ESCUELA SABÁTICA
Lección de Escuela SabáticaLección 12 | Miércoles 17 de septiembreDIOS SE REVELALee Éxodo 34:1 al 28. ¿Cómo reveló Dios su gloria a Moisés?Moisés tenía que llevar consigo dos tablas de piedra como las que había roto (Éxo. 32:19). Iba a encontrarse con el Señor en el monte Sinaí por séptima vez. Sus ascensiones anteriores son mencionadas en los siguientes textos: (1) Éxo. 19:3, 7; (2) Éxo. 19:8, 14; (3) Éxo. 19:20, 25; (4) Éxo. 20:21; 24:3; (5) Éxo. 24:9, 12-18; 32:15; (6) Éxo. 32:30, 31. Moisés comenzó su ascenso por la mañana temprano.Moisés ya estaba preparado para esta gloriosa visión del carácter divino, cuya belleza resulta más clara aún en virtud de esta impresionante revelación que el Señor hizo de sí mismo, la más importante descripción de quién es Dios, el hilo de oro entretejido en toda la Biblia (Núm. 14:18; Neh. 9:17; Sal. 103:8; Joel 2:13; Jon. 4:2). La proclamación hecha aquí por el Señor es el Juan 3:16 del Antiguo Testamento. Los escritores bíblicos aplican, repiten o amplían en lugares cruciales esta autoproclamación del Dios vivo, pues es necesario que su carácter sea correctamente entendido.Cuando Moisés recibió la excepcional, inaudita e incomparable explicación del nombre de Dios, se postró y adoró al Señor. Cuando vislumbramos el amor, la gracia, la misericordia, la compasión, la bondad, la fidelidad, el perdón, la santidad y la justicia de Dios, también nos sentimos atraídos por él. Cuando vemos y admiramos sus cualidades excepcionales, comenzamos a experimentar un amor hacia él que hace nacer en nosotros el deseo de servirlo y serle obedientes. Puesto que él nos ama, nosotros también lo amamos (1 Juan 4:19).En esta revelación de sí mismo, Dios asegura a Moisés que realizará hechos maravillosos en favor de su pueblo y que lo conducirá a la Tierra Prometida. Renueva además el pacto con ellos, prometiendo que otras naciones verán su majestad y su obra asombrosa. “Voy a concertar un pacto. Ante todo el pueblo haré maravillas nunca hechas en toda la tierra, en ninguna nación. Y todo el pueblo que te rodea verá la tremenda obra que yo, el Señor, haré por medio de ti” (Éxo. 34:10).Sin embargo, los israelitas debían obedecer a Dios y seguir diez estipulaciones claras para asegurar su prosperidad. Entonces Dios pidió a Moisés que escribiera el contenido de ese pacto previamente roto (Éxo. 34:27, 28).
Lección de Escuela SabáticaLección 12 | Martes 16 de septiembre“TE RUEGO QUE ME MUESTRES TU GLORIA”Tras la apostasía con el becerro de oro, Moisés intercedió por el pueblo de Dios y quiso tener la seguridad de que el Señor seguiría conduciéndolos a la Tierra Prometida. En lo más profundo de su ser, también deseaba conocer mejor al Señor.Lee Éxodo 33:18 al 23. ¿Cómo respondió Dios a la petición de Moisés de ver su gloria?“Te ruego que me muestres tu gloria”, pidió Moisés al Señor. En su misericordia, el Señor le reveló su gloria. Sin embargo, al responder a la petición de Moisés, Dios prometió mostrarle su “bondad”. Se puede concluir con seguridad que la gloria de Dios es su bondad; es decir, su carácter (ver también Elena de White, Los hechos de los apóstoles, p. 476; Palabras de vida del gran Maestro, p. 342; Profetas y reyes, p. 232).“La gloria de Dios consiste en otorgar su poder a sus hijos. Desea ver a los hombres alcanzar la más alta norma” (Elena de White, Los hechos de los apóstoles, p. 438). Su gloria es abrazar a los pecadores arrepentidos (ver Profetas y reyes, p. 493) y proveer todo lo necesario para la transformación de ellos. Al mismo tiempo, es nuestra “gloria” revelar su carácter en nuestra vida y darlo a conocer a los demás.Este reflejo del carácter de Dios, su bondad, amabilidad y tierno amor, debe verse en nuestras acciones. De esta manera, tenemos la oportunidad de ser no solo una bendición para el mundo, sino una luz resplandeciente para el universo que nos observa. Como dice Pablo: “Porque pienso que Dios nos asignó a nosotros los apóstoles el último lugar, como a sentenciados a muerte. Hemos llegado a ser un espectáculo para todo el universo, tanto para los ángeles como para los hombres” (1 Cor. 4:9). Esta dimensión cósmica da a nuestra vida y a nuestro servicio un sentido y una finalidad que apenas podemos imaginar.En Romanos 2:4, Pablo dice que la bondad de Dios nos “guía al arrepentimiento”. Es decir, son la bondad y el carácter señaladas por el Espíritu Santo los que convencen a las personas de su pecaminosidad y de su necesidad de salvación. De hecho, cuando miramos a la cruz y sabemos quién estaba allí (el Señor mismo) y por qué estaba allí –porque nos ama y porque esa era la única manera de salvarnos–, tenemos la mayor revelación posible de su bondad y su carácter. ¿Cuánto tiempo dedicas a concentrarte en la cruz y en lo que ella te dice acerca del carácter de Dios?
Lección de Escuela SabáticaLección 12 | Lunes 15 de septiembrePARA QUE TE CONOZCALee Éxodo 33:12 al 17. ¿Qué pidió Moisés al Señor? ¿Por qué requirió que la presencia de Dios los guiara?El crecimiento de Moisés en el Señor fue constante. Se acercaba cada vez más al Señor y procuraba asemejarse a él. Cierto día, mientras conversaba con Dios en la tienda del encuentro, Moisés se dio cuenta de que no lo conocía y le dijo concretamente: “Te ruego que me muestres tu camino, para que te conozca” (Éxo. 33:13). Él era consciente de su profunda necesidad de comprender a Dios en un nuevo nivel. Descubrió que cuanto más conocía al Señor más lo desconocía. Reconoció su necesidad y deseó de todo corazón conocerlo mejor. Dios concedió de buen grado el deseo de Moisés.Al observar las experiencias de Moisés hasta ahora, vemos que fue atraído a una relación más profunda e íntima con el Señor y que creció espiritualmente.Para empezar, subió al monte “a presentarse ante Dios” (Éxo. 19:3). Luego fue “a la cumbre del monte” (Éxo. 19:20) y después se acercó a la nube, “la densa oscuridad” en la que Dios se encontraba (Éxo. 20:21, NVI).En otra ocasión, Moisés “se internó en la nube” donde estaba Dios y permaneció con el Señor cuarenta días y cuarenta noches (Éxo. 24:18, NVI). Durante ese tiempo, Dios hizo a Moisés dos preciosos regalos: (1) el Decálogo, escrito por Dios mismo en las dos tablas cinceladas también por él (Éxo. 24:12), y (2) las instrucciones acerca de cómo construir el Tabernáculo y dotarlo del mobiliario correspondiente (ver Éxo. 25-31).Luego pasó otros cuarenta días y noches con el Señor intercediendo por los pecadores (Éxo. 32:30-32; Deut. 9:18).Sin embargo, incluso después de todo esto, Moisés deseaba conocer el carácter de Dios de forma más concreta, y Dios pronto le dio una visión especial para que pudiera comprender quién es él. Este conocimiento que Moisés deseaba no era una mera comprensión intelectual acerca de Dios, sino un conocimiento vivencial de su persona. No es de extrañar que siglos más tarde Jesús dijera: “Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado” (Juan 17:3).La máxima revelación que Dios hizo de sí mismo a los seres humanos consistió en hacerse uno de ellos. ¿Conoces a Dios, o solo sabes acerca de él? ¿Cuál es la diferencia crucial entre ambas cosas?
Lección de Escuela SabáticaLección 12 | Domingo 14 de septiembreLA TIENDA DE REUNIÓNLee Éxodo 33:7 al 11. ¿Por qué pidió Dios a Moisés que hiciera la tienda de reunión? No debemos confundir “la tienda de reunión” (ubicada fuera del campamento de Israel) con el Tabernáculo, que fue construido más tarde y colocado en el centro del campamento.No sabemos con qué frecuencia consultaba Moisés a Dios en la tienda de reunión. Sin embargo, sabemos con certeza que los encuentros de Moisés con Dios dieron lugar a una estrecha amistad entre ellos.“Y el Señor hablaba con Moisés cara a cara, como quien habla con su amigo” (Éxo. 33:11). Un amigo es una persona cuya opinión podemos solicitar y con la que podemos hablar abiertamente de casi todo y confiar en que nunca revelará el contenido de nuestro diálogo a otros. La amistad es una de las mayores bendiciones que podemos disfrutar de parte de alguien y brindar a otros. La historia de Moisés, registrada en Éxodo 19 a 34, resulta muy instructiva acerca de cómo transforma Dios nuestra vida. ¿Cómo construyó Dios una relación con Moisés, ese líder excepcional? Un estudio de la vida de este muestra cómo creció en su conocimiento del poder, el amor y el carácter de Dios. Este es un componente crucial de una relación con el Señor.Moisés fue utilizado poderosamente por Dios aun antes de llegar al monte Sinaí, incluso mientras era preparado para su futuro papel especial de liderazgo. En la tierra de Madián, mientras cuidaba ovejas, Dios lo inspiró para escribir dos libros: Job y Génesis. Luego, en el dramático acontecimiento de la zarza ardiente, fue llamado por Dios para sacar a Israel de Egipto. Vio la derrota de los dioses egipcios y del poderoso ejército del faraón en el Mar Rojo. Observó durante muchas semanas cómo Dios conducía a Israel desde Egipto hasta el Sinaí. Después de la experiencia que resultó en el resplandor de su rostro, Moisés guio a Israel durante otros 39 años hasta los límites de la Tierra Prometida. La Biblia afirma que Moisés fue un siervo fiel de Dios (Deut. 34:5; Jos. 1:1), un faro inextinguible en la oscuridad, un profeta modelo a la luz del cual habrían de ser medidos los demás (Deut. 18:15, 18). Fue un agente de cambio, aunque el pueblo no siempre siguiera sus indicaciones y sus palabras. Cuando lo hacían, prosperaban.
- La excepcional historia de Moisés nos muestra lo que Dios puede hacer cuando le permitimos que nos transforme. ¿Cuáles fueron algunos momentos decisivos de tu experiencia con Dios en los que reconociste la forma en que él obró poderosamente en tu vida?
Lección de Escuela SabáticaLección 12: Para el 20 de septiembre de 2025“TE RUEGO QUE MEMUESTRES TU GLORIA”Sábado 13 de septiembreLEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 33:7-34:35; Deuteronomio 18:15, 18; Juan 17:3; Romanos 2:4; Juan 3:16; 2 Corintios 3:18.PARA MEMORIZAR:“El Señor pasó ante Moisés y proclamó: ‘¡Señor! ¡Señor! ¡Dios compasivo y bondadoso, lento para la ira, y grande en amor y fidelidad! Que mantiene su invariable amor a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y no da por inocente al culpable; que castiga la iniquidad de los padres en los hijos y los nietos hasta la tercera y cuarta generación’ ” (Éxo. 34:6, 7).Todos necesitamos crecer en nuestra experiencia personal con Dios. El apóstol Pedro exhorta: “Crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Ped. 3:18). Estamos diariamente en la universidad de Dios, donde no hay graduación, sino un constante proceso de aprendizaje. Puedes ser perfecto en cada etapa de tu desarrollo si permites que Dios te moldee a imagen de Cristo para convertirte en la persona que quiere que seas.Piensa en una escuela. Si los alumnos de primer grado aprenden a leer y a contar hasta 100, reciben una calificación aprobatoria porque su conocimiento es perfecto en esa etapa de su desarrollo. Sin embargo, si se detectara solo ese mismo nivel de conocimiento en un estudiante de secundaria, eso indicaría un fracaso colosal en su educación. Algo similar ocurre con nuestro crecimiento en la gracia y el conocimiento de Dios. En cada etapa de nuestro desarrollo, podemos ser tan perfectos en nuestra esfera como Cristo lo fue en la suya.Esta semana estudiaremos cómo fue creciendo Moisés en su experiencia con el Señor como resultado de conocer y seguir las instrucciones de Dios.
Lección de Escuela SabáticaLección 11 | Viernes 12 de septiembrePARA ESTUDIAR Y MEDITAR:Lee el capítulo titulado “La idolatría en el Sinaí” en el libro Patriarcas y profetas, de Elena de White, pp. 325-337.La lección de esta semana presenta un enfoque especial acerca de la obra de Dios en los creyentes. El Señor puede hacer en nosotros “infinitamente más que todo cuanto pedimos o entendemos” (Efe. 3:20). No debemos centrarnos en nosotros mismos y gratificar nuestros deseos personales, porque esto conduce a la idolatría. Por el contrario, nuestra atención debe centrarse en Dios y en su poder. Él da la fuerza que conduce a una vida nueva y victoriosa (Fil. 4:13; Jud. 1:24, 25).“El amor, no menos que la justicia, exigía que este pecado fuera castigado. Dios es Protector y Soberano de su pueblo. Destruye a los que insisten en la rebelión, para que no lleven a otros a la ruina. Al perdonar la vida a Caín, Dios había demostrado al universo cuál sería el resultado si se permitiera que el pecado quedara impune. La influencia que, por medio de su vida y su ejemplo, él ejerció sobre sus descendientes condujo a un estado de corrupción que exigió la destrucción de todo el mundo por el diluvio. […] Cuanto más tiempo vivían los hombres, tanto más corruptos se tornaban.Así también habría sucedido con la apostasía del Sinaí. Si la transgresión no se hubiera castigado con presteza, se habrían visto nuevamente los mismos resultados” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 335).PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Reflexiona en la pregunta que aparece al final del estudio del lunes. ¿De qué maneras podemos rendir culto a la Creación en lugar de adorar al Creador? ¿Cómo podemos ser buenos administradores del planeta y proteger el medio ambiente sin adorarlo o convertirlo en un ídolo en sí mismo?
