De primera calidad. Salomón construyó la casa para su esposa con los mejores materiales y con grandes bloques en las bases.
En la construcción de un hogar, es imprescindible que se construya sobre sólidos principios. Invertir en pequeñas piedras y en materiales baratos, sería lo mismo que construir edificios elegantes que caerán ante las primeras sacudidas de la vida. Dios, en el hogar, debería ser la piedra más grande sobre la cual los padres edifiquen. Vale la pena invertir tiempo en el culto familiar, en los juegos familiares, en la recreación en la naturaleza, en asistir a los cultos. Vale la pena enviar a los hijos a escuelas de la iglesia, pues ellas son una aliada en la base formativa de los niños.
«A los padres les es posible echar para sus hijos los cimientos de una vida sana y feliz. Pueden darles en el hogar la fuerza moral necesaria para resistir a la tentación, así como valor y fuerza para resolver con éxito los problemas de la vida».
Si viéramos en un principio el gran impacto que tendrán las bases en una vida futura, no dudaríamos en invertir en los materiales de más alta calidad. En cada hijo solo tienes la oportunidad de construir una vez; la buena noticia es que Dios puede ayudarte si se lo permites (Salmos 127:1).
Matutina para Mujeres
Domingo 19 de Octubre de 2025
"Labios lisonjeros"
«La boca de los necios es su ruina;
quedan atrapados por sus labios» (Proverbios 18:7).
¿Qué personaje viene a tu mente al leer el texto de hoy? Vuelve a leerlo detenidamente y piensa. Si pensaste en Amán, ¡felicidades! Aunque, posiblemente, encontraste otros personajes que también provocaron su propio mal con sus labios. Debido al odio que Amán sentía por Mardoqueo, se le ocurrió la insensata idea de que todos los judíos debían pagar el precio con su muerte. Por el cargo que ocupaba, se tomó la libertad de proponer exterminar a un pueblo que, según dijo al rey, no guardaba las leyes del monarca y no le
beneficiaba en nada dejarlos vivir. Es notable la sutileza de los labios lisonjeros de Amán. Él no se presentó explicando al rey que odiaba a Mardoqueo y a todos los judíos sino que presentó la propuesta como un plan beneficioso para Asuero.
Una persona lisonjera se describe como «la que alaba de forma exagerada e interesada a alguien para conseguir un favor o ganar su voluntad». En otra ocasión, el rey preguntó a Amán qué debía hacer con la persona que él quisiera honrar (Ester 6:6). Pensando que la honra del rey tenía que ser para él, pues su silla estaba por encima de todos los príncipes (Ester 3:1), propuso un opulento ritual que incluía vestir una ropa
que el rey ya hubiera usado, portar la corona real y ser paseado por la ciudad en un caballo que el rey hubiere cabalgado.
El caballo sería guiado por uno de los príncipes más nobles del rey y este iría gritando en las calles: «Así se hará con el hombre que el rey desea honrar». Amán dijo todo aquello para su propio beneficio; estaba pensando en su propia gloria y nunca se imaginó que el papel que le tocaría en todo lo que propuso era el de tirar del caballo, ya que era el príncipe más noble del rey. Finalmente, murió en su propia horca. Cual necio provocó su propio mal y sus labios le tendieron una trampa.
Querida amiga, no sigamos los pasos de Amán. Desechemos los labios lisonjeros que llevan a la destrucción. Pidamos a Dios su sabiduría para que nuestras propuestas no estén enfocadas en nuestra exaltación y beneficio propio, sino que podamos pensar en beneficiar a los demás con nuestros bienes y dones.
Matutina para Mujeres
Sábado 18 de Octubre de 2025
"Niñas… pero maduras"
«Hermanos, no sean como niños en su modo de razonar. Sean como niños en cuanto a la malicia, pero en su modo
de razonar actúen como gente madura» (1 Corintios 14:20).
Una de las experiencias que viví en mi adolescencia y de la cual no me siento orgullosa al recordarla, es la que te contaré a continuación. Había en la iglesia una chica, pocos años más grande que yo, a la cual le gustaba hacer ejercicio, por lo que la ropa le quedaba muy bien. Cierto día, llevó a la iglesia un vestido muy lindo en tela de gaza y me gustó tanto que me mandé a hacer uno igual, pero en diferente color. Otro día, llegó a la iglesia con unos zapatos muy altos y bonitos y ¿quién crees que se compró un par igual? Sí, con toda vergüenza confieso que fui yo. Yo quería lo que a ella le quedaba bien.
Cuando somos niños generalmente queremos tener lo que otros tienen, hacer lo que otros hacen, ir a donde otros van, entre otras cosas. Los niños quieren el mejor juguete, la rebanada más grande de pastel, etc. Aquí entra la labor educativa de los padres para favorecer el desarrollo de los niños. Con el tiempo aprendemos a ser recatados, a no esperar lo más grande, a pensar en los demás, entre otras cosas.
Lastimosamente, existen personas adultas que se estancaron en su etapa infantil en cuanto a envidia se trata. Son personas inmaduras y, por consiguiente, infelices ya que nunca están conformes ni contentas con lo que tienen. Constantemente están vigilando los logros de los demás que en vez de causarles alegría, les
causa molestia y frustración porque ellos quisieran estar gozando el triunfo del otro.
Al respecto, el apóstol Pablo, en el texto de hoy, nos invita a razonar como gente madura y no como niños. Es decir, al reino de los Cielos entrarán los que sean como niños, pero no se refiere a los que envidien como niños; en todo caso se refiere a los que, como un niño, no tengan malicia en su corazón.
Es nuestro deber madurar para no ser envidiosas. Ofendemos al Espíritu Santo cuando envidiamos los dones de los demás porque entonces le estamos diciendo que el don que nos ha sido dado no nos gusta, nos gusta el de la otra hermana. Pide al Señor madurez para aplaudir los triunfos de otros sabiendo que tú misma eres un potencial instrumento para él.
Matutina para Mujeres
Viernes 17 de Octubre de 2025
"No son ellos"
«Examínense ustedes mismos, para ver si están firmes en la fe;
pónganse a prueba. ¿No se dan cuenta de que Jesucristo está en ustedes?
¡A menos que hayan fracasado en la prueba!» (2 Corintios 13:5, DHH).
Si hoy nos llenáramos de valor y decidiéramos tomar el examen que propone Pablo, ¿en base a que nos calificaríamos? Si lo hacemos basados en los que son iguales que nosotros, sin duda que el resultado será engañoso. Mientras que, si al examinarnos basamos la prueba en el Calvario, sin duda que el resultado no tendrá margen de error. Nuestro corazón es por naturaleza engañoso, pero en el espejo de la Cruz bien podríamos ver en qué estamos fallando.
El problema es que muchas veces el orgullo pone entre nosotras y la cruz una delgada tela de prejuicios que no nos deja reflejarnos con toda claridad. Eso hace que, al no ver con claridad hacia el Calvario, nuestra vista se centre en los defectos de los que están a un lado, delante y detrás de nosotras. Por tal motivo la invitación a examinarnos nosotras mismos tiene como objetivo dejar de centrarnos en los demás.
Con frecuencia, queremos que el mundo cambie, que la sociedad cambie, que el país cambie, que la iglesia cambie, que el hogar cambie, pero ¿hemos pensado en cambiar nosotras? Existe una apatía colectiva en las congregaciones que no será erradicada mientras sigamos esperando a que «alguien» dé el primer paso, sino solo cuando «yo» decida convertirme en ese alguien y dar el primer paso.
Ponerse a prueba, como propone Pablo, significa escudriñar íntimamente nuestra vida. La palabra «prueba»
usada en el texto se aplica para probar si el oro y la plata son auténticos.
Si hoy Dios nos pusiera un examen sorpresa ¿lo tomarías? ¿Sería el resultado una vida de auténtica relación con el Señor? ¿Seríamos encontradas tan auténticas como los metales preciosos respecto a nuestro cristianismo?
Querida amiga, hoy te invito a doblegar las rodillas y hacer el examen ante el sacrificio de Jesús en el Calvario y con toda humildad ver el resultado, para que seamos capaces de pulir nuestro corazón. Es la única manera en que podremos vivir un óptimo cristianismo. Sabremos que Dios nos va perfeccionando cuando seamos capaces de decir: «No son ellos, soy yo».
Matutina para Mujeres
Jueves 16 de Octubre de 2025
"Sucedió… pero no debía"
«Ustedes saben que nunca llueve en esta época del año durante la cosecha de trigo. Le pediré al Señor que hoy envíe truenos y lluvia. ¡Entonces se darán cuenta de qué tan perversos han sido al pedirle al Señor un
rey! Entonces Samuel clamó al Señor, y ese mismo día envió truenos y lluvia. Y todo el pueblo quedó aterrado del Señor y de Samuel» (1 Samuel 12:17, 18).