- Uno puede discernir la gravedad de una situación o de un hecho por sus resultados o por la magnitud de la reacción que provoca. ¿Por qué ordenó Moisés la ejecución de aquellos que se negaban obstinadamente a arrepentirse y continuaban en su rebelión contra Dios y sus enseñanzas?
- ¿Por qué la expiación sustitutiva es el único modelo correcto de expiación? ¿Por qué es un grave error teológico cualquier teoría de la expiación que niegue el fundamento sustitutivo del evangelio o le reste importancia? Lee 1 Pedro 2:24. ¿Cómo revela este texto poderosamente la idea de que Jesús es nuestro Sustituto?
Lección de Escuela SabáticaLección 11 | Viernes 12 de septiembrePARA ESTUDIAR Y MEDITAR:Lee el capítulo titulado “La idolatría en el Sinaí” en el libro Patriarcas y profetas, de Elena de White, pp. 325-337.La lección de esta semana presenta un enfoque especial acerca de la obra de Dios en los creyentes. El Señor puede hacer en nosotros “infinitamente más que todo cuanto pedimos o entendemos” (Efe. 3:20). No debemos centrarnos en nosotros mismos y gratificar nuestros deseos personales, porque esto conduce a la idolatría. Por el contrario, nuestra atención debe centrarse en Dios y en su poder. Él da la fuerza que conduce a una vida nueva y victoriosa (Fil. 4:13; Jud. 1:24, 25).“El amor, no menos que la justicia, exigía que este pecado fuera castigado. Dios es Protector y Soberano de su pueblo. Destruye a los que insisten en la rebelión, para que no lleven a otros a la ruina. Al perdonar la vida a Caín, Dios había demostrado al universo cuál sería el resultado si se permitiera que el pecado quedara impune. La influencia que, por medio de su vida y su ejemplo, él ejerció sobre sus descendientes condujo a un estado de corrupción que exigió la destrucción de todo el mundo por el diluvio. […] Cuanto más tiempo vivían los hombres, tanto más corruptos se tornaban.Así también habría sucedido con la apostasía del Sinaí. Si la transgresión no se hubiera castigado con presteza, se habrían visto nuevamente los mismos resultados” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 335).PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Reflexiona en la pregunta que aparece al final del estudio del lunes. ¿De qué maneras podemos rendir culto a la Creación en lugar de adorar al Creador? ¿Cómo podemos ser buenos administradores del planeta y proteger el medio ambiente sin adorarlo o convertirlo en un ídolo en sí mismo?
- Uno puede discernir la gravedad de una situación o de un hecho por sus resultados o por la magnitud de la reacción que provoca. ¿Por qué ordenó Moisés la ejecución de aquellos que se negaban obstinadamente a arrepentirse y continuaban en su rebelión contra Dios y sus enseñanzas?
- ¿Por qué la expiación sustitutiva es el único modelo correcto de expiación? ¿Por qué es un grave error teológico cualquier teoría de la expiación que niegue el fundamento sustitutivo del evangelio o le reste importancia? Lee 1 Pedro 2:24. ¿Cómo revela este texto poderosamente la idea de que Jesús es nuestro Sustituto?
Lección de Escuela SabáticaLección 11 | Jueves 11 de septiembreINTERCESIÓNLee Éxodo 32:30 al 32. ¿Cuán lejos fue Moisés en su oración intercesora en favor de los pecadores?Terribles cosas ocurrieron en el campamento israelita a causa de la rebelión del pueblo, incluso la muerte de muchas personas (Éxo. 32:28). Al día siguiente, Moisés dijo lo siguiente al pueblo: “Ustedes han cometido un gran pecado. Pero subiré ahora al Señor; quizá consiga el perdón de su pecado” (Éxo. 32:30). “Entonces volvió Moisés ante el Señor y le dijo: ‘Este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro. Te ruego que perdones su pecado. Y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito’” (Éxo. 32:31, 32).No es de extrañar que Moisés sea considerado un tipo o prefiguración histórica de Cristo. En virtud de su oración intercesora por los pecadores y su disposición a ofrecer su propia vida por ellos, reflejaba sin duda lo que Cristo hace por todos nosotros. ¡Qué compasión ejemplar por los transgresores! Moisés demostró su entrega total al Señor y su amor abnegado por las personas. El libro de Éxodo no indica cuánto tiempo permaneció con el Señor en el monte esta vez, pero Deuteronomio dice que estuvo en el Sinaí durante cuarenta días (ver Deut. 9:18).La palabra traducida como “perdonar” en Éxodo 32:32 proviene de un verbo cuyo significado básico es “llevar” o “cargar”, como en Isaías 53:4, que dice lo siguiente acerca de Jesús: “Él llevó nuestras enfermedades”. Qué poderosa visión del proceso de salvación y perdón, y de cuánto costó a Dios nuestra salvación.Moisés estaba pidiendo al Señor que “llevara” el pecado del pueblo, precisamente lo que hizo en la cruz miles de años después. Éxodo 32:32 muestra no solo la idea de la expiación sustitutoria, sino también que Dios mismo es quien la realiza.Este texto ilustra cómo ocurre el perdón. Dios cargó, en Cristo, con nuestros pecados, la única forma en que podíamos ser perdonados. Cuán poderosa expresión del plan de salvación y qué demostración para nosotros y para el cosmos de lo que Dios estuvo dispuesto a hacer para salvarnos.
- Moisés pidió a Dios que cargara con los pecados del pueblo y el Señor lo hizo finalmente en Jesús. ¿Cómo podemos asimilar esta asombrosa verdad? ¿Qué nos dice ella acerca del amor de Dios por la humanidad caída?
Lección de Escuela SabáticaLección 11 | Miércoles 10 de septiembreLA JUSTA IRA DE DIOSLee Éxodo 32:9 al 29. ¿Cuál fue la reacción de Moisés ante la decisión divina de destruir a Israel?Mientras Moisés estaba todavía en el monte Sinaí, Dios dijo que destruiría a los rebeldes y haría de la posteridad de aquel una gran nación. Pero eso no era lo que Moisés quería, sino que suplicó al Señor en favor de los israelitas, señalando que no eran el pueblo de Moisés, sino el de Dios, y que no había sido él, Moisés, quien los sacó de Egipto, sino Dios mediante sus poderosos hechos. Moisés invocó las promesas que Dios había hecho a los patriarcas, actuando verdaderamente como intercesor entre Dios y la humanidad.Después de que “el Señor desistió del mal que dijo que haría a su pueblo” (Éxo. 32:14), Moisés volvió con ellos. A diferencia de lo que sucedería en Éxodo 34:29 y 30, no consta que su rostro brillara ante la presencia del Señor, tal vez porque en esta circunstancia reflejaba su ira.“Cuando Moisés llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, se enardeció de ira. Arrojó las tablas de sus manos y las quebró al pie del monte” (Éxo. 32:19). La acción de romper las tablas que contenían el Decálogo era una señal externa de la ruptura de su contenido. Dios más tarde le ordenó a Moisés que cincelara dos tablas para sustituir “las primeras tablas que quebraste” (Deut. 10:2). Dios mismo reescribiría los Mandamientos.Moisés reprendió duramente a Aarón por rendirse a las exigencias del pueblo. “¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan grande pecado?” (Éxo. 32:21). Aarón trató de excusar su transgresión (1) culpando a otros y (2) sugiriendo que el ídolo había aparecido por arte de magia: “Lo eché [el oro] en el fuego y salió este becerro” (Éxo. 32:24). Lo que empeoraba las cosas era que el propio Aarón había sido muy honrado por Dios, pues se le habían concedido muchos privilegios, que incluyeron subir a la montaña con Moisés y los ancianos (Éxo. 24:1).¡Qué oscura ironía! Al afirmar que había ocurrido un milagro, Aarón quiso engañar a su hermano (nota cómo un pecado conduce a otro; en este caso, de la idolatría a la mentira). Sin embargo, Moisés no se dejó engañar al ver el comportamiento desenfrenado del pueblo. Las consecuencias negativas eran evidentes, y Moisés tuvo que detener la rebelión de inmediato. ¿Qué debería enseñarnos esta historia acerca del poder de la oración intercesora? ¿Por quién deberías orar ahora mismo?
Lección de Escuela SabáticaLección 11 | Martes 9 de septiembreCORROMPIÉNDOSE A SÍ MISMOS Lee Éxodo 32:7 y 8.¿Por qué envió Dios a Moisés nuevamente al campamento de Israel?Al recurrir a un ídolo, los israelitas estaban divorciándose del Dios verdadero, quien los había liberado de Egipto. El Señor los culpó directamente, diciendo que se habían corrompido (Éxo. 32:7) al punto de atribuir su liberación a esta estatua. ¡Qué contradicción tan directa con lo que Dios les dijo! (Éxo. 20:2). Esta negación de la presencia de Dios y de sus poderosos actos era un asunto grave. Su pensamiento y sus sentimientos estaban distorsionados y completamente corrompidos.Para el profeta Ezequiel, la idolatría estaba en el centro de toda la miseria del pueblo de Dios, y de allí brotaban todos los demás pecados (ver, por ejemplo, Éxo. 8:1-18; 20:1-44; 22:1-12). Nos preguntamos a menudo cómo podían los antiguos creyentes ser tan ingenuos e incorregibles, al punto de adorar objetos de fabricación humana. Estamos bastante seguros de que nosotros nunca haríamos algo así. Pero ¿estamos realmente libres de la idolatría? Los ídolos de hoy pueden tener formas y figuras diferentes, pero tienen un atractivo similar.La idolatría consiste en rendir culto a algo que sustituye a Dios aun a sabiendas de que eso es incorrecto. Un ídolo es todo aquello que capta nuestra imaginación, afecto, tiempo y mente más que Dios y puede incluso esclavizar nuestro pensamiento. De hecho, nos convertimos en lo que contemplamos y no llegaremos más alto que el “dios” al que sirvamos.Si Dios no está en el centro de tu vida, entonces otros dioses ocuparán su lugar. Si no disfrutamos y cultivamos la Presencia viva de Dios, disfrutaremos y dedicaremos nuestra vida a algo o a alguien más. Lo que adoramos en lugar de Cristo puede tener diferentes apariencias: orgullo, egoísmo, dinero, poder, sexo, comida, televisión, drogas, alcohol, pensamientos impuros, pornografía, placeres, trabajo, deportes, familia, videojuegos, películas, compras, ideas, política, música, posición, títulos, calificaciones, etcétera. La lista no tiene fin.Somos muy creativos en este sentido. Podemos convertir cualquier cosa buena, hermosa y significativa en un ídolo. La idolatría es extremadamente peligrosa porque transforma nuestra personalidad, nuestra forma de pensar, nuestros afectos y nuestra vida social. Cambia nuestra identidad y sustituye las relaciones personales auténticas por interacciones huecas y sin sentido que no pueden salvarnos.
Lección de Escuela SabáticaLección 11 | Lunes 8 de septiembreLA IDOLATRÍA Y EL MALLee Éxodo 32:6. ¿Adónde los condujo rápidamente su idolatría? (Ver también Sal. 115:4-8; 135:15-18; Isa. 44:9, 10).El becerro de oro se parecía al dios-toro egipcio Apis, o al dios-vaca Hathor. Se trataba de una flagrante transgresión de los mandamientos primero y segundo (Éxo. 20:3-6). Esta violación no podía quedar impune porque rompía abiertamente la relación del pueblo con el Señor viviente. En lugar de adorar a su Creador, los israelitas adoraron a su propia creación, que no podía ver, oír, oler, hablar, cuidar, amar ni guiar.El orden de la Creación se invirtió: en lugar de comprender que habían sido creados a imagen de Dios, hicieron un dios, ni siquiera a su propia imagen, lo que ya habría sido considerablemente malo, sino a imagen de un animal. ¿Este era el dios al que querían servir? Habían pecado así gravemente contra el Señor (Isa. 31:7; 42:17).¿De qué maneras refleja la apostasía del becerro de oro lo que dice Romanos 1:22 al 27?La idolatría rechaza la verdad teológica de que Dios es Dios y el hombre es hombre, borra la brecha entre la Deidad y el ser humano (Ecl. 5:2) y destruye la conexión entre ambos. Ya sea de manera descarada y abierta u oculta en el corazón, la idolatría destruye rápidamente nuestra relación con el Señor y nos conduce a una espiral moral descendente. No es de extrañar que se pusieran a festejar después de ofrecer sacrificios al ídolo, lo que Elena de White describió como “una imitación de las fiestas idólatras de Egipto” (Patriarcas y profetas, p. 331).Los humanos son brillantes a la hora de fabricar sus propios ídolos. Crean sus propios dioses, lo cual ya es malo, pero luego van y los sirven. Sustituyen al Creador por cosas que, tarde o temprano, conducen a la degradación moral.
- ¿De qué maneras rinden culto los seres humanos actualmente a la Creación en lugar de adorar al Creador?
Lección de Escuela SabáticaLección 11 | Domingo 7 de septiembreLIDERAZGO FALLIDODios llamó a Moisés para que pasara tiempo con él. Cuarenta días y cuarenta noches pudo haber sido un período corto para Moisés, pero pareció largo, demasiado largo, para los israelitas. Su líder visible estaba ausente. Se sintieron desorientados, impacientes, temerosos e inseguros. Querían tener un dios visible que los guiara, como los “dioses” que habían visto toda su vida en el Egipto idólatra.Lee Éxodo 32:1 al 6. ¿Cómo fue posible que el liderazgo de Aarón fracasara tan estrepitosamente?Aarón no estuvo a la altura de las circunstancias. No supo aprovechar el momento y hacer lo correcto. En lugar de confiar en el Señor, se debilitó ante la mayoría. El pueblo exigió lo impensable: “Haznos un dios que vaya delante de nosotros” (Éxo. 32:1), y él consintió.La gente dio voluntariamente oro para hacer el ídolo, y Aarón no solo no los detuvo, sino que los animó a donar. Luego participó en la fabricación de este falso dios. Después, el pueblo declaró: “Israel, este es tu dios que te sacó de Egipto” (Éxo. 32:4). Cuán pecadores, malvados y estrechos de miras. Aunque acababan de fabricar este ídolo, declararon que él los había liberado. ¿No es asombroso cómo los deseos pecaminosos pueden pervertir nuestro pensamiento y nuestras acciones? La gente celebra sus propias creaciones mientras su humanidad y su moralidad se degradan en el proceso.“Para hacer frente a semejante crisis hacía falta un hombre de firmeza, decisión y ánimo imperturbable, alguien que considerara el honor de Dios por sobre el favor popular, su seguridad personal y su propia vida. Pero el líder provisorio de Israel no tenía ese carácter. Aarón reconvino débilmente al pueblo, pero su vacilación y timidez en el momento crítico solo sirvieron para hacerlos más decididos. El tumulto creció. Un frenesí ciego e irrazonable pareció posesionarse de la multitud. Algunos permanecieron fieles a su pacto con Dios; pero la mayoría del pueblo se unió a la apostasía” (Elena de White, Patriarcas y profetas, pp. 326, 327).