¿Lluvia en tiempo de cosecha? Eso era imposible. Sí. Pero era una contundente evidencia de que el pueblo había ido en contra de la voluntad de Dios. Todo comenzó cuando Joel y Abías, hijos de Samuel quedaron a cargo del pueblo. Ellos no siguieron los caminos de su padre y el pueblo buscó una solución: «tener un rey como las demás naciones». A pesar de las advertencias de Dios respecto a las consecuencias de tener un monarca, ellos respondieron: «Aun así, todavía queremos un rey» (1 Samuel 8:19).
Aquello no era más que el cumplimiento de lo que años atrás el Señor había profetizado mientras aún estaban en el desierto. Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la habites, tal vez digas: «Deberíamos tener un rey para que nos gobierne, tal como tienen las naciones que nos rodean» (Deuteronomio 17:14). Es así como Saúl es elegido el primer rey de Israel. Aquel día, después que Samuel pidió lluvia, el Señor la envió en respuesta a la afirmación del profeta. Dios había sido el único Rey para su pueblo hasta antes de Saúl y no estaba contento con la decisión del pueblo de pedir un rey. Sin embargo, lo permitió.
En ocasiones, Dios permite que sea hecha nuestra voluntad solo para mostrarnos cuán equivocados son nuestros caminos y cuán tristes son las consecuencias de ellos (ver Salmos 106:15). No es lo mismo hacer nuestra parte humana con la colaboración divina, que dar a otras personas el mérito que a Dios le corresponde. Cuando no había rey en Israel, la gloria de las batallas era solo para Dios; pero teniendo rey, el pueblo atribuía la victoria a su soberano terrenal. Cuando desplazamos de nuestra vida la dirección y voluntad de Dios, sustituyéndolas por otros medios o personas, cometemos pecado.
Deja que Dios ocupe la gloria de todos tus triunfos, dale a él el mérito de tus milagros. Permite que suceda solo lo que sea su buena voluntad.
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Matutina para Mujeres
Miércoles 15 de Octubre de 2025
"Mujer codiciable"
«Pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón» (Mateo 5:28).
«Y la culpa no era mía, ni donde estaba, ni cómo vestía», era el grito de muchas mujeres mientras se manifestaban por la creciente ola de femicidios alrededor del mundo. La violación de los derechos y la integridad de las mujeres se han visto terriblemente afectadas por hombres sanguinarios, fríos y fuera de sus cabales. En otras noticias, se dio a conocer el indignante caso de una anciana que fue violada por su agresor. Las reacciones de los cibernautas concordaban en una sarcástica pregunta: «¿Lo había ella provocado con su vestimenta?» Obviamente, no.
¿Has pensado en qué época de la humanidad Jesús pronunció la sentencia del texto de hoy? Claro, la respuesta obvia es: en los tiempos de Jesús. Tiempos en los cuales la vestimenta, tanto de hombres como mujeres, en tierra de Palestina, dista mucho de semejarse a las vestimentas actuales (aunque en algunos lugares de oriente la vestimenta es muy similar a los tiempos bíblicos).
Si pensamos en una dama de aquellos tiempos, la imaginamos con vestido largo hasta los tobillos, un cinto para sujetar la túnica al cuerpo y un turbante para cubrir la cabeza. ¿Piensas que hay algo indecente en ese atuendo? Yo tampoco. Entonces ¿por qué Jesús dijo lo que está registrado en el texto de hoy? Jesús, que conoce los pensamientos y las más bajas pasiones de los seres humanos, sabía que los hombres codician a las mujeres por el simple hecho de ser mujer. Los atributos y proporciones únicos que el Creador puso en
nosotras nos hacen atractivas hacia los varones, aunque vistamos un vestido a los tobillos. No obstante, esto no debe ser una excusa para vestir nuestro cuerpo, es decir, nuestro templo donde mora el Espíritu Santo, de una manera indecorosa.
El mundo propone sus modas, algunas a mi parecer son lindas mientras que otras no. Esto depende del gusto y personalidad de cada mujer y de la región donde viva. Sin embargo, las hijas de Dios saben que, al elegir los atuendos siempre deben ser bajo las normas de la moda bíblica: decorosos y modestos. A pesar de ello, siempre habrá hombres con mente perversa que te miren con codicia.
Querida amiga, vistamos nuestros cuerpos con lo más esencial que es la gracia y el manto de justicia de Jesús, pues transportamos en ellos al Templo del Espíritu Santo.
Matutina para Mujeres
Martes 14 de Octubre de 2025
"Confecciona para todos"
«Siembra tu semilla por la mañana, y por la tarde no dejes de trabajar porque no sabes si la ganancia vendrá de una actividad o de la otra,
o quizás de ambas» (Eclesiastés 11:6).
Hoy, en el marco del «Día Internacional de las Modistas», te contaré una historia. Un caballero distinguido llegó al taller de Ellen, dejando un gran rollo de tela blanca, con la indicación de que debía cortar diversos trajes,
en diferentes medidas, para todo tipo de personas. Solo iba a tenerlos cortados y listos para cuando el cliente los necesitara. Ellen comenzó a cortar los trajes, sin descanso, y pronto estuvo muy agotada. Le parecía que muchas de las personas para quienes estaba trabajando no eran dignas.
Durante veinte años, ella había estado confeccionando ropas y le parecía que su trabajo no era apreciado ni hacía bien a las personas. Cuando el cliente volvió, Ellen le habló de una mujer para la cual debía cortar un vestido. Le dijo que aquella persona no apreciaría las ropas y era una pérdida de tiempo trabajar en ellas.
—Esa mujer —dijo—, es muy pobre, de intelecto inferior, descuidada en sus hábitos y pronto va a manchar el vestido.
Entonces el cliente le respondió:
—Cose los vestidos. Este es tu deber. La pérdida no es tuya, sino mía.
Dios ve aquello que el hombre no ve. «El proyecta la obra que quiere que se haga, y tú no sabes cuál ha de prosperar, si esto o lo otro». En ese momento, Ellen levantó las manos, llenas de callosidades de tanto usar las tijeras y estremecida siguió con su trabajo, pero pronto se cansó. Otra vez se le dijo: —Corta los vestidos. No ha llegado el momento en que te sientas libre de esto.
Al ponerse en pie, vio unas tijeras doradas que cortaban sin esfuerzo y siguió trabajando.
Esta visión fue dada a Elena de White la noche del 6 de febrero de 1868, tras haber sentido un gran agotamiento físico por el arduo trabajo que realizaba. Probablemente, en algún momento, has sentido que tu trabajo no es valorado y has tenido deseos de renunciar. Hoy te invito a que renueves tus fuerzas y recuerdes para quién trabajas. El que te dio el don, cualquiera que sea, quiere que lo uses para con todas las personas. No sabes cuál de ellas estará en el Cielo por tu trabajo. Trabaja para todos, siembra en la mañana y siembra en la tarde, es tu deber.
Matutina para Mujeres
Lunes 13 de Octubre de 2025
"No cambies la jugada?"
» ‘Acuérdate, oh Señor, que siempre te he sido fiel y te he servido con singular determinación, haciendo siempre lo que te agrada»; y el rey se echó a llorar amargamente» (2 Reyes 20:3).
A doña Mechita le diagnosticaron cáncer en el estómago y, aunque la iglesia oró, falleció a los dos meses. Este día, mientras escribo, 11 de febrero de 2020, la iglesia sufre la pérdida del profesor Elías Morales, muy
querido entre sus alumnos, familia y amigos. Se hicieron oraciones intercesoras, pero, a pesar de ello, murió. Como ellos, incontables casos de grandes y piadosas personas que a nuestro parecer no merecían morir o al menos «no todavía».
Después de todas las reformas que Ezequías hiciera con el pueblo en la actividad religiosa y social, después de ver el poderoso brazo del Señor peleando a su favor, recibe la noticia: «dice Dios que te vas a morir». El rey no pudo aceptar la decisión de Dios. Después de todo, ¿cómo era posible que lo dejara morir si se había conducido con integridad y había hecho la voluntad de Dios? Le pareció bien al rey apelar a la voluntad divina y oró. No logro entender por qué ante esa única oración Dios cambia la jugada y le permite vivir quince años más; debió ser un motivo de gozo, de júbilo, de fiesta en el palacio.
Ante la enfermedad, muchos quisieran que su oración fuera contestada tan inmediatamente como lo fue
para el rey. Creen que si su oración no tiene efectos favorables, es porque Dios no les escucha y en el peor de los casos, que nos los ama. Reclaman al Señor: «Acuérdate que he sido un buen pastor, un fiel diácono, una buena anciana entre otros. Señor ¿por qué a mí, si te he servido con fidelidad todos estos años? Sáname porque creo que lo merezco». Sin embargo, el fin de la vida del rey Ezequías es una fuerte lección para todos aquellos que queremos cambiar la voluntad de Dios por la nuestra. De haber muerto quince años atrás, el registro de su vida habría sido intachable. El Señor lo probó para ver qué había en su corazón y esta vez no pasó la prueba (Isaías 39; 2 Crónicas 32:31).
Pidamos siempre la sanidad de nuestro cuerpo anteponiendo a nuestra voluntad, la voluntad de Dios. Él sabe qué futuro es mejor para nosotros, si solo quince años más o la vida eterna.
Matutina para Mujeres
Domingo 12 de Octubre de 2025
"Fuera el temor?"
«¡Ánimo! ¡Esfuércense y no tengan miedo del rey de Asiria,
ni de toda la multitud que viene con él! ¡Con nosotros está alguien que es más poderoso!» (2 Crónicas 32:7, RVC).
Después de haber trazado los planes, Ezequías lo puso en marcha con buen ánimo.
Clave #4:
Buena actitud. Ezequías «se armó de ánimo y reconstruyó la muralla, y también construyó torres sobre ella y una muralla exterior» (2 Crónicas 32:5, DHH). Muchos grandes y buenos proyectos no llegan a consolidarse debido al pesimismo de quienes los emprenden.
Sara (no es su verdadero nombre), había pasado más de la mitad de su vida en diversos oficios. Hacía grandes planes, soñaba con cuantiosas ganancias, en el papel todo era claro y ventajoso; sin embargo, al llevarlo a la realidad, apenas algo salía mal, lo abandonaba. No había sido capaz de luchar por un sueño en específico debido a su actitud pesimista. Lo peor del caso es que la causa de su infortunio, según ella, eran las otras personas y las circunstancias. Si queremos tener éxito en nuestros proyectos, es necesario mostrar una buena actitud aún cuando las cosas no van bien. Toda empresa tiene sus altas y bajas, pero solo triunfan los que perseveran con buen ánimo.
Clave #5:
Confiar en Dios. El discurso del rey Ezequías es una invitación que no debiéramos olvidar nunca. «¡Ánimo! ¡Esfuércense y no tengan miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que viene con él! ¡Con nosotros está alguien que es más poderoso! Él cuenta con la fuerza de los hombres, pero con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos a luchar nuestras batallas» (2 Crónicas 32:7, 8, RVC). Después de haber hecho lo que estaba en sus manos, el rey estuvo resuelto a dejar que Dios actuara.
Cierta mañana, mientras mi esposo se vestía apresuradamente con el uniforme de Guías Mayores, me pidió que le ayudara a desabotonar el elemento sobre su hombro. Yo intenté ayudarlo. Sin embargo, en su prisa, él no quitaba su mano del botón. «¡Basta!», le dije, «tienes que soltarlo para que yo pueda ayudarte». En ocasiones, hacemos lo mismo con Dios. Nos aferramos a lo que queremos lograr y no dejamos que él actúe.
La historia termina diciendo que Dios envió un ángel que destruyó el campamento asirio y Senaquerib volvió avergonzado a su casa. No era para menos. Buscar a Dios, seguir un plan, apoyar, tener buena actitud y dejar que Dios actúe es una estrategia que no puede fallar. ¿Quieres experimentarlo?
Matutina para Mujeres
Sábado 11 de Octubre de 2025
"Y tu, ¿apoyas los planes?"
«Propuso a sus jefes y oficiales cegar las fuentes de agua que había fuera de la ciudad y ellos lo apoyaron» (2 Crónicas 32:3; BLPH).
Viendo Ezequías que Senaquerib, rey de Asiria, tenía planes para atacar la ciudad…
Clave #2: Planificación.
Establecer una línea de trabajo es importante si se quieren lograr resultados positivos. Las improvisaciones no son buenas estrategias para el éxito y Ezequías lo sabía. Su plan fue deshabilitar el cauce del agua por fuera de la ciudad, de manera que cuando Senaquerib sitiara a Judá, no tuviera agua para abastecer a su gente y sus animales. Harían llegar el agua dentro de la ciudad por medio de un túnel.
Los sucesos importantes de la vida como el matrimonio, los hijos, la carrera, entre otros, se planean; de lo contrario, surgen matrimonios fallidos, hijos maleducados con problemas de personalidad; y profesionales poco competentes en su área, entre otros. Aunque es verdad que hay imprevistos que salen bien, hacer un plan siempre será la mejor opción. No arriesgues, no dejes tu éxito al azar, haz un plan. En el Cielo se hizo el plan más perfecto y fue hecho a favor de nosotros. Jesús lo llevó a cabo y lo cumplió al pie de la letra. No está de más decir que fue todo un éxito.
Clave #3: Apoyar al líder en turno.
Al explicar Ezequías a sus jefes y oficiales sus planes, ellos lo apoyaron. En cierta congregación había un miembro que únicamente echaba a andar los planes cuando él estaba a cargo, no así cuando otro miembro era el primer encargado. En este caso, no apoyaba los planes que la iglesia lanzaba, no desempeñaba con sensatez el cargo que se le había dado y continuamente causaba problemas a la junta directiva. Además, constantemente lanzaba indirectas y críticas hacia el hermano encargado.
¿Eres como aquel hermano o eres como los jefes y oficiales de Ezequías? Tenemos que ser humildes para reconocer cuando otros proponen un plan mejor que el nuestro y cuando otros están al mando. Apoyarlos no nos hará ver mal, todo lo contrario. Un buen plan para el equipo nos hace a todos ganadores cuando todos apoyamos. Empujar todos hacia el mismo lado es la única manera efectiva de avanzar. El plan del enemigo es hacernos trabajar divididos pues sabe que de esa manera estaremos estancados. Donde no hay unidad no
hay éxito.
Matutina para Mujeres
Viernes 10 de Octubre de 2025
"¡Dame esos cinco!"
«En todo lo que hizo para el servicio del templo de Dios y en sus esfuerzos por seguir las leyes y los mandatos de Dios, Ezequías buscó a su Dios de todo corazón; y como resultado, tuvo mucho éxito» (2 Crónicas 31:21)
«¡Chócala!», «¡Vengan esos cinco!», o «dame esos cinco». Son expresiones que he escuchado cuando dos personas están de acuerdo en que lo que hicieron, lo que van a hacer o la noticia que recibieron, es grandiosa; entonces hacen «chocar» sus manos derechas en señal de festejo. Es por ello que, a partir de hoy, quiero «chocar» contigo esos cinco, ya que compartiré «cinco claves infalibles» para el éxito personal y colectivo desde la perspectiva bíblica, basadas en un momento del reinado de Ezequías.
Clave #1: Buscar a Dios. La frase «buscar a Dios» podría sonar trillada y con un significado muy general. Sin embargo el verso 20 encierra la totalidad de la acción. «De esta manera, el rey Ezequías manejó la distribución en todo Judá, haciendo lo agradable y bueno a los ojos del Señor su Dios» (2 Crónicas 31:20). El rey hizo reformas en su vida y en la vida del pueblo con respecto a la adoración y los cultos a Dios. Durante muchos años se habían estado practicando formas incorrectas de servicio por lo que el rey tuvo que reorganizar los cargos del sacerdocio.
¿Qué tres cosas hizo Ezequías al buscar a Dios y qué beneficios adquirimos? a) Lo bueno: el Señor se agrada del hombre bueno, pero condena al mal intencionado (Proverbios 12:2). b) Lo recto: el Señor da sabiduría a los hombres rectos, y es el escudo de los que viven con rectitud (Proverbios 2:7). c) Lo verdadero: al Señor le repugnan los labios mentirosos; pero le agradan los que dicen la verdad (Proverbios 12:22).
No obstante, «después de estas cosas y de esta muestra de fidelidad, llegó Senaquerib, rey de Asiria, invadió
Judá y puso cerco a las ciudades fortificadas, con intención de conquistarlas» (2 Crónicas 32:1, DHH). Buscar a Dios no es una clave para no tener problemas, sino el cimiento para la victoria ante ellos. En ocasiones creemos que haciendo lo bueno, lo recto y verdadero estaremos exentos de los ataques del enemigo, cuando en realidad sucede todo lo contrario. El enemigo está presto para lanzar sus misiles a quienes deciden buscar al Señor de todo corazón.