- ¿Cómo pudo Aarón, un dirigente, haber sido tan débil? ¿Qué justificaciones pudo haber dado interiormente a sus terribles acciones?
Lección de Escuela Sabática
Lección 11: Para el 13 de septiembre de 2025
APOSTASÍA E INTERCESIÓN
Sábado 6 de septiembre
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 32:1-6; Salmos 115:4-8; Isaías 44:9, 10; Romanos 1:22-27; Éxodo 32:7-32; Isaías 53:4.
PARA MEMORIZAR:
“Entonces volvió Moisés ante el Señor y le dijo: ‘Este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro. Te ruego que perdones su pecado. Y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito’ ” (Éxo. 32:31, 32).
Aunque Moisés había estado ausente del campamento de Israel durante solo cuarenta días, ¿qué sucedió? El pueblo de Dios se apartó de él y adoró a un ídolo, el becerro de oro. ¿Cómo pudieron hacer eso después de tantas señales poderosas, experiencias y milagros?
Podría haber muchas respuestas para ese interrogante y tal vez algo acertado en todas ellas. ¿Acaso el pueblo no entendía quién era Dios en realidad? ¿O fueron sus poderosas experiencias con él eclipsadas por sus deseos carnales y pecaminosos? ¿No apreciaban lo que Dios había hecho por ellos, sino que lo daban todo por sentado? ¿Estaba su entendimiento nublado, estropeado por sus preocupaciones cotidianas y su antigua manera pecaminosa de pensar? ¿Eran simplemente desagradecidos para con las misericordiosas acciones de Dios en su favor? ¿Olvidaron tan rápidamente los poderosos actos de Dios (Sal. 106:13, 21-23)? ¿O podría adjudicarse todo al fallido liderazgo de Aarón? “Con Aarón también el Señor se enojó en gran manera para destruirlo” (Deut. 9:20).
Cualesquiera que hayan sido las razones de tan terrible apostasía, ¿qué lecciones podemos extraer de ella, no solo acerca de la pecaminosidad humana, sino del amor misericordioso de Dios hacia los seres humanos a pesar de su pecaminosidad?
Lección de Escuela SabáticaLección 10 | Viernes 5 de septiembrePARA ESTUDIAR Y MEDITAR:Lee el capítulo titulado “El Tabernáculo y sus servicios” en el libro Patriarcas y profetas, de Elena de White, pp. 356-372.El Tabernáculo era un lugar especial donde se realizaba la expiación por los pecados confesados por el pueblo de Dios. Era el lugar donde todo el plan de salvación había sido revelado con considerable detalle a los hijos de Israel mientras estaban en el desierto. Allí se enseñaban la justificación, la santificación y el juicio. Todos los sacrificios de animales apuntaban a la muerte de Jesús, al perdón de los pecados y, finalmente, a la eliminación de estos. La Ley de Dios, la norma de justicia, estaba además junto a los sacrificios.“La Ley de Dios, guardada como reliquia dentro del Arca, era la gran regla de justicia y juicio. Esa ley determinaba la muerte del transgresor; pero encima de la Ley estaba el Propiciatorio, donde se revelaba la presencia de Dios y desde el cual, en virtud de la Expiación, se otorgaba perdón al pecador arrepentido. Así, en la obra de Cristo en favor de nuestra redención, simbolizada por el servicio del Santuario, ‘la misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron’ (Sal. 85:10)” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 361).PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- ¿Cuántas veces has dicho: “Haré todo lo que el Señor me diga”? ¿Hasta qué punto has tenido éxito? Al final de la permanencia de cuarenta días de Moisés con el Señor en el monte Sinaí, Dios subrayó que los israelitas debían observar su sábado porque sería una señal entre Dios y ellos de que era el Señor quien los haría santos.
- ¿Qué papel desempeñan la santidad y la santificación en la observancia del sábado?
- El Señor quería que los israelitas hicieran un santuario para habitar entre ellos. Cuán fascinante es el hecho de que ese lugar fuera el centro de la salvación para Israel. Fue allí, en ese santuario, donde Dios habitó en medio de su pueblo y donde el plan de salvación fue revelado mediante tipos y sombras. ¿Qué nos dice esto acerca de nuestra total dependencia de Dios para la salvación?
- ¿Qué significa el hecho de que todos los pecados del pueblo de Dios eran llevados al Santuario, a la casa de Dios, por medio de la sangre de los animales sacrificados? ¿Cómo refleja esta asombrosa verdad, aunque sea vagamente, lo que Jesús hizo en la cruz por nosotros y lo que está haciendo ahora en nuestro favor en el Santuario celestial?
Lección de Escuela SabáticaLección 10 | Jueves 4 de septiembreLLENO DEL ESPÍRITU DE DIOSDios instruyó a Moisés en la preparación de cada detalle de los servicios del Tabernáculo. Los sacerdotes debían tener vestiduras sacerdotales, pero el sumo sacerdote llevaba un efod especial con los nombres de los hijos de Israel. También llevaba un pectoral que portaba el Urim y el Tumim, y debía estar sobre su corazón (Éxo. 28). Todos los sacerdotes debían ser consagrados (Éxo. 29). Otros elementos que debían ser cuidadosamente preparados eran el Altar del Incienso, la fuente para el lavamiento, el aceite de la unción y el incienso (Éxo. 30).Lee Éxo. 31:1 al 18. ¿Qué ayuda especial proveyó Dios para que todos los detalles del Tabernáculo y sus servicios fueran preparados de forma hermosa y adecuada?Esta es la primera ocasión en que las Escrituras dicen que Dios llenaría a una persona con el Espíritu de Dios. ¿Qué significa esto? Bezaleel fue capacitado para trabajar artísticamente en el Tabernáculo.Eso significa que fue equipado con nuevas habilidades, comprensión y conocimiento acerca de la artesanía necesaria. Además, Dios otorgó a Aholiab y a muchos otros artesanos el mismo Espíritu para ayudar en este trabajo.En medio de toda esta creatividad, el sábado es presentado como una señal de que Dios santifica a su pueblo, lo cual significa que la observancia del cuarto Mandamiento está asociada a la santificación. Ezequiel observó más tarde: “Les di también mis sábados, para que fuesen una señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy el Señor que los santifico” (Eze. 20:12).El sábado nos recuerda que el Señor es nuestro Creador (Gén. 2:2, 3), Redentor y Dios (Deut. 5:15; Mar. 2:27, 28), y que él es santo. Él transforma a las personas con su presencia a fin de que crezcan mediante su Espíritu y su Palabra para reflejar un carácter amoroso, bondadoso, generoso y perdonador.El Decálogo fue el regalo culminante que Dios hizo a Moisés (Éxo. 31:18). Dios mismo escribió y entregó las dos tablas de piedra con los Diez Preceptos (Éxo. 31:18; Deut. 9:9-11). Estas tablas debían ser colocadas en el Lugar Santísimo y dentro del Arca del Pacto, bajo el Propiciatorio (Éxo. 25:21).
- La palabra “propiciatorio” proviene de un término hebreo que significa básicamente “expiar”. ¿Por qué fue colocado el “propiciatorio” sobre la Ley de Dios? ¿Qué esperanza debemos ver en este hecho?
Lección de Escuela SabáticaLección 10 | Miércoles 3 de septiembreEN MEDIO DE SU PUEBLODios instruía a su pueblo por diversos medios, y uno de ellos era el Santuario. Todos sus servicios apuntaban a Jesús; eran lecciones objetivas del plan de salvación que se llevaría a cabo por medio de Jesús muchos siglos después.Lee Éxodo 25:1 al 9. ¿Qué verdades cruciales, prácticas y teológicas se desprenden de estos versículos?Aunque Dios estaba guiando a los israelitas y ya estaba cerca de ellos, ordenó a Moisés que construyera un santuario: “Y me harán un santuario, para que yo habite entre ellos” (Éxo. 25:8). Dios quería mostrarles de forma tangible que él estaba realmente con ellos. Aunque se habían equivocado muchas veces, él no los había abandonado, y “después de que les fue devuelto el favor del Cielo” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 356) recibieron la orden divina y comenzó el proceso de construcción del Santuario.La Biblia asegura que Dios no vive en templos y edificios construidos por el hombre (Hech. 7:47-50) porque él es más grande que los cielos y el cielo no puede contenerlo. Pablo afirmó lo siguiente en el Areópago de Atenas: “El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas” (Hech. 17:24). Asimismo, el rey Salomón dijo: “¿Habitará ciertamente Dios en la tierra? Si los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener, ¡cuánto menos esta casa que yo edifiqué!” (1 Rey. 8:27). El Santuario debía ser el lugar donde Dios manifestaría su presencia a su pueblo.Los israelitas debían traer una ofrenda voluntaria para la construcción del Santuario. Debían dar regalos preciosos y costosos, como oro, plata, bronce, madera de acacia, diversos tipos de telas finas, aceite de oliva y especias.Éxodo 25:10 a 27:21 registra muchos detalles acerca del Tabernáculo y sus servicios. Dios proporcionó a Moisés un plano con instrucciones específicas para construir y amueblar el Tabernáculo, incluyendo el Arca del Pacto, la mesa de los panes de la proposición, el candelabro, los altares, las cortinas, los colores y las medidas.Moisés tuvo que construir el Tabernáculo según el modelo que Dios le mostró (Éxo. 25:9, 40; 26:30), que era un reflejo del Santuario celestial (Heb. 8:1, 2; 9:11). El Santuario terrenal había cumplido una función crucial hasta la muerte de Jesús y su ministerio en el Santuario celestial, lo que anuló el Santuario terrenal, una verdad simbolizada por el rasgamiento de la cortina ante el Lugar Santísimo en ocasión de la muerte de Cristo (Mat. 27:51; Mar. 15:38).
Lección de Escuela SabáticaLección 10 | Martes 2 de septiembrePODER PARA OBEDECERLee Ezequiel 36:26 al 28. ¿Cómo se produce la obediencia en nuestra vida?Los israelitas declararon fervientemente en tres ocasiones que obedecerían a Dios (Éxo. 19:8; 24:3, 7). La obediencia es importante, aunque la Biblia enseñe que los seres humanos somos débiles, frágiles y pecadores. Esta triste verdad se hizo manifiesta no solo en la historia del antiguo Israel, sino también a lo largo de la historia del pueblo de Dios.En vista de ello, ¿cómo podemos seguir fielmente a Dios?La buena noticia es que el Señor siempre nos capacita para que podamos hacer lo que nos ordena. La ayuda que no está dentro de nosotros viene de nuestro exterior a fin de capacitarnos para hacer lo que Dios exige. Esto es obra suya. En el núcleo de su resumen teológico en Ezequiel 36:26 y 27, el profeta Ezequiel deja muy claro este punto. Solo Dios puede realizar un cambio de corazón, sustituyendo el nuestro de piedra por uno que sea sensible. En tal sentido, Josué recordó a su audiencia: “Ustedes son incapaces de servir al Señor” (Jos. 24:19, NVI).Nuestra parte es decidir seguir a Dios. Necesitamos tomar cada momento la decisión de rendirnos a él. Y eso es porque no somos siquiera capaces de poner por obra nuestra decisión de servirlo. Pero, cuando entregamos nuestra debilidad a Dios, él nos hace fuertes. Pablo dice: “Cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Cor. 12:10).Observa el uso del pronombre “yo” por parte de Dios en Ezequiel 36:24 al 30: Dios reúne, limpia, quita, da, pone y moviliza para obedecer cuidadosamente su Ley. Él se identifica contigo, y si te asocias estrechamente con él, harás lo que él hace. La unidad entre tú y Dios será dinámica, poderosa y viva.El énfasis en este pasaje está nuevamente en la actividad de Dios. La Biblia dice: “Pondré mi Espíritu dentro de ustedes, y haré que anden en mis mandamientos, que guarden mis normas, y las cumplan” (Eze. 36:27). Dios ordena a las personas que le sean obedientes y les da el poder para hacerlo. Dios siempre ayuda a su pueblo a hacer lo que exige. La obediencia (no solo nuestro desempeño o nuestros logros) es un don de Dios, al igual que la justificación y la salvación (Fil. 2:13).
- Si se nos ha prometido el poder para obedecer, ¿por qué nos resulta tan fácil pecar?