La buena noticia es que el Señor es fiel hacia quien le busca con el corazón.
Matutina para Mujeres
Jueves 09 de Octubre de 2025
"¿Por qué será salva la derecha?"
«Ellos trajeron camillas, ollas de cocina, recipientes para servir, trigo y cebada, harina y grano tostado, frijoles, lentejas, miel, mantequilla, ovejas, cabras y queso para David y los que estaban con él porque dijeron: ‘Todos ustedes deben estar muy hambrientos, cansados y con sed después de su largo caminar por el desierto’ » (2
Samuel 17:28, 29).
«Cruza el Jordán», decía el aviso que le llegó al rey David, quien huía de su hijo Absalón. «Por que si no cruzas el río morirás tú y todos los soldados que están contigo». Era de madrugada cuando el rey comenzó a cruzar
el río Jordán. Luego, llegaron hasta la tierra de Mahanaim donde levantaron un cuartel general. Sin embargo, la repentina huida los había agotado y no tenían provisiones de alimentos. ¡Qué cuadro! Un rey que sufre el destierro a causa de su propio hijo y ahora se encuentra sin alimentos para el pueblo que lo ha seguido.
Tres hombres se dan cuenta de las condiciones del rey y su pueblo y deciden hacer algo al respecto. «Cuando David llegó a Mahanaim, fue recibido calurosamente por Sobi, hijo de Nahas, que venía de Rabá de los amonitas; por Maquir, hijo de Amiel, de Lo-debar; y por Barzilai de Galaad, que era de Rogelim» (2 Samuel
17:27). Ellos actuaron para proveer lo que era necesario. No hicieron la vista gorda, no delegaron a otros, no pospusieron su ayuda, no ofrecieron un trueque. Sencillamente, actuaron a favor del rey y su pueblo en el desierto.
¡Cuántos son los que hoy se encuentran en su desierto de la vida! Les falta amor, les falta alimento, les falta ropa, y no hay nadie que les sea un proveedor como aquellos tres hombres. Más adelante, el registro bíblico afirma que cuando la sublevación terminó y el rey David regresaba triunfal a Jerusalén, le dijo a Barzilai: «Ven conmigo a Jerusalén, y yo te daré todo lo que te haga falta» (2 Samuel 19:33, RVC). Ahora el rey estaba dispuesto a suplir las necesidades de quien antes le había extendido la mano a él y a sus súbditos.
En aquel día, cuando el Rey Jesús regrese triunfal a la tierra para llevarnos al Cielo, ¿a quiénes crees que llevará? A los que hayan suplido las necesidades de su pueblo más desvalido. Entonces el Rey les dirá a los de la derecha: vengan conmigo porque ahora yo me haré cargo de todo lo que les haga falta, entren en el gozo de su Señor.
La buena noticia es que hoy tienes a alguien con quien practicar un cristianismo activo.
Matutina para Mujeres
Miércoles 08 de Octubre de 2025
"El problema de la izquierda"
«Pero tú, cuando le des a alguien que pasa necesidad, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» (Mateo 6:3).
En cumplimiento del mandato de no publicar sus buenas acciones, «doña Derecha» se concentró en vivir un cristianismo activo. Ella ayudaba a una familia de escasos recursos con la colegiatura de su hija en la escuela. También invitaba a comer a las personas que llegaban el sábado como visita a la iglesia. De vez en cuando iba al hospital a orar por los enfermos y darles palabras de ánimo. En una ocasión, vio a una mujer indigente y le regaló una frazada para que se mantenga caliente, entre otras cosas. Pero de todo esto, «doña Izquierda» no sabía nada. Cierto día, «doña Izquierda» expresó:
—No está bien que «doña Derecha» no haga nada. Que yo sepa, nunca hace obra misionera, ni ayuda a los necesitados.
Ese era el problema. Como «Derecha» no estaba obligada a dar informes de cuanto bien hacía, «Izquierda» la estaba juzgando mal. Llegó el tiempo de que ambas recibieran el pago por su desempeño en la tierra y doña Derecha, que ya era un poco anciana fue llamada primero. El juez le dijo:
—Por cuanto me cuidaste, me visitaste, me invitaste a comer y me diste agua, heredarás las tierras que para ti he preparado.
—¿Cómo? —exclamó Derecha—, ¿cuándo hice yo eso por ti?
A lo que el juez respondió que habían sido sus acciones hacia sus semejantes. Cuán feliz estaba «Derecha»
con esa maravillosa noticia.
Llegó el turno de «doña Izquierda» y el juez le dijo:
—Tú no puedes heredar lo que preparé porque nunca hiciste algo por mí.
—Pero, ¿cuándo te vi? —rezongó «doña Izquierda», indignada. A lo que el juez respondió:
—Lo que no hiciste por uno de mis hermanos más pequeños, tampoco lo hiciste por mí (Mateo 25:31-46).
Aunque solo he parafraseado ambos relatos, me resulta una manera práctica de explicar cuál fue el problema de «Izquierda». Nunca pudo ver la necesidad de su prójimo para saciarlo como si fuera Jesús mismo porque, en lugar de eso, se mantuvo viendo lo que hacía «Derecha». Las personas que actúan como «doña Izquierda» no suelen trabajar por los demás, porque solo son espectadores. Tienen muchas palabras que aportar y estrategias de cómo hacer mejor las cosas, pero no las hacen porque no entran al campo de batalla. La buena noticia es que si hoy somos como la mano izquierda, es un buen día para decidir cambiar de bando
y entrar en acción.
Matutina para Mujeres
Martes 07 de Octubre de 2025
"Estrés postraumático"
«Tú, por tu parte, sufre penalidades
como buen soldado de Jesucristo» (2 Timoteo 2:3, RVC).
En el barrio le apodan «el loco» aunque su nombre es Darío Caballero. Desde hace quince años vive una terrible condición de vida. Se ha mudado de casa en diversas ocasiones, no es capaz de mantenerse en un empleo y, en los últimos cuatro años, ni siquiera ha encontrado uno. No puede estar en lugares donde hay muchas personas, no puede relacionarse bien con nadie, piensa constantemente que quieren hacerle daño y cada noche despierta con la pesadilla de aquel día que marcó su existencia: huesos rotos, hedor de sangre, cuerpos muertos y otros mutilados; y el terrible sentimiento de estar al borde de la muerte. Así como Caballero, hay miles de soldados que son diagnosticados con el síndrome de estrés postraumático y no pueden continuar en el ejército. Lamentablemente, muchos de ellos terminan su vida con el suicidio.
Toda experiencia que nos toca puede transformar nuestra vida, sobre todo si se trata de un suceso en el cual salimos lastimadas. La pregunta es: ¿De qué manera se produce esa transformación? ¿Para bien o para mal? El apóstol Pablo recomienda a Timoteo que sufra penalidades como «un buen soldado de Jesucristo». Dado que los conflictos bélicos ya existían en aquella época, Pablo no duda en hacer la comparación con la milicia del cristiano en la guerra espiritual.
Los ataques pueden venir bajo la forma de la muerte de un ser querido, un accidente que cause alguna discapacidad, entre otros. Sin embargo, no podemos negar que muchas veces los conflictos se dan entre los mismos hermanos. Las balas van y vienen hasta que uno se rinde. Se aleja de la iglesia, se aleja de Dios, no quiere saber nada al respecto. Se vuelve irritable y poco tolerante cuando una persona trata de persuadirlo a regresar. Yo le llamo a eso «síndrome de estrés postraumático del soldado cristiano».
Todos los soldados que sufren este síndrome tienen derecho a ser atendidos por sus gobiernos en hospitales de especialidades en psiquiatría. Desafortunadamente, son pocos los médicos disponibles ante la creciente demanda. La buena noticia para ti hoy, es que si pasaste por una situación que te dejó marcada y no te deja avanzar en la milicia cristiana, puedes ir al Médico por excelencia. Él siempre tiene citas disponibles para ti y puede sanar tu herido corazón. Transfórmate para bien
Matutina para Mujeres
Lunes 06 de Octubre de 2025
"No temas, cree solamente"
«Mientras él todavía hablaba con ella, llegaron mensajeros de la casa de Jairo, el líder de la sinagoga, y le dijeron: ‘Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro’ » (Marcos 5:35).
Durante los eventos que la iglesia organiza y en los que se invita un predicador o cantante foráneo, se me ha pedido, en ocasiones, acompañarlos del lugar de reunión hasta el comedor donde tomarán sus alimentos. No es una tarea fácil recorrer los cien metros de distancia, pues la gente se acerca para saludar al invitado, tomarse fotos o pedir algún consejo. Damos unos pasos y de nuevo nos detenemos. Después de todo, no hay tanta prisa por llegar a degustar los alimentos.