Lección de Escuela SabáticaLección 10 | Lunes 1 de septiembreVER A DIOSLee Éxodo 24:9 al 18. ¿Qué experiencia asombrosa vivieron aquí los hijos de Israel?Tras el firme restablecimiento del pacto con Dios, Moisés subió nuevamente al Sinaí. No estaba solo al comienzo de su ascenso, sino que tenía la excelente compañía de 73 líderes israelitas. Esa fue la experiencia cumbre para ellos, pues vieron a Dios (teofanía). El texto subraya dos veces el asombroso hecho. También fue único el momento en que los líderes sellaron el pacto con Dios al comer juntos. Era un banquete, y el Dios de Israel fue su anfitrión. Fue un gran honor concedido por Dios a esos líderes.En el Cercano Oriente, participar de la comida con alguien era, en los tiempos bíblicos, y aún hoy en cierta medida, una experiencia significativa, un gran honor y un privilegio. Ofrecía perdón y formaba un vínculo de amistad. Implicaba estar disponible para la otra persona y permanecer juntos en tiempos de crisis y problemas. Al comer juntos, se prometían sin palabras que, si a uno le ocurría algo, el otro acudiría en su ayuda. Una invitación a comer era algo especial que no se dirigía a cualquier persona.Por otra parte, rechazar una invitación era uno de los peores insultos. Esta idea nos ayuda a entender los relatos del Nuevo Testamento en los que Jesucristo fue duramente criticado por comer con pecadores (Luc. 5:30). Cuando los creyentes celebran la Cena del Señor, también establecen este estrecho vínculo con otros creyentes que son pecadores como ellos. Durante esta comida, celebramos el perdón y la salvación que tenemos en Jesús (ver Mat. 26:26-30; Mar. 14:22-25; 1 Cor. 11:23-29).Lamentablemente, algunos de los que habían subido con Moisés cayeron más tarde en pecado y perdieron la vida (ver Lev. 10:1, 2, 9). Aunque tuvieron allí una experiencia tan profunda con Dios, no fueron transformados ni convertidos por ella. La poderosa lección que esto enseña es que la posesión de la verdad y de privilegios sagrados no implica necesariamente conversión. En vista de la privilegiada experiencia que tuvieron en el monte, estos hombres deberían haber sido los últimos en caer como lo hicieron.
- Reflexiona detenidamente en la historia de estos hombres tan privilegiados, que eran incluso hijos de Aarón. ¿Qué advertencia representa esto para nosotros como adventistas, tan privilegiados por la luz que se nos ha confiado?
Lección de Escuela SabáticaLección 10 | Domingo 31 de agostoEL LIBRO Y LA SANGRELee Éxodo 24:1 al 8. ¿Qué papel desempeñan la lectura de la Palabra de Dios y la aspersión de la sangre en la ratificación del pacto entre Dios y su pueblo?El Dios vivo de la Biblia es el Dios de las relaciones. Lo importante para él no son las cosas ni los programas, sino las personas. En consecuencia, él presta mucha atención a los seres humanos, y el propósito primordial de sus actividades es construir una relación personal con ellos. No podría ser de otra manera, ya que un Dios que “es amor” debe estar interesado en las relaciones y porque el amor no es posible sin ellas.Jesús dijo: “Y cuando yo sea levantado de la tierra, a todos atraeré hacia mí” (Juan 12:32). Dios está interesado no solo en nuestro comportamiento ético, en una doctrina correcta o en un conjunto de acciones adecuadas, sino, sobre todo, en una relación personal e íntima con nosotros. Las dos instituciones traídas a la existencia en ocasión de la Creación (Gén. 1-2) tienen que ver con las relaciones: la primera de ellas, el sábado, con la relación vertical con Dios; la segunda, el matrimonio, con la relación horizontal entre los humanos.La ratificación del pacto en el Sinaí debía reforzar la relación especial que Dios quería tener con su pueblo. En la ceremonia, el pueblo se comprometió dos veces a obedecer a Dios en todo lo que él exigiera. “Haremos todo lo que el Señor ha dicho”, proclamaron. Lo decían en serio, pero no eran conscientes de su fragilidad y su falta de poder. La sangre del pacto fue rociada sobre el pueblo, indicando que Israel solamente podía seguir las instrucciones de Dios en virtud de los méritos de Cristo.No queremos aceptar que nuestra naturaleza humana es frágil, débil y completamente pecaminosa. Tenemos una tendencia inherente al mal. Para poder hacer el bien, necesitamos ayuda externa. Esta ayuda solo proviene de Arriba, del poder de la gracia de Dios, de su Palabra y del Espíritu Santo. E incluso con todo esto a nuestra disposición, ¡cuán fácil nos resulta ceder al mal!De allí que una estrecha relación personal con Dios era tan esencial para el pueblo de entonces, en el Sinaí, como para nosotros hoy.
- “Haremos todo lo que el Señor ha dicho” (Éxo. 24:3). ¿Cuántas veces has dicho lo mismo y has fracasado? ¿Cuál es la única solución para ese problema?
Lección de Escuela SabáticaLección 10: Para el 6 de septiembre de 2025EL PACTO Y EL MODELOSábado 30 de agostoLEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 24:1-18; 1 Corintios 11:23-29; Levítico 10:1, 2; Ezequiel 36:26-28; Éxodo 25:1-9; Éxodo 31:1-18.PARA MEMORIZAR:“Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras del Señor y todas las leyes. Y el pueblo respondió a una voz: ‘Haremos todo lo que el Señor ha dicho’ ” (Éxo. 24:3).Como su Dios, Creador y Redentor, el Señor deseaba estar con su pueblo y habitar en medio de ellos. Nos creó para estar en estrecha comunión con él. Sin embargo, si las relaciones significativas con otras personas requieren tiempo y esfuerzo, lo mismo ocurre con nuestra relación con Dios. Puede ser una experiencia edificante y llena de crecimiento, pero solo si pasamos tiempo con él. En términos prácticos, esto significa estudiar su Palabra (Dios nos habla por medio de ella), orar (abrir nuestro corazón a Dios), y dar testimonio a otros acerca de la muerte, resurrección y retorno de Cristo (participación en la misión de Dios). A medida que Dios nos bendice, nos convertimos en canales de bendiciones para los demás. La atención debe centrarse en Dios, no en nosotros (Heb. 12:1, 2). Al conectarnos con él, Dios puede capacitarnos para prestar atención a sus enseñanzas, lo que significa obediencia a su Palabra. No es de extrañar que la generación de seguidores de Cristo de los últimos tiempos sea descrita como integrada por personas que “guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apoc. 14:12). Es muy sencillo: amamos a Dios y le somos obedientes como evidencia de ese amor.
Lección de Escuela SabáticaLección 9 | Viernes 29 de agostoPARA ESTUDIAR Y MEDITAR:Lee el capítulo titulado “La ley dada a Israel” en el libro Patriarcas y profetas, de Elena de White, pp. 318-324.Puesto que vivimos en el territorio de nuestro Enemigo, no es de extrañar que podamos ser heridos por sus hábiles y engañosas artimañas. ¿Quién de nosotros no ha conocido el dolor y el sufrimiento provocados por el pecado y el mundo caído y pecaminoso en el que vivimos? Desgraciadamente, esto forma parte de la vida, pero Dios nos da poder para afrontarlo.“Nuestro amado Salvador nos enviará ayuda en el momento mismo en que la necesitemos. El camino al Cielo quedó consagrado por sus pisadas. Toda espina que hiere nuestros pies hirió también los suyos. Toda cruz que debamos cargar ya la cargó él antes que nosotros. El Señor permite los conflictos con el fin de preparar al alma para la paz. El tiempo de angustia es una prueba severa y terrible para el pueblo de Dios; pero es el momento para que todo verdadero creyente mire hacia arriba, y, por medio de la fe, pueda ver el arco de la promesa que lo envuelve” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 691).PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Muchos se han sentido desconcertados durante siglos porque el Señor hizo que los paganos cananeos fueran expulsados de su tierra y a veces incluso exterminados. Es, sin duda, algo inquietante. Sin embargo, ¿cómo puede ayudarnos el hecho de que el amor de Dios también implica hacer justicia a confiar en que él manifestó su amor y no solo su justicia en esa ocasión?
- Medita en lo dicho por Jesús luego de hablar del amor a los demás, incluso a nuestros enemigos y a quienes nos odian: “Sean, pues, perfectos, como su Padre celestial es perfecto” (Mat. 5:48). ¿Por qué enunciaría Jesús este requerimiento justo después de los anteriores? ¿Qué nos estaba diciendo aquí, no solo sobre lo que significa ser “perfectos”, sino también acerca de serlo como “nuestro Padre que está en los cielos”?
- El apóstol Pablo tenía una actitud positiva y edificante respecto de la Ley de Dios y sus funciones, pero se oponía al uso inadecuado de ella. ¿Qué significa su afirmación: “No están bajo la ley sino bajo la gracia” (Rom. 6:14)? ¿De qué maneras podemos abusar de la Ley? ¿Cuál es la diferencia entre justicia y venganza? ¿Son conceptos completamente distintos o solo manifestaciones diferentes de la misma idea? ¿Cómo podemos saber si nuestro anhelo de justicia no es en realidad un deseo de venganza?
Lección de Escuela SabáticaLección 9 | Jueves 28 de agostoVENGANZA“No se venguen ustedes mismos, amados míos, antes den lugar a la ira de Dios. Porque escrito está: ‘Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor’ ” (Rom. 12:19; ver también Deut. 32:35).¿Qué promesa y qué mandato se encuentran en los versículos recién citados, y cómo están estrechamente relacionados?Hasta que el Señor traiga la justicia, que tanta falta hace, era el deber de los jueces en el antiguo Israel aplicar la ley y determinar un castigo justo cuando ocurría un daño o lesión. Pero primero necesitaban investigar los hechos. El problema era que los maestros de la Ley en la época de Cristo aplicaban esta ley de una manera que abría la puerta a la venganza personal. Al hacerlo, el principio fue sacado de su contexto, y se perdió el propósito inicial. En consecuencia, defendían lo que la Ley realmente prohibía.Lee Mateo 6:4, 6; 16:27; Lucas 6:23, y 2 Timoteo 4:8. ¿Qué nos dicen estos textos acerca de cómo veía Jesús los principios relativos a la recompensa y el castigo?Jesús no estaba en contra del principio de la recompensa y el castigo. La justicia es una cuestión de principios; es una parte crucial de la vida. Sin embargo, ningún individuo debe asumir el papel de juez, jurado y “verdugo”. ¡Qué fácil sería para nosotros pervertir la justicia! No nos corresponde a nosotros reparar el daño. Si hay que reparar un mal, debe hacerlo un tribunal objetivo; es la labor de los jueces.En este contexto, Jesús nos dice que seamos tan perfectos como nuestro “Padre celestial es perfecto” (Mat. 5:48). ¿Cómo podemos ser tan perfectos como Dios mismo? El amor desinteresado es la característica primordial de Dios. Él enseña a sus seguidores a amar a sus enemigos y a orar por quienes los persiguen. La verdadera perfección consiste en amar, perdonar y ser misericordioso (Luc. 6:36), incluso con quienes no lo merecen. Este principio, y las acciones a las que conduce, es lo que significa reflejar el carácter de Dios. ¿Cómo podemos aprender día a día a amar como se nos ha ordenado? ¿Por qué esto implica siempre la muerte al yo?
Lección de Escuela SabáticaLección 9 | Miércoles 27 de agostoOJO POR OJOLee Mateo 5:38 al 48. ¿Cómo interpretó Jesús el significado de la ley del talión? ¿Cómo deberíamos aplicarla hoy?En el Sermón del Monte, Jesucristo citó textos del Antiguo Testamento con los que sus oyentes estaban sin duda familiarizados. Sin embargo, habló en contra de las interpretaciones rabínicas vigentes, que a lo largo de los siglos se habían alejado del propósito original de esas leyes citadas. Es decir, la tradición humana no solo ocultaba el propósito de la Palabra de Dios, sino que también en algunos casos (pensemos en las regulaciones rabínicas acerca del sábado y lo que ellas habían hecho con el cuarto Mandamiento) había pervertido su intención y significado. Con sus palabras, Jesús estaba restaurando el sentido original de esas leyes.En el Monte de las Bienaventuranzas, Jesús trató de corregir algunas de esas interpretaciones erróneas señalando a sus oyentes la intención y el significado originales de los textos.Éxodo 21:24 (“ojo por ojo, diente por diente”) fue citado en Mateo 5:38 y 39 (“Ustedes oyeron que fue dicho... Pero yo les digo”) y se refería a la ley del talión. Este versículo es también utilizado en otros lugares de la Biblia (Lev. 24:20; Deut. 19:21).Esta ley fue formulada con la intención de evitar la venganza, de poner fin a las contiendas sangrientas y a las represalias sin una investigación previa. Los daños debían ser evaluados por jueces, y luego se establecía y pagaba una compensación monetaria adecuada. Esta práctica surgió para evitar que las personas tomaran la justicia en sus manos. Era necesario hacer justicia, pero en armonía con la Ley de Dios.Jesucristo, quien promulgó estas leyes sociales por medio de Moisés, conocía el propósito de ellas, razón por la cual podía aplicarlas de manera objetiva, de acuerdo con su intención original. El motivo detrás de ellas era hacer justicia, propiciar la reconciliación y restaurar la paz.Se podría argumentar que la justicia implica en cierto sentido una especie de venganza o vindicación. La correcta aplicación de estas leyes era un intento de encontrar el justo equilibrio entre la justicia y la vindicación.
- ¿Cómo puede la certeza de que Dios hará finalmente justicia ayudarnos a lidiar con las injusticias que vemos en el mundo?
Lección de Escuela SabáticaLección 9 | Martes 26 de agostoEL PLAN ORIGINAL DE DIOSLee Éxodo 23:20 al 33. ¿Qué métodos quiso utilizar Dios para conquistar la Tierra Prometida?La intención de Dios no era que los israelitas lucharan por su nuevo territorio, sino que este les sería otorgado. La Tierra Prometida había sido prometida a Abraham, Isaac y Jacob, y debería haber sido recibida por Israel como un regalo especial de Dios.El modelo para la conquista de la Tierra Prometida se hizo patente durante el cruce del Mar Rojo. Dios luchó por su pueblo y le concedió la victoria total sobre quienes pretendían destruirlo (Éxo. 14:13, 14). Los egipcios fueron derrotados porque el Señor intervino milagrosamente. Del mismo modo, en tiempos del rey asirio Senaquerib, Dios también derrotó al vasto ejército asirio, fuertemente equipado y bien entrenado, sin que los israelitas tuvieran que luchar. Dios les concedió la victoria porque el rey Ezequías creyó en la palabra de Dios que le fue comunicada por el profeta Isaías (2 Rey. 19:35; Isa. 37:36).Dios informó a Abraham que la Tierra Prometida no sería entregada inmediatamente a su posteridad, sino recién al cabo de cuatrocientos años (Gén. 15:13-16). ¿Por qué? La razón estaba relacionada con la maldad de los habitantes de Canaán. Dios estaba obrando misericordiosamente con ese pueblo y les concedió otro período de gracia para que se arrepintieran. Sin embargo, ellos continuaron en su rebelión contra Dios y sus valores, así que cuando la iniquidad de esas naciones alcanzó su clímax, Dios se dispuso a entregar su territorio a los hebreos como una nueva patria.Además, Dios prometió que expulsaría a las naciones delante de Israel usando dos métodos inusuales pero muy efectivos: (1) infundiendo temor a las naciones malvadas, y (2) con avispas que ahuyentarían a la gente. Antes de que los israelitas llegaran al nuevo territorio, sus enemigos abandonarían el lugar y huirían de ellos (Éxo. 23:27, 28).El papel crucial en la conquista de la Tierra Prometida lo desempeña el Ángel de Dios. Este Mensajero era Cristo, quien guiaba a Israel y los protegía. Él era la columna de nube que los guiaba de día y la columna de fuego durante la noche. Israel debía prestarle mucha atención y escucharlo porque tenía autoridad divina (Éxo. 23:21). El desafío a la voluntad de Dios y la incredulidad respecto de su liderazgo complicarían el avance del pueblo.• ¿Qué nos enseña acerca de la gracia de Dios el hecho de que concedió muchos años a los paganos para que abandonaran sus malos hechos? A su vez, ¿qué nos enseña eso acerca de los límites de su gracia hacia quienes se niegan a aceptarla?
Lección de Escuela SabáticaLección 8 | Miércoles 20 de agostoDIFERENTES FUNCIONES DE LA LEY DE DIOSLa Ley de Dios revela su carácter; es decir, quién es él. Puesto que Dios es santo, justo y bueno, su Ley también lo es. Pablo confirma esto cuando dice: “La ley es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Rom. 7:12).La Biblia presenta la Ley de Dios de forma muy positiva (Mat. 5:17, 18; Juan 14:15; 1 Cor. 7:19). Es posible crear poemas acerca de ella (como Sal. 119), entonar cánticos acerca de la Ley (Sal. 19), y meditar en ella día y noche (Sal. 1:2; Jos. 1:8). La Ley ayuda a alejarse del mal, y da sabiduría, entendimiento, salud, prosperidad y paz (Deut. 4:1-6; Prov. 2-3).La Ley de Dios es como una valla que crea un amplio espacio de libertad para la vida y que advierte que los peligros, los problemas, las complicaciones e incluso la muerte acechan más allá de sus límites (Gén. 2:16, 17; Sant. 2:12).La Ley es también como una señal indicadora que señala a Jesús, quien perdona nuestros pecados y transforma nuestra vida (2 Cor. 5:17; 1 Juan 1:7-9). De este modo, nos conduce como si fuera un tutor (paidagogos, en griego) hacia Cristo (Gál. 3:24).Lee Santiago 1:23 al 25. ¿Cómo nos ayudan estas palabras a percibir la función y la importancia de la Ley, aunque ella no pueda salvarnos?Un espejo puede revelar defectos, pero no puede hacer que desaparezcan. El espejo señala los problemas, pero no ofrece ninguna solución para ellos. Lo mismo ocurre con la Ley de Dios. Intentar justificarse ante Dios cumpliendo la Ley sería como mirarse al espejo con la esperanza de que, tarde o temprano, este hará desaparecer una mancha del rostro.Puesto que somos salvados por medio de nuestra fe, no por las obras, ni siquiera las de la Ley, algunos cristianos afirman que esta fue abolida y que ya no tenemos que obedecerla. Eso es un grave error de interpretación de la relación entre la Ley y el evangelio en vista de la siguiente afirmación de Pablo: “Yo no hubiera conocido el pecado sino por medio de la ley” (Rom. 7:7). La existencia de la Ley es precisamente la razón por la que necesitamos el evangelio.
- ¿Cuán exitosos han sido tus intentos de obedecer la Ley de Dios? ¿Lo suficiente como para basar tu salvación en ella? Si no es así, ¿por qué necesitas el evangelio?
Lección de Escuela SabáticaLección 8 | Martes 19 de agostoEL DON DEL DECÁLOGOLee Éxodo 20:1 al 17. ¿Cuáles son los principios expresados en el Decálogo y cómo está organizado?Nota que el Decálogo no comienza con los mandamientos, sino con la acción misericordiosa de Dios en favor de su pueblo: “Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de Egipto, de casa de servidumbre” (Éxo. 20:2). El Señor muestra primero su gracia dando libertad y salvación a Israel, y solo después revela su voluntad. Los mandamientos debían ser observados como una expresión de amor y gratitud por lo que Dios había hecho por ellos.La palabra clave con la que Dios resume el Decálogo es “amor” (Rom. 13:10). El mandamiento más importante es el del amor, que se expresa de dos maneras: amor a Dios (Deut. 6:5) y amor al prójimo (Lev. 19:18).En los cuatro primeros mandamientos, el Decálogo interpreta lo que significa amar a Dios; en los seis siguientes, la Ley interpreta lo que significa amar al prójimo. El Decálogo comienza con el deber de honrar a Dios por encima de todo (amor vertical) y continúa con el respeto a los demás (amor horizontal):
- Honrar y venerar a Dios concediéndole el primer y más elevado lugar en cada situación de nuestra vida.
- Honrar y preservar la posición única de Dios y no sustituirlo por un ídolo de cualquier índole, ya sea físico, simbólico o espiritual. Nuestros afectos más puros pertenecen al Señor.
- Reverenciar el nombre de Dios, su reputación y su carácter.
- Honrar su día de descanso y adoración: el séptimo día semanal, el sábado.
- Respetar a los padres.
- Respetar la vida.
- Respetar el matrimonio.
- Respetar la propiedad de las personas.
- Respetar la reputación de los demás.
- Respetarnos a nosotros mismos para que ningún deseo egoísta manche nuestro carácter.
Como dijo el propio Jesús: “Si me aman, guardarán mis mandamientos” (Juan 14:15; ver también 1 Juan 4:20, 21). Por lo tanto, la verdadera obediencia no es más que una expresión de amor y gratitud hacia Jesús, un amor que se expresa con mayor intensidad en la manera en que tratamos a nuestro prójimo.
Lección de Escuela SabáticaLección 8 | Lunes 18 de agostoLA PREPARACIÓN PARA RECIBIR EL DONLee Éxodo 19:9 al 25. ¿Cómo preparó Dios a Israel para recibir los Diez Mandamientos?Dios dio instrucciones específicas acerca de cómo debían prepararse los israelitas para la entrega de la Ley en el Sinaí. Su pureza externa debía reflejar su total dedicación a Dios. Tenían que estar preparados para la espléndida manifestación de la gloria del Señor que estaba a punto de ocurrir. Cuando llegó, vino acompañada de “truenos y relámpagos, y una espesa nube sobre el monte. Y un penetrante sonido de trompeta estremeció a todo el pueblo que estaba en el campamento” (Éxo. 19:16).El Decálogo, los Diez Mandamientos, es el corazón de la revelación de Dios y de la ética bíblica. Constituye la sustancia y el fundamento de las normas divinas para toda la humanidad. Sus principios son eternos y universales.Según el relato bíblico, el Decálogo fue anunciado por Dios (Éxo. 19:19; 20:1; Deut. 5:4, 5, 24), y fue escrito por él mismo (Éxo. 24:12; 31:18; Deut. 5:22). En dos ocasiones fue entregado a Moisés como un regalo especial (Éxo. 32:19; 34:1; Deut. 10:1, 2).En Éxodo, el Decálogo es llamado “el testimonio” (hebreo: ‘edut; Éxo. 31:18), o “las palabras del pacto” (hebreo: dibre habberit; Éxo. 34:28). En el libro de Deuteronomio, esas palabras son escritas en “las tablas del pacto” (Deut. 9:9, 11, 15). Ninguno de los dos libros utiliza la expresión hebrea que significa “mandamientos” (mitzvot), sino que en tres ocasiones son designados como “las diez palabras”, ‘aseret haddebarim, de dabar, que significa “palabra, sentencia, asunto, discurso, historia, promesa, pronunciamiento” (Ver Éxo. 34:28; Deut. 4:13; 10:4).Existen dos versiones del Decálogo con muy ligeras diferencias. La primera se encuentra en Éxodo 20:1 al 17 y la segunda en Deuteronomio 5:6 al 21. La segunda versión fue presentada oralmente por Moisés a Israel casi cuarenta años después del Sinaí, justo antes de que el pueblo entrara en la Tierra Prometida (Deut. 1:3, 4; 4:44-47). Estas circunstancias explican las ligeras diferencias entre ambas versiones.Cuando Pablo dijo que el amor es el resumen de la Ley, citó el Decálogo (Rom. 13:8-10). El amor es, en efecto, la suma de la Ley de Dios, porque él es un Dios de amor (1 Juan 4:16).
- ¿Cómo entiendes la idea de los Diez Mandamientos como expresión del amor de Dios? ¿Qué significa eso? ¿Cómo se revela en ellos el amor de Dios?
Lección de Escuela SabáticaLección 8 | Domingo 17 de agostoEN EL MONTE SINAÍLee Éxodo 19:1 al 8. ¿Qué prometió Dios a su pueblo al pie del monte Sinaí?Dios condujo a los israelitas al monte Sinaí, donde pronto les entregaría el Decálogo, los Diez Mandamientos. Se desconoce el lugar exacto, pero algunos estudiosos piensan que probablemente Jebel Musa, un monte en la Península del Sinaí de 2.285 metros de altura, es el lugar donde Moisés se encontró con Dios varias veces (por ejemplo, Éxo. 3:1; 19:2; 24:18) y donde Elías se encontró con el Señor años más tarde (1 Rey. 19:8), la misma montaña donde Dios llamó a Moisés para que sacara a Israel de Egipto (Éxo. 3:1, 10). En aquel momento, el Señor anunció a Moisés que este adoraría a Dios en ese mismo lugar junto con el Israel liberado, lo cual serviría como señal de que el Dios de Abraham, Isaac y Jacob los estaba guiando (Éxo. 3:12).Tras dos meses de viaje, los israelitas llegaron al Sinaí (Éxo. 19:1), donde permanecerían aproximadamente un año (comparar Éxo. 19:1 con Núm. 10:11, 12). Durante este año recibieron de Dios muchas leyes, como se describe en Éxodo 19 al 40, Levítico 1 al 27 y Números 1:1 a 10:10. La permanencia de Israel en el monte Sinaí es la pieza central de la narración contenida en el Pentateuco. Es allí donde se sientan las bases de la transformación de los hebreos en el pueblo elegido de Dios, la única nación no sumida en el paganismo y la idolatría.Dios toma la iniciativa y establece el pacto entre él e Israel. Promete hacer de este un tesoro especial, un reino de sacerdotes, un pueblo santo, si sus integrantes le son obedientes y se mantienen en estrecha relación con él.Ser un pueblo santo significa dedicarse a Dios y revelar su carácter a los demás, especialmente a las naciones de su entorno. También fueron llamados a funcionar como un reino de sacerdotes que conectarían a otras personas con Dios, guiándolas hacia él y enseñándoles sus caminos y sus leyes. Ellos debían ser el tesoro especial de Dios pues el Señor quería hacer de Israel su canal para iluminar al mundo con el conocimiento acerca de él y de su carácter.Este pacto constituyó el establecimiento legal de una relación entre Dios y su pueblo. La fórmula general del pacto, que varía ligeramente en los distintos textos, es: “Los haré mi pueblo y seré su Dios” (ver Éxo. 6:7; Lev. 26:12; Jer. 24:7; 31:33; Heb. 8:10; Apoc. 21:3).
- ¡Imagina que fueras el “tesoro especial” de Dios! ¿Qué privilegios especiales implicaría eso? ¿Qué responsabilidades especiales tendrías?
Lección de Escuela SabáticaLección 8: Para el 23 de agosto de 2025EL PACTO EN EL SINAÍSábado 16 de agostoLEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 19:1-20:17; Apocalipsis 21:3; Deuteronomio 5:6-21; Santiago 1:23-25; Romanos 3:20-24; Romanos 10:4.PARA MEMORIZAR:“Ustedes vieron lo que hice a los egipcios, y cómo los tomé sobre alas de águila, y los he traído a mí. Ahora pues, si en verdad escuchan mi voz y guardan mi pacto, ustedes serán mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. Y ustedes serán mi reino de sacerdotes y gente santa” (Éxo. 19:4-6).¿Hacia dónde condujo Dios a Israel después de liberarlo de Egipto? ¿A la Tierra Prometida? Aunque esa respuesta geográficamente sea correcta, es teológicamente errónea. Dios mismo responde la pregunta de la siguiente manera: “Ustedes vieron lo que hice a los egipcios, y cómo los tomé sobre alas de águila, y los he traído a mí” (Éxo. 19:4). Por lo tanto, la respuesta bíblico-teológica a la pregunta revela la prioridad y el objetivo de Dios: el Señor los condujo a él.Cuando los seres humanos se alejan de Dios, él los busca y los llama a volver a él. El mejor modelo de esta profunda verdad está en el Jardín del Edén, cuando Adán y Eva pecaron contra Dios al desobedecer su mandato y se escondieron de él. Él tomó la iniciativa y llamó a Adán: “¿Dónde estás?” (Gén. 3:9). Él siempre da el primer paso. Jesús lo afirma con elocuencia:“Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo les daré descanso. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma” (Mat. 11:28, 29). Dios nos llama a todos. Nuestro destino eterno depende de nuestra respuesta.