Puedo imaginar la situación en la que Jairo se encontraba. Él había ido especialmente a buscar al Maestro para llevarlo a su casa porque tenía suficiente fe para creer que él podía sanar a su hijita moribunda. El Maestro dijo que sí y comenzaron el recorrido; el más lento que Jairo hubiera hecho. La gente sofocaba a Jesús, lo apretaba, y en esas condiciones no era fácil avanzar. El tiempo nunca había valido tanto para Jairo como ese día.
Puedo imaginarlo diciendo: «¡Vamos, Maestro, vamos que el tiempo se agota!». Por si fuera poco, en el camino surge un retraso porque a una mujer se le ocurrió tocar el manto de Jesús. Jairo no estaba interesado en esos momentos por los problemas de los demás, él solo quería que Jesús llegara a tiempo a su casa. No obstante, lo que el alto funcionario tanto temía, sucedió. La muerte había llegado antes que Jesús, y los amigos de Jairo le dijeron:
–Ya no tiene sentido molestar al Maestro.
¿Has sentido alguna vez que molestas al Maestro? ¿Has pensado por qué otros reciben milagros y tú no?
¿Crees que Jesús avanza muy lento para llegar a tu casa, a tu familia, a tu problema? Si estás al borde de desistir, quiero recordarte la respuesta de Jesús ante aquel comentario: «No temas, cree solamente». Una persona que tiene miedo no está experimentando el gozo de la fe. Por eso Jesús le dice al padre desconsolado: «No tengas miedo. Solo ten fe» (Mar. 5:36). Aquel día, Jesús llegó y no llegó tarde. Llegó justo
a tiempo para dejar en vergüenza el poder de la muerte. Querida amiga, no te desesperes, si has ido a buscar al Maestro, ten fe de que va a tu lado. Falta poco para llegar: «No tengas miedo. Solo ten fe».
Matutina para Mujeres
Domingo 05 de Octubre de 2025
"¡Cumi!"
«La tomó de la mano y le dijo: ‘Talita cum’, que significa:
‘¡Niña, levántate!’ » (Marcos 5:41).
¿Qué viene a tu mente cuando escuchas la expresión: «levántate»? Si tienes hijos en edad escolar, es probable que hayas dicho esta palabra en repetidas ocasiones por las mañanas, cuando no quieren bajar de la cama. Quizás hasta hayas perdido la paciencia, algunas veces, cuando no te obedecen. ¿Me equivoco? Hagamos un recorrido por la Biblia estudiando la orden «¡levántate!».
Cuando Dios dio a Abram la promesa de lo incontable que sería su descendencia, le dijo: «Recorre toda la tierra en cada dirección, pues yo te la entrego». El padre de la fe obedeció (Génesis 13:17). En Egipto, Dios ordena a Moisés: «Levántate temprano, regresa a ver al faraón y dile: ‘Esto dice el Señor’ «. Moisés obedeció (Éxodo 9:13). Al inicio de su carrera, Josué recibe la orden: «Levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo». Y el líder obedeció (Josué 1:2, LBLA). Después de elegir a trescientos hombres para pelear por su pueblo, una noche Dios ordena a Josué: «Levántate y baja a atacar a los madianitas, pues los voy a entregar en tus manos». Y el guerrero obedeció (Jueces 7:9, DHH).
Cansado de caminar todo un día, Elías se quedó dormido. El ángel del Señor lo despertó y le dijo que comiera. Elías comió y se volvió a dormir. «El ángel del Señor vino por segunda vez, y tocándolo le dijo:
‘Levántate y come, porque si no el viaje sería demasiado largo para ti’ «. El patriarca obedeció (1 Reyes 19:7, DHH). Al hijo muerto de una viuda en Naín, Jesús dijo: «Joven, te digo, levántate». Y el muchacho volvió a la vida (Lucas 7:14). Al paralítico de Betesda dijo: «Levántate, alza tu camilla y anda». Y el enfermo obedeció (Juan 5:8, DHH). En el devastado hogar de la niña del texto de hoy, Jesús dice: «Talita, cumi». Y la niña resucitó.
La buena noticia es que hoy el Señor te llama por tu nombre y te dice: «¡Cumi!» ¡Levántate después de ese fracaso amoroso o laboral! ¡»Cumi» de esa tristeza que te embarga! ¡»Cumi» de la pereza espiritual! ¡»Cumi» de tus miedos y fortalécete como Elías! ¡Levántate y abre el Jordán como Josué, gana la batalla como Gedeón, vuelve a la vida como el hijo de la viuda y la hija de Jairo! ¡Levántate y anda como el paralítico! ¡Levántate y resplandece, que la gloria del Señor brilla sobre ti! (Isaías 60:1).
Matutina para Mujeres
Sábado 04 de Octubre de 2025
"¡Efatá!"
«Mirando al cielo, suspiró y dijo: ‘Efatá’, que significa ‘¡Ábranse!’ » (Marcos 7:34).
Debido a que nunca había escuchado los sonidos, tampoco podía pronunciar bien las palabras. La Biblia lo describe como tartamudo (Marcos 7:32).No sabemos si fueron sus familiares o sus amigos, lo cierto es que alguien lo llevó hasta donde estaba Jesús. Él no pidió el milagro; no es probable que haya escuchado de Jesús pues obviamente era sordo, y, sin embargo, aquel día recibió su milagro. Tocando Jesús sus oídos y su lengua, después de un suspiro, dijo «¡Efata!» y, al instante, el enfermo escuchó y habló bien (Marcos 7:35).
No se registra en otras partes del evangelio que Jesús haya lanzado un suspiro antes de hacer un milagro. Es probable que Jesús haya visto, en la sordera de aquel hombre, el estado crítico en el que se encontraba la nación judía. Así como aquel hombre tenía cerrados los oídos a los sonidos, el pueblo escogido tenía cerrados los oídos al mensaje de salvación que Jesús vino a ofrecerles. De tal manera que, al hacer oídos sordos, perdieron el propósito de los ritos sagrados, tergiversaron las Escrituras y enseñaron tradiciones de hombres. No es muy distinto hoy. Muchas personas han cerrado todas sus avenidas del alma para que el amor de Dios no pueda penetrar en ellos.
Se cuenta que un joven soñaba con ser un gran orador, pero su sueño se veía truncado cada vez que abría la boca pues era tartamudo. Decidido a no abandonar su ideal, inició una serie de ejercicios para mejorar su dicción. Finalmente, después de mucho esfuerzo su lengua se desató y el joven Demóstenes se convirtió en uno de los más elocuentes oradores de su época.
¿Cuál es tu incapacidad? Pide hoy a Dios que tus oídos sean abiertos para escuchar la voz de Jesús, que tus ojos sean abiertos para ver la necesidad de tu prójimo, que tu lengua sea abierta para hablar las verdades
que manan de las Sagradas Escrituras. Quizás sientes que no tienes facilidad para expresar palabras e ideas, o tal vez tienes problemas de dicción que se intensifican cuando estás nerviosa. Cualquiera que sea el caso, el Señor puede abrir tus capacidades que han estado cerradas. Jesús hoy quiere decir «¡Efata!» a tu incapacidad. Pon manos a la obra y comprueba el resultado de la fórmula «esfuerzo humano + poder divino» =
éxito.
Posdata: Feliz al mejorar mis capacidades.
Matutina para Mujeres
Viernes 03 de Octubre de 2025
"Corbán"
«Pero ustedes afirman que un hombre puede decirle a su padre o a su madre: ‘No puedo ayudarte, porque todo lo que tengo es corbán’ (es decir: ‘ofrecido a Dios’); y también afirman que quien dice esto ya no está obligado a ayudar a su padre o a su madre» (Marcos 7:11, 12).
Mareny tuvo dificultades para concluir la universidad por lo que sus padres constantemente estuvieron proveyendo apoyo moral y económico para ella. Al cabo de unos años, la joven se graduó de la universidad y encontró un trabajo donde ganaba una pequeña cantidad de dinero, que según sus cuentas, no alcanzaba para separar unas monedas para sus padres. Pasado el tiempo, consiguió otro empleo con mayores remuneraciones, formó su propio hogar y ahora la excusa para no dar dinero a sus padres era que el dinero no alcanzaba, pues tenía que proveer para su nueva familia.