Lección de Escuela SabáticaLección 7 | Viernes 15 de agostoPARA ESTUDIAR Y MEDITAR:Lee el capítulo titulado “Del Mar Rojo al Sinaí” en el libro Patriarcas y profetas, de Elena de White, pp. 296-309.Poco después del incidente con el agua, la nación se enfrentó a un nuevo peligro (ver Éxo. 17:8-16). Los amalecitas, una tribu feroz y belicosa, los atacaron. “Los amalecitas no desconocían el carácter de Dios ni su soberanía, pero en lugar de temerlo, se habían empeñado en desafiar su poder. Las maravillas hechas por Moisés ante los egipcios fueron tema de burla para los amalecitas, y se mofaron de los temores de los pueblos circunvecinos. Habían jurado por sus dioses que destruirían a los hebreos de tal manera que ninguno escaparía, y se jactaban de que el Dios de Israel sería impotente para resistirlos. Los israelitas no los habían perjudicado ni amenazado. En ninguna forma habían provocado el ataque. Para manifestar su odio y su desafío a Dios, los amalecitas trataron de destruir al pueblo escogido.Durante mucho tiempo habían sido pecadores arrogantes, y sus crímenes clamaban a Dios exigiendo venganza; sin embargo, su misericordia todavía los llamaba al arrepentimiento. Pero, cuando cayeron sobre las cansadas e indefensas filas de Israel, sellaron la suerte de su propia nación” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 307).PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Reflexiona en el hecho de que Jetro aprendió acerca del Dios verdadero a partir de lo que Dios hizo por su pueblo. (Ver Deut. 4:4-8). ¿Por qué es válido hoy ese principio? Pregúntate a ti mismo y a tu clase qué tipo de testimonio presenta nuestra iglesia ante el mundo. ¿Qué mensaje damos al mundo acerca de la naturaleza y el carácter de nuestro Dios?
- Lee nuevamente 1 Corintios 10:4. ¿Qué debería enseñarnos esto acerca de la antigua herejía, sostenida aún por algunos, según la cual el Dios del Antiguo Testamento era vengativo, iracundo e implacable en contraste con Jesús? ¿Cómo muestra este versículo lo erróneo de esa creencia?
- Vuelve a leer lo que Elena de White escribió acerca de cómo los amalecitas tuvieron la oportunidad de conocer al Dios verdadero. Compara su actitud con la de Jetro. ¿Qué lecciones podemos aprender de esto acerca de por qué Dios trajo juicio no solo sobre ellos, sino también sobre muchos grupos humanos de la antigüedad con los que Israel entró en contacto?
Lección de Escuela SabáticaLección 7 | Jueves 14 de agostoEL PAN Y EL AGUA DE VIDALee 1 Corintios 10:11. ¿Qué razón aduce Pablo para que estos acontecimientos quedaran registrados?Pablo explica que todo lo sucedido a los israelitas quedó registrado a fin de que sirviera como ejemplo y advertencia para los seguidores de Cristo y los ayudara a evitar los mismos problemas; es decir, para que aprendieran de esas experiencias. Se trata, pues, de una instrucción pertinente para quienes vivimos en “el fin de los tiempos” (NVI). Dios da a su pueblo el Espíritu Santo para fortalecer a los creyentes con “poder, [...] amor y [...] dominio propio” (2 Tim. 1:7) a fin de que puedan tomar decisiones correctas y seguir sus enseñanzas. Jesucristo es la Fuente de la nueva vida (Juan 14:6), y solo él puede convertirnos “en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es el culto espiritual de ustedes. [...] No se conformen a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su entendimiento, para que puedan comprobar cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12:1, 2).Jesús en su ministerio también usó las enseñanzas contenidas en estos relatos del Antiguo Testamento, los del maná y el agua en particular, para enseñar verdades acerca de sí mismo, quien condujo a los israelitas por el desierto.Lee Juan 4:7 al 15 y 6:31 al 51. ¿Qué verdades se nos revelan aquí a los cristianos?La samaritana descubrió que Cristo le ofrecía algo que no obtendría en ningún otro lugar. La sed interior de paz, alegría y felicidad procede de Dios y, por lo tanto, solo él puede satisfacerla (Sal. 42:1, 2).Más tarde, en el contexto del maná, Jesús explicó que fue Dios, no Moisés, quien lo proveyó al pueblo. Luego Jesús declaró: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre” (Juan 6:35). Jesús se identificó dos veces como el Pan de vida (Juan 6:35, 48).Así como el maná en el desierto era “pan del cielo” (Juan 6:31, 32), el agua de la roca era el regalo de Cristo para satisfacer la sed. Además de estos aspectos físicos, el pan y el agua tenían también un significado espiritual, pues Jesucristo es “el pan de vida” (Juan 6:35, 48) y el “agua viva” (Juan 4:10, 11, 14; 7:37, 38). Solo él, pues, puede saciar verdaderamente nuestras sed y hambre espirituales.
Lección de Escuela SabáticaLección 7 | Miércoles 13 de agostoJETROMoisés recibió la visita de Jetro, su suegro, también llamado Reuel (Éxo. 2:18), quien trajo consigo a Séfora, la mujer de Moisés, y a sus dos hijos, Gersón y Eliezer. Moisés salió a recibirlos cuando supo que venían.Lee Éxodo 18:1 al 27. ¿Qué pasos importantes en la historia de la nación tuvieron lugar aquí?Jetro vino porque oyó hablar de la asombrosa liberación de Israel por parte de Dios. Moisés narró a Jetro en detalle “todas las cosas que el Señor había hecho a Faraón y a los egipcios por amor a Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo el Señor los había librado” (Éxo. 18:8).Jetro alabó la bondad de Dios y sus extraordinarias intervenciones en favor de su pueblo: “¡Alabado sea el Señor que los libró de mano de los egipcios y de Faraón, y libró al pueblo de la opresión egipcia! Ahora reconozco que el Señor es grande más que todos los dioses, porque prevaleció contra los que se ensoberbecieron contra ellos” (Éxo. 18:10, 11).Lo que vemos aquí es un ejemplo de cómo la obra de Dios en favor de los hebreos debía ser un testimonio para el mundo acerca de quién es el Dios verdadero y de lo que puede hacer por su pueblo.Mientras Jetro aprendía acerca del Dios verdadero, él mismo tenía consejos sabios y beneficiosos para ofrecer al pueblo de Dios. Moisés necesitaba organizar el sistema legal con principios justos y equitativos. También necesitaba jueces íntegros, dedicados y fieles. Jetro enumeró sabiamente las calificaciones que debían tener esas personas: (1) hombres que respetaran profundamente a Dios; (2) que fueran dignos de confianza; y (3) que odiaran la ganancia deshonesta. Personas capaces y de buen carácter debían estar a cargo de diferentes grupos de miles, centenas, cincuentenas y decenas. De este modo, la carga administrativa de Moisés se reduciría y podría centrarse en los problemas importantes. Como resultado, el pueblo estaría bien atendido.Moisés aceptó el sabio consejo de Jetro (Éxo. 18:24) y nombró líderes para diferentes funciones administrativas (ver también Deut. 1:9-18).
- Moisés podría haber despreciado el consejo de su anciano suegro y haberle dicho que se ocupara de sus asuntos, pero no lo hizo. ¿Qué lecciones importantes podemos aprender de su disposición a escuchar a esta persona que ni siquiera era hebrea?
Lección de Escuela SabáticaLección 7 | Martes 12 de agostoAGUA DE LA ROCAEn el desierto se necesita mucha agua. Dios se ocupó de este problema pese a que el pueblo era pendenciero, no confiaba en él, e incluso puso a prueba su capacidad y su disposición a proveerles el vital líquido. En su incredulidad, volvieron la vista a Egipto.Lee Éxodo 17:1 al 7. ¿Qué lección debería haber aprendido el pueblo de este incidente?Moisés llamó al lugar Masa, que significa “prueba”, y Meriba, que significa “rencilla”. El Señor dio agua a los israelitas a pesar de su incredulidad. Esas dos palabras deberían haberles recordado que no debían poner a prueba a Dios ni reñir con él (Heb. 3:7, 8, 15). Cuestionaron seriamente la presencia de Dios a pesar de las numerosas demostraciones previas que habían tenido de su compañía, poder y autoridad.“Moisés hirió la peña, pero fue el Hijo de Dios el que, escondido en la columna de nube, estaba junto a Moisés e hizo brotar las vivificadoras corrientes de agua. No solo Moisés y los ancianos, sino también toda la multitud que estaba de pie a lo lejos, presenciaron la gloria del Señor; pero si se hubiera apartado la columna de nube, habrían perecido a causa del terrible fulgor de aquel que estaba en ella” (Elena de White, Patriarcas y profetas, pp. 304, 305).El agua es símbolo de vida, pues esta no es posible sin aquella. Todas las células de nuestro cuerpo necesitan agua. Nosotros mismos estamos constituidos por un 60 % de agua. Incluso nuestros huesos están en parte compuestos por ella. Por lo tanto, el hecho de que Dios proporcionara agua a los israelitas en el desierto era evidencia de que Dios se preocupaba por sus necesidades y de que podían confiar en él. Pero, de nuevo, era necesario que fueran obedientes.Muchos siglos después, Pablo recuerda a los creyentes que la experiencia de los israelitas en el desierto fue única. Cristo mismo no solo los guio, sino que también les proporcionó agua (Sal. 78:15, 16) y satisfizo otras necesidades espirituales y físicas. En tal sentido, el apóstol afirmó: “La roca era Cristo” (1 Cor. 10:4). Para ellos, Cristo era la Fuente de la vida y el Dador de la vida eterna. Así como una roca es sólida, Dios guiaba firmemente a su pueblo. Se puede contar con él porque no deja de cumplir sus promesas.
- ¿En qué aspectos necesitas ahora mismo confiar en Dios? ¿Cómo puedes aprender a someterte a su voluntad y esperar hasta que él actúe a su debido tiempo? ¿Por qué no siempre es fácil hacerlo?
Lección de Escuela SabáticaLección 7 | Lunes 11 de agostoCODORNICES Y MANÁDesgraciadamente, existe un patrón repetitivo de rebelión en estas historias de peregrinación. La gente olvidaba notoriamente que la poderosa mano de Dios les había ayudado en el pasado y que él había provisto soluciones para sus dificultades. Dejaron que sus problemas presentes los cegaran respecto de su meta final y del futuro maravilloso prometido por Dios. Ese es un problema común incluso entre el pueblo de Dios actualmente.Lee Éxodo 16:1 al 36. ¿Por qué se quejaron los israelitas y qué ocurrió luego?Es importante notar que las tentaciones registradas en la Biblia suelen estar relacionadas con el alimento. En el Jardín del Edén, la Caída se debió a la acción de comer del árbol prohibido del conocimiento del bien y del mal (Gén. 2:16, 17; 3:1-6). Cuando Jesús fue tentado en el desierto, Satanás intentó hacerlo caer valiéndose primero de la comida (Mat. 4:3). Esaú perdió sus derechos como primogénito a causa de su apetito indisciplinado (Gén. 25:29-34). ¡Cuántas veces la desobediencia de Israel estuvo relacionada con la comida y la bebida! No es de extrañar que Moisés recordara a las generaciones posteriores: “El hombre no vive solo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca del Señor” (Deut. 8:3).El maná era un alimento celestial que Dios suministró a los israelitas durante los cuarenta años en el desierto. Les enseñó mediante ese don que él es el Creador y el Proveedor de todo. Además, Dios usó la provisión sobrenatural de maná para mostrarles cómo guardar el sábado, el séptimo día semanal.Cada semana ocurrían cuatro milagros: (1) Dios proveía una ración diaria de maná durante cinco días. (2) Los viernes recibían una ración doble de maná, pues este no les sería provisto el sábado. (3) La ración extra del viernes reservada para el sábado no se echaba a perder. (4) No caía maná en sábado. Dios realizaba constantemente estos milagros para que el pueblo recordara el sábado y celebrara la bondad de Dios durante ese día. Dios dijo: “Tomen en cuenta que yo, el Señor, les he dado el sábado” (Éxo. 16:29, NVI).
- A los humanos nos agrada comer y fuimos creados para disfrutar de ello. La abundancia de alimentos que crecen en la tierra (nuestra dieta original) revela que Dios quiere que comamos y que nos agrade lo que comemos. Sin embargo, ¿cómo es posible abusar del maravilloso don de la comida y del apetito?
Lección de Escuela SabáticaLección 7 | Domingo 10 de agostoAGUAS AMARGASEn los incidentes registrados en la Biblia, distintos personajes desempeñan papeles diferentes, buenos o malos, y debemos prestar mucha atención a las tramas, los lugares, los tiempos y los villanos. Sin embargo, lo más importante de un relato suele ser el desenlace y las lecciones aprendidas. Lo mismo puede decirse de los relatos bíblicos acerca de la historia del pueblo de Dios tras el cruce del Mar Rojo.Como muestran los episodios, Dios es el Solucionador de problemas y el Pacificador. Sin embargo, su labor es dificultada por la incredulidad de las personas. Debido a su constante murmuración y desobediencia, los hebreos experimentaron serias complicaciones e incluso tragedias. Trajeron sobre sí mismos muchas dificultades debido a su incredulidad e impenitencia.Lee Éxodo 15:22 al 27. Tras el cruce del Mar Rojo, ¿cuál fue el trasfondo del primer milagro realizado?La primera prueba de la fe de Israel estuvo asociada a la necesidad de agua, lo que no es de extrañar dado el difícil, caluroso y seco entorno del desierto. Después de tres días de viaje, el pueblo finalmente encontró agua, pero no era potable. Marah significa “amargo”, y como el agua era amarga la fe de Israel en su bondadoso Señor se tambaleó rápidamente. Sin embargo, Dios reaccionó con compasión, y el primer milagro fue realizado con un trozo de madera. Por supuesto, no fue la madera sino el Señor quien hizo que el agua se tornara dulce y potable. El pueblo tuvo que aprender importantes lecciones: (1) paciencia para esperar el momento oportuno del Señor, y (2) que Dios hace las cosas en cooperación con los seres humanos.Sin embargo, los hijos de Israel dieron muchas cosas por sentadas y rápidamente olvidaron los grandes milagros que Dios había hecho por ellos, milagros por los que tan apasionadamente le habían cantado alabanzas, declarando: “¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en prodigios, autor de maravillas?” (Éxo. 15:11).Sin embargo, incluso después de sus quejas, Dios prometió que no traería sobre los israelitas “ninguna de las enfermedades” (Éxo. 15:26, NVI) que habían asolado a los egipcios. Él los protegería, pero solo podrían experimentar el cumplimiento de esta promesa si se mantenían fieles a él.