El pueblo de Israel había tergiversado el quinto mandamiento para acomodarlo a su egoísta manera de vivir. Una persona podía ir al templo y decir acerca de sus bienes: «esto es Corbán». De manera inmediata, quedaba libre de proveer sustento para sus padres con esos bienes, pues ya estaban dedicados al Señor. Era una práctica común, desleal y tramposa que Jesús desenmascaró, ya que los hijos sí seguían usando sus bienes a su conveniencia. El quinto mandamiento sigue tan vigente hoy como los otros nueve y cada día se suman más hijos que deshonran a sus padres al no proveer para ellos un sustento. El apóstol Pablo dice: «Aquellos que se niegan a cuidar de sus familiares, especialmente los de su propia casa, han negado la fe verdadera y son peores que los incrédulos» (1 Timoteo 5:8).
Hace unos días leí una frase que decía que los padres debían liberar a sus hijos de sentirse comprometidos a devolverles lo que ellos hicieron, pues lo hicieron solo por amor. Pero cabe destacar que un hijo agradecido
con sus padres jamás sentirá que tiene una obligación hacia ellos sino un deber santo y un mandato que cumplir por amor. ¿Aún viven tus padres o uno de ellos? Hónralos con tus bienes. De nada serviría guardar el sábado y los demás mandamientos si se descuida el sustento de los padres. Hoy pide al Señor que te ayude a observar con fidelidad el quinto mandamiento para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da (Éxo. 20:12).
Matutina para Mujeres
Jueves 02 de Octubre de 2025
"Diez mil palabrerías"
«Le agradezco a Dios que hablo en lenguas más que cualquiera de ustedes; pero en una reunión de la iglesia, para ayudar a otros preferiría hablar cinco palabras comprensibles que diez mil palabras en un idioma desconocido» (1 Corintios 14:18, 19, DHH).
Si hay alguien que podía presumir de su conocimiento teológico era Pablo. Sumado a esto, poseía el don de hablar otras lenguas, que podía usar en sus disertaciones. Sin embargo, prefería hablar «cinco palabras» es decir, un tema corto y conciso que fuera comprendido por todos. Aunque es verdad que, al reunirnos a adorar a Dios, debemos hacerlo con regocijo independientemente de la persona que esté detrás del púlpito, también es importante que quien haga la presentación del tema, lo haga con sencillez para que todos puedan
entender. Hay sermones de «diez mil» palabras, como lo expresa Pablo, que las personas no comprenden. En consecuencia, no salen edificadas del culto de adoración.
Referente a los temas y oraciones largas, la escritora Elena de White escribe: «Las oraciones y los discursos largos y prosaicos no cuadran en ningún lugar, pero mucho menos en la reunión de testimonios. Se permite que los más osados y los que están siempre listos para hablar impidan a los tímidos y retraídos que den su testimonio. Los más superficiales son generalmente los que tienen más que decir. Sus oraciones son largas y mecánicas. Cansan a los ángeles y a la gente que los escucha. Las oraciones deben ser cortas y directas». «Se descuida la oración secreta, y ésta es la razón por la cual muchos hacen oraciones tan largas, tediosas y sin valor cuando se reúnen para adorar a Dios».
Las muchas palabrerías denotan poca preparación espiritual y deseo de aparentar tener un amplio conocimiento. Para que una oración o sermón cumplan su objetivo deben estar carentes de palabrerías y llenos de contenido que edifique a la iglesia. Si no es comprendido y si no sirve para instruir, son solo discursos huecos que no cumplen su objetivo. La manera más equivocada de usar un sermón es cuando se mezcla el mensaje con asuntos personales que el predicador pueda tener con algún asistente que está en las bancas. Claramente, un mensaje de este tipo no está inspirado por el Espíritu Santo sino por las propias pasiones. Pidamos al Señor que purifique nuestras palabras de manera que, al orar o al predicar, seamos usadas por su Espíritu para ser de bendición a su iglesia.
Matutina para Mujeres
Miércoles 01 de Octubre de 2025
"De endemoniado a misionero?"
«El hombre se fue, y comenzó a contar por los pueblos de Decápolis lo que Jesús había hecho por él; y todos se quedaron admirados» (Marcos 5:20).
De día y de noche gritaba en los montes y en los sepulcros. Su piel tenía cicatrices de las heridas que él mismo se propiciaba. Aunque a decir verdad, no era él sino el espíritu impuro que en él habitaba. Cierto día vio a Jesús bajar de la barca y corrió hacia él. Al verlo, Jesús le ordenó al espíritu impuro que saliera de ese hombre. La legión salió del hombre para entrar en dos mil cerdos que murieron ahogados en el mar.
Aquel hombre ahora se veía distinto. Ya no gritaba, ya no se lastimaba. Alguna persona, quizás un discípulo, le proveyó ropa y ya no mostraba su desnudez. Feliz por el milagro recibido, la nueva criatura quería ir con Jesús, sin embargo el Maestro tenía otros planes. «Ve a tu casa y a tu familia y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y lo misericordioso que ha sido contigo» (Marcos 5:19). Poseyendo ahora el espíritu de Dios, aquel hombre se convirtió en misionero. Ya no gritaba locuras por los montes y sepulcros, sino que anunciaba
las maravillas del Redentor a su familia y a sus conciudadanos. Se había convertido en un poderoso testimonio del poder transformador y regenerador de Dios.
La orden de Jesús para nosotros es la misma: «Ve a tu casa». Nuestra casa es el primer lugar donde debemos testificar de nuestro encuentro con el Señor. Nuestra familia, nuestros vecinos, los más cercanos deben saber por medio de nosotros que existe un Dios de milagros. Pero, ¿cómo podemos mostrar a nuestra familia acerca de Dios, si nuestro carácter no cambia? ¿Cómo podrán creer en Dios a través de nosotros si somos rápidos para encender el fuego de la ira?
Es importante recalcar que Jesús no lo mandó a otra ciudad a predicar; lo envió «a los suyos». Asimismo es nuestro deber ser misioneras en el lugar donde estamos. Si has sido liberada y has sentido la misericordia de Dios en tu vida, esa orden es para ti: ¡cuéntales cuan grandes cosas el Señor ha hecho contigo! La buena noticia es que Jesús siempre estará contigo mientras proclamas sus maravillas y su pronto regreso.
Matutina para Mujeres
Martes 30 de Septiembre de 2025
"¿Se habían visto antes?"
«¿Por qué te entrometes con nosotros, Jesús de Nazaret?
¿Has venido a destruirnos? ¡Yo sé quién eres:
el Santo de Dios!» (Marcos 1:24).
Algunas personas son escépticas en cuanto al trabajo que el enemigo realiza en la tierra. Sin embargo, así como el bien existe, el mal es innegable. Mientras Jesús realizó su ministerio terrenal en el Medio Oriente, con frecuencia los agentes del mal se enfrentaron con él. En repetidas ocasiones, le decían frases como «yo sé quién eres tú, eres el Santo de Dios» o «¿Por qué te entrometes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido
a destruirnos? ¡Yo sé quién eres: el Santo de Dios!» (Lucas 4:34).
¿Qué conocimiento tenían esos demonios sobre el hijo de Dios? ¿Se habían visto antes? Bastante. En el Cielo le habían servido como su supremo comandante y le habían ofrecido las más dulces notas de alabanzas. Ahora, se volvían a encontrar, pero ningún indicio de pureza les llenaba. Todo su ser había sido corrompido y
esos ángeles, que alguna vez fueron nobles, buenos y de gran belleza, ahora estaban llenos de odio y maldad. El apóstol Pablo, sabiendo que la lucha es real, exhorta a la iglesia a estar preparada. «Pues no luchamos[a] contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso» (Efesios 6:12).
En su guerra contra Cristo, los mismos demonios aparecieron en forma de humanos y en los tiempos finales lo volverán a hacer. Elena de White refiere: «Se me mostró que malos ángeles, bajo la forma de creyentes, obrarán en nuestras filas para introducir un fuerte espíritu de incredulidad».
El mundo ha evolucionado y las artimañas del enemigo también. No es común observar a una persona poseída por malos espíritus. Satanás mejoró su técnica para pasar desapercibido mientras actúa en contra del pueblo de Dios. Incluso le conviene que muchos no crean en su existencia. Querida amiga, la lucha es real. Dos fuerzas pelean por tu corazón. Las fuerzas del mal se enfrentaron a su propio Creador y este los venció únicamente por su estrecha relación con su Padre celestial. La buena noticia es que hoy Jesús pelea por nosotras si se lo permitimos. Mientras él habite en nuestro corazón, el enemigo no tendrá espacio. Deja que Dios pelee tus batallas espirituales porque esta guerra no es contra seres humanos
Matutina para Mujeres
Lunes 29 de Septiembre de 2025
"Una verdad a poco"
«Sin embargo, ellos no entendieron lo que quiso decir. El significado de lo que decía estaba oculto de ellos, por eso no pudieron entender y tenían miedo
de preguntarle» (Lucas 9:45).