- ¿Qué pruebas y luchas has traído sobre ti mismo? ¿Qué consuelo puedes obtener al saber que Dios seguirá obrando en tu favor si cooperas con él?
Lección de Escuela SabáticaLección 7: Para el 16 de agosto de 2025EL PAN Y EL AGUA DE VIDASábado 9 de agostoLEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 15:22-16:36; Génesis 3:1-6; Éxodo 17:1-7; 1 Corintios 10:4; Éxodo 18:1-27; 1 Corintios 10:11.PARA MEMORIZAR:“Y el Señor dijo a Moisés: ‘¿Hasta cuándo se negarán a guardar mis mandamientos y mis leyes? Miren que el Señor les dio el sábado. Por eso en el sexto día les da pan para dos días. Quédese, pues, cada uno en su estancia, y nadie salga de su lugar en el séptimo día’. Así, el pueblo reposó el séptimo día” (Éxo. 16:28-30).Tras salir de Egipto, Israel emprendió un viaje desconocido hacia la Tierra Prometida. El pueblo se enfrentaba a un exigente y largo camino, y necesitaba aprender una multitud de lecciones. El Señor los guiaría y cuidaría, y deseaba ayudarlos a crecer, pero debían aprender disciplina, dominio propio, abnegación, generosidad, confianza en el Señor y, especialmente, obediencia.Moisés era un líder visible, y el pueblo tenía que seguirlo y aceptar su liderazgo si querían triunfar. Era crucial que permanecieran unidos, que cooperaran como comunidad y que se ayudaran mutuamente. Había muchos obstáculos y desafíos por delante. Gran parte de su crecimiento espiritual dependería de cómo enfrentaran esos desafíos y respondieran a Moisés, especialmente cuando los retos fueran grandes.El conocido adagio chino de que “un viaje de mil kilómetros comienza con un solo paso” era acertado en la situación de ellos, y necesitaban confiar en las indicaciones del Señor a cada paso. Trágicamente, como veremos, no aprendieron esas lecciones tan fácilmente. Pero ¿quién lo hace?
Lección de Escuela SabáticaLección 6 | Viernes 8 de agostoPARA ESTUDIAR Y MEDITAR:Lee el capítulo titulado “El Éxodo” en el libro Patriarcas y profetas, de Elena de White, pp. 286-295.Dios estaba con los israelitas a pesar de la escasa fe de ellos. Deseaba instruirlos y guiarlos a fin de que pensaran y se comportaran como su pueblo elegido. Dios los guio pacientemente y los dirigió a un lugar donde encontrarían menos desafíos. Elena de White dice lo siguiente al respecto: “Los israelitas estaban pobremente preparados para un encuentro con ese pueblo poderoso y belicoso. Tenían un conocimiento muy limitado de Dios y poca fe en él, y se habrían aterrorizado y desanimado. Carecían de armas y no estaban habituados a la guerra; tenían el espíritu deprimido por su prolongada servidumbre, y se hallaban estorbados por las mujeres y los niños, los rebaños y las manadas. Al dirigirlos por la ruta del Mar Rojo, el Señor se reveló como un Dios compasivo y juicioso” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 287).Acerca del cántico de Moisés, el Comentario bíblico Andrews dice lo siguiente: “La certeza de este acto redentor de Dios en la historia nos asegura que nada tenemos que temer del futuro. La última estrofa se centra en los enemigos futuros que tendrían que ser enfrentados en la conquista de Canaán. Por causa del ‘brazo poderoso’ (RVC) de Dios, enmudecerían ‘como una piedra’ (v. 16). Cuando enfrentamos certeras imposibilidades, cuando nos sentimos acorralados y no sabemos adónde acudir, podemos encontrar seguridad en ‘el cántico de Moisés’, porque conmemora un gran acontecimiento de la historia del pueblo de Dios” (Comentario bíblico Andrews, t. 1, p. 250).PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- ¿Por qué nos encontramos tan a menudo en la posición de los hebreos después de su increíble liberación de Egipto, pero antes del desafío del Mar Rojo? Es decir, ¿por qué nos sigue resultando tan fácil mostrar y expresar falta de fe a pesar de tantas demostraciones divinas de bondad y amor para con nosotros?
- ¿Por qué el faraón siguió persiguiendo a Israel después de todo lo sucedido, incluida la muerte de los primogénitos? ¿Qué debería decirnos esto acerca de cuán peligroso es para cualquiera de nosotros endurecerse a causa del pecado o pecar?
- Aunque todos enfrentamos a veces pruebas terribles, muchos hemos tenido (y seguimos teniendo) días muy buenos y momentos en los que no nos ocurre nada malo a nosotros ni a nuestros seres queridos. ¿Por qué deberíamos considerar esos momentos como una demostración de la gracia y la protección de Dios, sobre todo en vista de que vivimos en territorio “enemigo”? Es decir, ¿por qué deberíamos acordarnos siempre de alabar a Dios en los buenos tiempos, ya que no sabemos de qué calamidades hemos sido librados?
Lección de Escuela SabáticaLección 6 | Jueves 7 de agosto"EL CÁNTICO DE MOISÉS Y DE MARÍA"Todo el ejército egipcio fue derrotado y nadie sobrevivió, incluido el faraón (ver Sal. 136:15). Fue una derrota impresionante para los egipcios y una victoria completa para el pueblo de Dios. No es de extrañar que, a lo largo de toda su historia y hasta el día de hoy, los judíos revivan este incidente.Lee Éxodo 15:1 al 21. ¿Cuál es el contenido del cántico de Moisés?Este cántico alaba al Señor porque es un Guerrero poderoso que derrotó a quienes se oponían a su pueblo. Moisés desarrolla personalmente este tema subrayando que el Señor, su Dios, es también su fortaleza, su canción y su salvación. Nadie es como él, “magnífico en santidad, terrible en prodigios, autor de maravillas” (Éxo. 15:11).El cántico de Moisés habla de quién es Dios y de lo que hace. El Señor es exaltado, alabado y admirado por su extraordinaria obra en favor de su pueblo. La gratitud y la adoración son el resultado natural de la bondad de Dios para con nosotros. El aprecio por su amor es el prerrequisito para disfrutar de una vida espiritual vibrante. El amor inquebrantable de Dios es especialmente enfatizado y glorificado porque él conducirá al pueblo que ha redimido hasta su santa morada. Moisés predice que Dios establecerá el Santuario en el monte de su heredad (Éxo. 15:17) en referencia a Sion y al templo de Jerusalén.En Apocalipsis 15:2 al 4, los redimidos cantan el cántico de Moisés y del Cordero. ¿Puedes imaginar cómo sonará en el Cielo esta alabanza a Dios por sus grandes y maravillosas obras, por sus juicios justos y verdaderos, por sus acciones justas y su santidad?Observa lo que dice la última línea del cántico: “Todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus actos de justicia han quedado manifiestos” (vers. 4). Es decir, cuando los juicios de Dios, especialmente los que tienen que ver con el mal y la opresión que durante milenios han quedado impunes, se hayan manifestado, los redimidos de las naciones lo alabarán por esos juicios.
- Emanuel Kant dijo que si Dios es justo debe haber algún tipo de vida después de la muerte. ¿Por qué es tan acertada esa afirmación y cómo podemos aprender a confiar en que un día llegará la justicia que tanta falta hace en nuestro mundo? ¿Qué consuelo puede darnos esa esperanza?
Lección de Escuela SabáticaLección 6 | Miércoles 6 de agostoAVANZANDO POR FELee Éxodo 14:13 al 31. A pesar de su falta de fe, ¿qué hizo Dios por los hijos de Israel?Puesto que Moisés confiaba de todo corazón en Dios y en su Palabra, animó al pueblo. Presentó cuatro puntos cruciales acerca de cómo actuar en situaciones difíciles:
- “No teman” (Éxo. 14:13). El primer llamamiento es a confiar en el Señor, pues solo así es posible vencer el temor. Isaías nos recuerda esta verdad al afirmar que los creyentes están en las manos de Dios y que él actuará en favor de ellos si lo aceptan como su Dios y Señor: “No temas, que yo estoy contigo. No desmayes, que yo soy tu Dios [...]. Porque yo, el Señor, soy tu Dios, que te sostiene de tu mano derecha y te dice: ‘No temas. Yo te ayudo’ ” (Isa. 41:10, 13).
- “Manténganse tranquilos” (Éxo. 14:13). “Mantenerse tranquilos” no significa solo dejar de murmurar y esperar grandes cosas, sino confiar en Dios y esperar pacientemente su poderosa intervención, ya que él actuará.
- “Verán la salvación que el Señor les dará hoy” (Éxo. 14:13). Para que nuestra fe crezca, es importante reconocer el liderazgo y la ayuda de Dios, y agradecer su asistencia prometida. “Ver” significa abrir los ojos (porque la incredulidad es ciega). Solo Dios puede proporcionar la victoria, la seguridad y la salvación. Dios siempre está disponible, cuidando de nosotros y proveyendo lo que necesitamos en el momento apropiado.
- “El Señor peleará por ustedes” (Éxo. 14:14). Esto indica lo que Dios hará: luchará personalmente por su pueblo. El Calvario es la prueba definitiva de ello, pues en la cruz Cristo derrotó a Satanás para darnos la vida eterna (Juan 5:24; Heb. 2:14; Apoc. 12:10, 11). Incluso los egipcios reconocieron que el Señor luchaba por los israelitas (Éxo. 14:25).
La orden dada por Dios a Moisés fue clara: “Marchen”. Dios desplegó su plan de acción paso a paso: (1) el Ángel de Dios y la columna de nube se desplazaron desde la parte delantera del campamento de Israel y se situaron detrás de ellos, protegiéndolos del ejército egipcio; (2) Moisés extendió por fe su mano sobre el mar; (3) el Señor dividió el agua y la secó con un fuerte viento; y (4) el resultado fue que los israelitas atravesaron el mar con seguridad y sobre tierra seca hasta la otra orilla. Los egipcios los persiguieron ciegamente pues se negaron a ver que Dios estaba haciendo cosas extraordinarias por su pueblo hasta que fue demasiado tarde, como lo reveló su confesión en Éxodo 14:25.
Lección de Escuela SabáticaLección 6 | Martes 5 de agostoEL CRUCE DEL MAR ROJOLee Éxodo 13:17 a 14:12. ¿Cómo guio Dios a los israelitas cuando salieron de Egipto y qué ocurrió después?
En armonía con las instrucciones dadas por Dios a Moisés, los israelitas salieron de Egipto como un ejército bien organizado. Los términos hebreos tsaba’ y majaneh, traducidos como “ejércitos”, “escuadrones”, “campamento” y “huestes”, atestiguan esa descripción (Éxo. 6:26; 7:4; 12:17, 41, 51; 14:19, 20; compara con Éxo. 13:18). Los hebreos se dividieron en unidades y marcharon como un ejército. Más tarde, Balaam vio desde las colinas de Moab que Israel estaba “acampando por tribus” (Núm. 24:2, NVI).
Mientras tanto, “Moisés llevó consigo los huesos de José” (Éxo. 13:19). Este es un detalle muy importante del texto, y revela el cumplimiento de las promesas de Dios en respuesta a la fe de José, quien nunca perdió de vista la Tierra Prometida aun en medio del esplendor y los privilegios de Egipto. Pidió que sus huesos fueran llevados a la tierra de Canaán (Gén. 50:24, 25). Creía que el Señor visitaría a Israel en Egipto y lo llevaría a la tierra, como había jurado (Heb. 11:22). Cuando Israel llegó a Canaán, los huesos de José fueron sepultados en Siquem (Jos. 24:32). La columna de nube y la de fuego eran los signos visibles de la presencia de Dios entre su pueblo. El Señor habitaba allí y se comunicaba con ellos también desde la nube (Éxo. 14:24; Núm. 12:5, 6).
El faraón reveló ahora los verdaderos motivos de su corazón. No estaba convertido y nunca se arrepintió de verdad. Su petición a Dios para que lo bendijera era una farsa, tal vez un autoengaño. Reunió a su ejército y fueron tras sus esclavos fugitivos. ¡Cuán totalmente cegado por el pecado estaba realmente este hombre!
Cuando el pueblo vio venir al ejército del faraón, pronunció palabras y expresó sentimientos de los que se harían eco más de una vez: “¿No había sepulcros en Egipto, que nos sacasen a morir en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros al sacarnos de Egipto?” (Éxo. 14:11).
Aun después de haber visto manifestaciones tan dramáticas del poder de Dios, que incluyeron el libramiento de sus hijos primogénitos, el pueblo seguía mostrando una asombrosa falta de fe.
- Piensa en la última vez que te enfrentaste a una situación terrible. ¿Cuál fue tu primera reacción: fe en Dios o falta de ella? ¿Qué lecciones deberías haber aprendido de esa situación que podrían ayudarte la próxima vez que enfrentes otra?
Lección de Escuela SabáticaLección 6 | Lunes 4 de agostoLA CONSAGRACIÓN DEL PRIMOGÉNITOEl tiempo prometido de la redención, de la liberación, estaba a punto de llegar. El pueblo debía estar preparado. No bastaba con creer, debían actuar en consecuencia. Dios les había dicho lo que tenían que hacer; ahora tenían que hacerlo por fe. Aunque en un contexto totalmente diferente de aquel en el que Santiago estaba escribiendo, el principio destacado es en ambos casos el mismo: “¿Quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras está muerta?” (Sant. 2:20).Lee Éxodo 13:1 al 16. Los primogénitos israelitas fueron perdonados por la gracia de Dios durante la última plaga. ¿Cuál es la razón de ser de ese mandato divino perpetuo y qué debería significar para nosotros hoy?Dios protegió misericordiosamente a las familias israelitas que estaban, por así decirlo, bajo la sangre porque habían marcado por fe los dinteles de sus puertas. Estas nuevas instrucciones vinieron del Señor a través de Moisés: “Conságrame todo primogénito varón” (Éxo. 13:2). Esta legislación era válida tanto para los humanos como para los animales.Un principio que subyace tras este mandato es que todo pertenece a Dios pues es nuestro Creador y el Dueño de cuanto existe: “Del Señor es la tierra y su plenitud, el mundo y los que habitan en él” (Sal. 24:1). “Mía es la plata, mío es el oro –dice el Señor Todopoderoso” (Hag. 2:8). Los primogénitos de los israelitas eran el primer fruto de las bendiciones concedidas a ellos por Dios. Eran también una señal de su total consagración a él y de que comprendían que todo lo que poseían procedía solo de él.También vemos aquí la idea de redención, de salvación. Los primogénitos se libraban de la muerte porque estaban cubiertos o salvaguardados por la sangre. Fueron redimidos de la muerte como lo son quienes están bajo la sangre de Jesús. Como dice Pablo acerca de Jesús: “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados” (Col. 1:14).Dios dio a los hebreos ciertas normas acerca de cómo debía ser presentada la ofrenda correspondiente en celebración de su liberación de la esclavitud en Egipto. Los animales debían ser sacrificados, pero los hijos debían ser redimidos (Éxo. 13:12, 13, 15).