En un escenario, cuando encienden el reflector, dejas de ver al público y todo se vuelve oscuridad. En los viajes nocturnos por carreteras, los conductores deben efectuar cambios de luces, ya que una luz muy alta, puede causar accidentes. Ese es el motivo por el que la luz de la verdad que profesamos no fue dada en un solo instante sino que ha ido revelándose de a poco. No se trata de verdades nuevas sino de una sola verdad que va descorriendo el velo de manera que la podamos comprender. En ocasión del tercer anuncio de Jesús a sus discípulos acerca de su muerte, ellos no comprendían lo que él les estaba diciendo. La misma Escritura afirma que esto se debía a que aquella verdad les estaba «velada». No obstante, más tarde, la comprenderían.
El santuario, el sábado, la vigencia de los mandamientos, la confesión de pecados, el estado de los muertos, entre otras bases de la verdad, fueron estudiadas y comprendidas paulatinamente por hombres sinceros y devotos a las Escrituras como Juan Calvino, Martín Lutero, Guillermo Miller y Elena de White, por mencionar algunos. El pastor Juan Robinson, en su discurso a los primeros puritanos que salieron de Holanda hacia América dijo lo siguiente acerca de la verdad: «Examínenla y compárenla con otros pasajes de las Escrituras de verdad antes de aceptarla; porque no es posible que el mundo cristiano, salido hace poco de tan densas tinieblas anticristianas, pueda llegar enseguida a un pleno conocimiento perfecto en todas las cosas».
Es nuestro deber crecer en la verdad y no conformarnos con los sermones del sábado por la mañana. Es nuestro deber buscar un constante conocimiento de las Sagradas Escrituras. De esta manera, cada creyente «discernirá nueva luz y belleza en sus sagradas verdades. Esto ha sido cierto en la historia de la iglesia en todas las edades, y continuará siéndolo hasta el fin». La buena noticia es que nadie que tenga contacto directo con los rayos del Sol de justicia puede quedar en la penumbra de la incertidumbre. Somos un pueblo cuya senda es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el día es perfecto (Proverbios 4:18). Pidamos a Dios que su luz nos haga llegar al pleno conocimiento de su verdad.
Matutina para Mujeres
Domingo 28 de Septiembre de 2025
"Luchemos por la vida"
«¿Por qué no nací muerto?
¿Por qué no morí al salir del vientre?» (Job 3:11).
Cada día como hoy, miles de mujeres marchan y se manifiestan en pro de la despenalización del aborto. Argumentan que muchas mujeres en el mundo mueren durante un aborto clandestino debido a las bajas condiciones salubres y profesionales que ofrecen dichos centros. Pero resulta contradictorio que exijan la conservación de una vida (la madre) a costa de otra (el hijo). Sin embargo, esta lucha ha dado resultados, ya que en diversos países del mundo el aborto ha sido legalizado. Es una lucha dispareja y ventajosa, pues mientras la madre puede evitar la concepción (salvo casos de violación); el bebé no tiene manera de defenderse una vez concebido. ¿Cuál es nuestra postura como hijas de Dios?
En un momento de extremo sufrimiento, Job pregunta: «¿Por qué no morí dentro del vientre de mi madre?». Otro quizás habría pensado en quitarse la vida, incluso su esposa se lo sugirió, pero no Job. Él sabía que el único que puede quitar la vida, es aquel que la puede dar. Y, si él no había sido contado con los abortados, era porque Dios tenía un plan maravilloso para su vida. Nadie cuenta con la autorización del Cielo para quitar la vida. Aunque los legisladores despenalicen el aborto, jamás será aprobado en la ley del juzgado celestial. «No matarás», está estipulado en Éxodo 20:13.
La forma en que nosotras, como hijas de Dios, podemos luchar por la vida de un bebé en gestación y la vida de la madre, es inculcando los valores y principios divinos en nuestras hijas, sobrinas, nietas y en toda
señorita con quien podamos tener contacto. Es nuestro deber enseñarles a respetar su cuerpo y eso incluye una correcta educación sexual, lejos de la tergiversada información que ofrece el mundo.
Conocí a una jovencita que tres veces quedó embarazada de su novio, y tres veces decidió abortar, con la ayuda de su madre. No estamos hablando de situaciones donde el acto sexual se da sin el consentimiento de la joven, sino de los embarazos que se dan por la irresponsabilidad de los participantes. Tere se embarazó a los 19 años de un hombre casado. Muchas alternativas pasaron por su cabeza, sin embargo, decidió tener al bebé y afrontar las consecuencias de sus actos. Doy gracias a Dios que Tere no abortó a su hija, porque esa niña soy yo.
Matutina para Mujeres
Sábado 27 de Septiembre de 2025
"No hay ley contra la templanza"
«Mejor es ser paciente que poderoso;
más vale tener control propio que conquistar una ciudad» (Proverbios 16:32).
La temperancia y la mansedumbre van de la mano, ya que si buscamos un antónimo de mansedumbre, ese puede ser «intemperancia». Y, si buscamos el significado de intemperancia, nos dice que es falta de templanza o moderación. Deducimos que la templanza es la temperancia. Muy predicada a través de los ocho remedios naturales, pero poco comprendida y puesta en práctica. La temperancia no aplica únicamente a las leyes de la salud, aunque tiene un terreno amplio en esa área. Para ser justos, si no somos capaces de aplicar la temperancia en nuestro apetito, tampoco lo seremos para vencer ninguna otra tentación. Si no somos capaces de vencer el deseo de comer entre comidas, ¿cómo podremos vencer el pecado?
Al respecto, Elena de White menciona: «La verdadera religión y las leyes de la salud van de la mano. Es imposible trabajar por la salvación de los hombres y mujeres sin presentarles la necesidad de romper con sus pecaminosas complacencias, las cuales destruyen la salud, rebajan el ser e impiden que la verdad divina impresione la mente».
El texto de hoy afirma que es mejor tener la fuerza para dominar nuestros deseos a tener la fuerza física para dominar un ejército. Para entender esta relación, necesitamos aceptar que los alimentos que ingerimos y que entran al sistema circulatorio, digestivo, nervioso y muscular, entre otros, son los que dan dirección a nuestras decisiones. Para que la templanza pueda ser aplicada en nuestra vida, es necesario que el Espíritu Santo tenga un espacio limpio en nuestra mente para actuar. Entonces, seremos sabios para decidir qué comer, cuánto comer, cuántos vasos de agua beber, cómo responder, a qué hora ir a dormir, cuántas horas trabajar y, sobre todo, para darle a Dios el primer lugar siempre. De otro modo, nuestras vidas
desequilibradas deshonran el nombre de Dios y pisotean la fe que profesamos creer.
La templanza es, en resumen, una vida de equilibrio en armonía con la voluntad de Dios. En la mente divina nunca nacerá el deseo de hacernos daño. Por lo tanto, por medio de la templanza, seremos mensajeros andantes, testimonios vivientes, capaces de llevar a cuestas el verdadero evangelio que atraiga a los demás a los pies de Jesús.
Matutina para Mujeres
Viernes 26 de Septiembre de 2025
"No hay ley contra la mansedumbre"
«Si tu jefe se enoja contigo, ¡no renuncies a tu puesto!
Un espíritu sereno puede superar grandes errores» (Eclesiastés 10:4).
Estás parada en la fila, esperando tu turno desde hace media hora, cuando alguien que acaba de llegar va hasta el frente y logra que lo atiendan primero. ¿Qué sientes? Estás en la parada de autobuses cuando una persona descuidada golpea fuerte tu espalda. ¿Qué haces? Vas manejando tu auto cuando un conductor imprudente hace un cambio de carril provocando que frenes de golpe. ¿Qué dices? Sin duda que, en más de una ocasión, hemos estado expuestas a este tipo de situaciones y hemos actuado con poca o nada de mansedumbre.
El texto de hoy dice que la mansedumbre es el remedio para las grandes ofensas. Y si la Biblia lo dice, entonces tiene que ser cierto. Liliana iba una entrevista de trabajo, pero decidió hacer una parada en la cafetería de la empresa. Cuando se disponía a salir, un hombre abrió la puerta y, accidentalmente, el café de Liliana terminó sobre su saco. Muy enojada, reclamó al caballero que no encontraba cómo disculparse. Después de limpiar su atuendo, subió al quinto piso, donde la esperaban. Cuando entró a la oficina para la entrevista, volvió a ver el rostro de aquel hombre, a quien horas antes le había gritado en la cafetería. ¿Crees que obtuvo el empleo?
La mansedumbre no es una virtud que podamos cultivar por nosotros mismos. No es una cualidad que se fortalezca con la práctica como un deporte. La mansedumbre es el fruto del Espíritu que nos es dado como resultado de una auténtica vida en comunión con Dios. En la medida que contemplemos la vida de Jesús, nuestra vida será llena de mansedumbre. Opuesto al pensamiento de la sociedad, de que ser manso significa ser débil o tonto, como cristianos creemos que quien practica la mansedumbre es fuerte, porque es más fuerte e inteligente quien tarda en enojarse (Proverbios 14:29). La recompensa para los mansos, es el Reino de los Cielos (Mateo 5:5) y al Cielo no van los violentos.
La buena noticia es que, si hasta este momento hemos sido iracundas ante lo que consideramos injusticias y provocaciones, hoy es un gran día para repasar la historia de Jesús y aprender de él. El Espíritu estará presto
a transformar nuestro corazón de piedra en mansedumbre pura. Si ya la tienes, no la pierdas, es tu pase de entrada al Reino de los Cielos.
Matutina para Mujeres
Jueves 25 de Septiembre de 2025
"No hay ley contra la fe"
«Sus fieles ayudantes eran Edén, Miniamín, Jesúa, Semaías, Amarías y Secanías. Ellos distribuían los regalos entre las familias
de los sacerdotes en sus ciudades según sus divisiones, repartiéndolos equitativamente entre ancianos y jóvenes por igual» (2 Crónicas 31:15).
En cierta ocasión, en un reino lejano, el monarca mandó a llamar a los jóvenes de la provincia pues debía elegir esposo para su hija. Llegaron los candidatos y el rey les entregó una semilla que ellos debían plantar, regar y cuidar hasta que brotara. Quien al cabo de seis meses llevara la flor más hermosa al palacio, sería el futuro esposo de la princesa y futuro rey del país. Concluido el tiempo estipulado, todos los jóvenes trajeron sus lindas flores en hermosas macetas; todos menos uno. Su maceta estaba vacía y los demás se burlaban de él. Sin embargo, después de ver todas las flores, el rey llamó al joven de la maceta vacía y lo presentó como su yerno. Ante el asombro de todos, el rey explicó que todos eran unos mentirosos, pues la semilla que había repartido era estéril.
La palabra «fe» en Gálatas 5:22, viene del griego pistis, que significa tanto «fe» como «fidelidad». La fidelidad es una cualidad de la conducta que permite que otros tengan confianza en nosotros. «Fidelidad» sería, en este pasaje, una característica más apropiada, pues se aproxima más a los otros aspectos del fruto del Espíritu que se hallan en la lista.
De acuerdo con esta explicación, concluimos que quien tiene el fruto del Espíritu es digno de confianza, pues en todas las actividades realizadas lleva el sello de la fidelidad. El joven que llevó su maceta vacía, fue el único en todo el reino digno de confianza; cualidad indispensable para trabajar en los asuntos de un reino o de un país. La fidelidad es uno de los valores que más escasean entre los seres humanos. Con el fin de sacar ventajas, hombres y mujeres son capaces de decir mentiras, alterar números, pesas, falsificar firmas y
billetes, borrar mensajes del celular, borrar el historial de búsqueda en los sitios web, entre otras cosas.
Los hombres mencionados en el texto bíblico habían sido elegidos para desempeñar aquel cargo por su fidelidad. No podremos demostrar fidelidad en los asuntos del Reino de los Cielos si aquí en la tierra no somos dignos de confianza. Actuemos con fidelidad hacia Dios, hacia nuestro prójimo y hacia nosotras mismas.
Matutina para Mujeres
Miércoles 24 de Septiembre de 2025
"No hay ley contra la bondad"
«Los perversos piden prestado y nunca pagan, pero los justos dan con generosidad» (Salmos 37:21).
Una de las definiciones de la palabra bondad refiere a la inclinación natural de una persona a hacer el bien. Sin embargo, al igual que la benignidad y las otras cualidades que son fruto del Espíritu, no es un rasgo intrínseco del ser humano, sino un atributo de Dios, el cual nos hace obrar con bondad.
Cierto día, llegó a la casa de un pastor, un joven que acababa de salir de la cárcel tras haber cumplido su condena. Después de platicar un momento, el pastor llamó a su familia para presentarles al joven. En cuanto Emma, la hija pequeña del pastor, vio al joven, fue hasta él y, con toda la inocencia, la bondad y la dulzura de los niños, lo abrazó y le dio un beso. El joven comenzó a llorar con mucho sentimiento. Intrigado, el pastor le preguntó por qué lloraba y aquel muchacho respondió que hacía mucho tiempo que nadie le abrazaba y besaba. La última vez había sido su madre, en su lecho de muerte.
Hay muchas personas en el mundo que viven hambrientas no solamente del pan físico sino de una mano bondadosa que les de un poco de amor y compasión. Hemos pasado muchas veces al lado del necesitado sin percatarnos que estaba allí porque Dios lo puso en nuestro camino para hacer el bien. El bondadoso comparte lo que tiene, dice el texto bíblico. Pero, ¿cómo podemos compartir algo que no tenemos? Quizás el problema radica en que nos hace falta esta cualidad del fruto del Espíritu. Quizás no hemos pasado el tiempo suficiente con la fuente de bondad, por lo tanto estamos tan vacías como las personas que no tienen a Dios en su corazón.
Las personas bondadosas no escatiman, no dan lo que les sobra, no ayudan solo a quienes les pueden devolver el favor, sino a los más necesitados y dan sin esperar algo a cambio. Emma fue capaz de darle un beso al ex convicto porque, en su inocencia, no hizo un juicio acerca de si el joven merecía o no que se le diera amor. Simplemente, el acto brotó de un corazón puro y lleno de bondad. La humanidad no merecía la bondad del Cielo al dar su más grande tesoro y, sin embargo, lo recibió. Hagamos uso de la bondad y el enemigo no tendrá elementos para acusarnos.
Matutina para Mujeres
Martes 23 de Septiembre de 2025
"No hay ley contra la benignidad"
«Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia» (Colosenses 3:12).
Entendemos por benignidad la cualidad que una persona tiene de ser buena. Al igual que las otras cualidades que son fruto del Espíritu, la benignidad es un atributo de Dios que nos transfiere a nosotros, sus hijos, para que tratemos a nuestros semejantes con la misma benignidad que él nos trata. Es decir, con dulzura, afabilidad, ternura, cordialidad y comprensión. Sin embargo, a menudo, nuestras acciones están muy lejos de reflejar la benignidad de Jesús. Podemos ver a Jesús siendo benigno al dejar que los niños se acercaran, al hablarle a las mujeres pecadoras, al tocar a los malolientes y sufrientes, al pegar de nuevo la oreja a quien estaba listo para aprehenderlo, al dejar a su madre al cuidado de Juan y al pedir el perdón por los que lo mataron.
Esto quiere decir que la benignidad es la respuesta positiva ante las actitudes de los demás hacia nosotros, sean buenas o sean malas. Una reacción normal y humana, de una persona que no ha cultivado este atributo, sería devolver con mal al mal que alguien le ha hecho. Pero, ¿es esa la actitud de una hija de Dios? Los más próximos a nosotros, y a quien debiéramos tratar con benignidad, son los miembros de nuestra familia. «Muchos padres que profesan ser cristianos no están convertidos. Cristo no habita en su corazón por fe. Su aspereza, su imprudencia, su carácter indómito, disgustan a sus hijos y hacen que aborrezcan toda su instrucción».
No deben existir rasgos de aspereza y tosquedad en nuestros hogares. Frecuentemente solemos ser benignas con los extraños y ajenos, cuando no lo somos con nuestros hijos y familia. La rudeza de nuestros corazones alejan a los más pequeños del verdadero significado del amor de Dios. ¿Cómo podemos cultivar la benignidad? La manera más efectiva es practicándola día a día. Lo mismo que la disciplina de un deporte, si nos proponemos hacer actos benignos, lograremos hacerlo de manera natural, con la ayuda del Espíritu Santo. No desperdiciemos las oportunidades que se nos presentan de ser benignas. Quizás esa compañera que siempre está de mal humor, o ese jefe que trata mal a todos, o ese profesor que se desquita de sus problemas con sus alumnos, todos ellos necesitan tu benignidad, tanto como tú necesitas la benignidad de Jesús.