- Éxodo 13:16 se refiere a lo que debían colocar en sus manos y entre sus ojos. ¿Cómo simboliza esto la importante verdad espiritual de que, independientemente de cuánta fe tengamos, debemos actuar en armonía con esa fe?
Lección de Escuela SabáticaLección 6 | Domingo 3 de agostoVAYAN Y ADOREN AL SEÑOREn la noche de Pascua, el juicio divino fue ejecutado sobre quienes no estaban cubiertos por la sangre (Éxo. 12:1-12). Nadie escapó debido a su posición, educación, estatus social o género. El castigo alcanzó a todas las familias, desde el faraón hasta los esclavos, e incluso a los primogénitos de los animales. El orgullo de Egipto estaba por los suelos.Lee Éxodo 12:31 al 36. ¿Qué extraña petición hizo el faraón y por qué, incluso cuando dio permiso para que los hebreos se fueran?Cuán interesante es la petición del faraón a los hebreos cuando les permitió ir a adorar: “Y bendíganme a mí”, o “rueguen a Dios por mí” (DHH).¿Por qué pediría eso el rey de Egipto, un presunto “dios” en la Tierra y entre su pueblo? Parecía que había comprendido el poder del Dios de los hebreos y deseaba beneficiarse de él. Sin embargo, ¿cómo podía Dios bendecirlo mientras estaba sumido en la rebelión, la terquedad, el pecado y el orgullo? Aunque dio finalmente su consentimiento, no fue por sumisión a la voluntad de Yahvé, sino por la derrota que había sufrido. No estaba arrepentido, como lo revelarían sus acciones posteriores. Simplemente, quería detener la devastación que estaba destruyendo su reino.Faraón fue humillado y dio permiso a Israel para salir de Egipto ante las trágicas consecuencias de la peor plaga. Permite ahora lo que se negó a conceder tantas veces antes, cuando demostró que no le importaba el sufrimiento que sus acciones acarreaban a su nación.Comprensiblemente, el pueblo egipcio también deseaba que los hebreos se fueran. Por favor, váyanse o “todos moriremos”, dijeron.Mientras tanto, Dios hizo provisión para que los israelitas no salieran de Egipto con las manos vacías, sino con lo que necesitarían para lo que resultó una experiencia mucho más prolongada que lo previsto. Los egipcios dieron a los hebreos preciosos artículos para apresurar la salida de ellos del país. Por otra parte, lo recibido eran salarios negados a los israelitas durante siglos de esclavitud. Seguramente los egipcios consideraron aquello como algo muy módico con tal de sacar a los hebreos de su tierra.
- ¿Cuántas veces nos hemos “arrepentido” de ciertas acciones solo por sus consecuencias y no porque fueran malas en sí mismas? ¿Por qué no consiste en eso el verdadero arrepentimiento? ¿Cómo podemos aprender a arrepentirnos de los pecados de los que, en cierto sentido, “nos libramos”, al menos a corto plazo?
Lección de Escuela SabáticaLección 6: Para el 9 de agosto de 2025"A TRAVÉS DEL MAR ROJO"Sábado 2 de agostoLEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 12:31-36; Santiago 2:17-20; Éxodo 13:1-14:31; Hebreos 11:22; Éxodo 15:1-21; Apocalipsis 15:2-4.PARA MEMORIZAR:“Pero Moisés dijo al pueblo: ‘No teman. Manténganse tranquilos, y verán la salvación que el Señor les dará hoy. Porque esos egipcios que hoy ven, nunca más los verán. El Señor peleará por ustedes. Estén tranquilos’ ” (Éxo. 14:13, 14).El éxodo es la experiencia más dramática y gloriosa del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Este acontecimiento es el modelo divino de cómo Dios derrotó a los enemigos de los hebreos e introdujo victoriosamente a los israelitas en la Tierra Prometida. También es un símbolo de la salvación y la redención en Cristo.Desde el punto de vista humano, los hijos de Israel se encontraban en una situación desesperada, de la que no podían librarse por sí mismos. Solo Dios podía salvarlos. Lo mismo ocurre con nosotros y el pecado: estamos en una situación desesperada. Necesitamos algo aún más dramático que el éxodo: la cruz de Cristo y lo que él hizo allí por nosotros.Los acontecimientos relacionados con la salida de Israel de la tierra de Gosén, mencionados en Éxodo 12 y rememorados en el cántico de Moisés, alegremente entonado en Éxodo 15, son sobrecogedores y asombrosos. Las señales, prodigios y milagros redentores de Dios alcanzan su apogeo en ese contexto.Pero ni siquiera eso es comparable con lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz, de lo cual el drama del éxodo fue una mera prefiguración.
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Lección 5 | Viernes 1 de agosto
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee el capítulo titulado “La Pascua” en el libro Patriarcas y profetas, de Elena de White, pp. 279-285.
“La Pascua debía ser tanto conmemorativa como típica; no solo recordaría la liberación de Israel de Egipto, sino que también señalaría a la liberación más grande que Cristo realizaría para libertar a su pueblo de la servidumbre del pecado. El cordero del sacrificio representa al ‘Cordero de Dios’, en quien reside nuestra única esperanza de salvación. Dice el apóstol: ‘Nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros’ (1 Cor. 5:7). No bastaba que el cordero pascual fuese muerto; había que rociar con su sangre los postes de las puertas; así habrían de aplicarse los méritos de Cristo sobre el alma. Debemos creer, no solo que él murió por el mundo, sino que murió por cada uno individualmente. Debemos apropiarnos la virtud del sacrificio expiatorio” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 281).
Las familias judías observantes de todo el mundo celebran hasta hoy la Pascua judía, o Pésaj. Durante la primera noche de la celebración realizan una ceremonia llamada “Séder de Pascua” (séder significa “orden”) durante la cual rememoran el éxodo y disfrutan luego de una comida especial en familia. Es asombroso que esto haya sido celebrado desde la época del éxodo. Solo el reposo sabático durante el séptimo día de la semana, que los judíos observantes también respetan, se remonta incluso más atrás en el tiempo, hasta el Edén.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cómo es posible entender la “justicia” del Señor al dar muerte a los primogénitos, muchos de los cuales eran seguramente “inocentes”? ¿Cómo armoniza esto con la poderosa realidad del amor de Dios? Pensemos también en el Diluvio. ¿Cómo entenderlo?
2. ¿Qué significan las expresiones metafóricas según las cuales los creyentes están “cubiertos” por la sangre de Jesús y su sangre los “limpia” de todas sus iniquidades?
3. Medita en lo siguiente: “Los seguidores de Cristo deben participar de su experiencia. Deben recibir y asimilar la Palabra de Dios para que se convierta en el poder que motive su vida y acción. Mediante el poder de Cristo, deben ser transformados a su imagen y reflejar los atributos divinos... El espíritu y la obra de Cristo deben convertirse en el espíritu y la obra de sus discípulos” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 282). ¿Cómo permitimos que Cristo haga en nosotros lo allí descrito?
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Lección 5 | Jueves 31 de julio
EL JUICIO DIVINO
Lee Éxodo 12:29 y 30 acerca de cómo hirió Dios a los primogénitos en Egipto. ¿Por qué se centró Dios en los primogénitos? (Ver también Heb. 11:28).
La última plaga en Egipto cayó sobre los primogénitos. Fue un juicio divino sobre todos los dioses de Egipto y sobre todas las familias que adoraban a estos dioses falsos, ídolos sin valor que reflejaban las propias pasiones, deseos y temores de la gente.
Como habían demostrado las plagas anteriores, estos ídolos eran incapaces de salvar al pueblo. Su inutilidad era aún más evidente ahora, durante la décima plaga, la que produjo las mayores consecuencias para los egipcios.
“A través del vasto reino de Egipto, el orgullo de toda casa había sido humillado. Los gritos y los gemidos de los dolientes llenaban los aires. El rey y los cortesanos, con rostros pálidos y miembros trémulos, estaban aterrados por el horror prevaleciente” (Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 285).
El faraón representaba el poder supremo y el dios de Egipto, y su hijo primogénito era considerado hijo de un dios. Isis era una diosa protectora de los niños; Heket era una diosa que asistía a las mujeres durante el parto, y Min era un dios de la reproducción. Además de estos, había varios dioses egipcios de la fertilidad. Todas estas deidades eran impotentes en comparación con el Señor vivo. Moisés dice: “¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en prodigios, autor de maravillas?” (Éxo. 15:11).
Jetro dio luego el siguiente testimonio: “Ahora reconozco que el Señor es grande más que todos los dioses, porque prevaleció contra los que se ensoberbecieron contra ellos” (Éxo. 18:11).
Según Éxodo 1, los egipcios habían matado a los hijos recién nacidos de Israel por orden del faraón para debilitar a los israelitas, someterlos y humillarlos. Ahora, el castigo de Dios golpea a los primogénitos de Egipto. Lo que se siembra, se cosecha.
Nuestras decisiones y acciones equivocadas tienen consecuencias que no solo nosotros padecemos, sino que también afectan a otros, a veces muchos e inocentes. Tal es la naturaleza del pecado.
- ¿En qué formas has sufrido a causa de los pecados ajenos? ¿De qué maneras otros han sufrido a causa de tus faltas? ¿Cuál es nuestra única esperanza?
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Lección 5 | Miércoles 30 de julio
PASAR LA ANTORCHA
El salmista declara cómo pueden nuestros hijos conocer a Dios y su amoroso cuidado: “Una generación exaltará tus obras ante la otra y anunciará tus portentos” (Sal. 145:4). Una familia debe hablar a otra familia acerca de Dios, de sus maravillosas obras y de sus enseñanzas, todo ello con el fin de transmitir el conocimiento bíblico a otra generación.
Lee Éxodo 12:24 al 28. ¿Qué punto importante se planteó aquí?
Los padres eran los primeros maestros en Israel y debían contar la historia del éxodo a sus hijos. No debían hacerlo como si se tratara de un mero acontecimiento histórico pasado, sino que debía presentárseles como su propia experiencia, aunque hubiera ocurrido mucho tiempo antes. Debían identificarse con sus antepasados al celebrar esta fiesta, y la historia debía ser revivida y actualizada. El padre decía: “Estuve en Egipto, vi la derrota de los dioses egipcios y las plagas sobre Egipto, y fui liberado”. El libro de Éxodo subraya dos veces cómo debían los padres responder las preguntas de sus hijos acerca de la Pascua (ver Éxo. 13:14-16; Deut. 26:5-9).
Es digno de notar que los israelitas estaban aún en Egipto cuando se les dijo que celebraran su liberación. Toda la celebración fue, pues, un acto de fe. Tras recibir las instrucciones, “el pueblo se inclinó y adoró” (Éxo. 12:27) a su Redentor, y luego siguieron las indicaciones acerca de la Pascua.
En el libro del Deuteronomio se recuerda a los israelitas que debían contar su historia de tal manera que pudieran internalizarla como si se hubiera tratado de su propio viaje. Nótese el tono colectivo de este relato, así como el énfasis en la experiencia presente: “Entonces dirás ante el Señor tu Dios: ‘Un arameo a punto de perecer fue mi padre. Descendió a Egipto con pocos hombres; habitó allí, y llegó a ser un pueblo grande y numeroso. Los egipcios nos maltrataron, nos afligieron y nos sometieron a dura servidumbre; clamamos al Señor Dios de nuestros padres, y él oyó nuestra voz, vio nuestra aflicción, nuestro trabajo y nuestra opresión, y nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, con grandes portentos, señales y milagros, y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra que mana leche y miel’ ” (Deut. 26:5-9).
Además, cada vez que refirieran la historia de la Pascua (o cualquier acontecimiento de la historia sagrada) a sus hijos, los padres mismos recordarían lo que Dios había hecho por ellos y por el pueblo. Rememorar la Pascua era, pues, una bendición tanto para quien lo hacía a viva voz como para los oyentes.
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Lección 5 | Martes 29 de julio
PÉSAJ
Lee Éxodo 12:17 al 23. ¿Qué papel desempeña la sangre en la celebración de esta nueva festividad religiosa?
La sangre del cordero sacrificado era un elemento clave en esta celebración. Quienes participaban de esta, mojaban con ella los marcos de las puertas de sus casas. De este modo, demostraban su fe en que Dios los libraría de lo que tendrían que afrontar quienes no estuvieran protegidos por la sangre.
¡Qué poderosa representación de lo que significa el evangelio!
El cordero pascual tenía que ser sin defecto pues señalaba a Jesucristo, “¡el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!” La sangre del animal cumplía una función crucial: simbolizaba protección y era una señal de vida en un momento de muerte. “La sangre será la señal de las casas donde ustedes estén. Al ver la sangre, pasaré de largo, y no habrá entre ustedes mortandad cuando yo hiera la tierra de Egipto” (Éxo. 12:13).
Todo el evangelio estaba asociado con la celebración de la Pascua porque esta no solo apuntaba a la liberación de la esclavitud y la partida hacia la Tierra Prometida, sino también al sacrificio de Jesucristo por nuestros pecados y a sus méritos aplicados a todos los que están cubiertos por su sangre.
Siglos más tarde, Pablo escribió lo siguiente al recordar esta celebración: “Límpiense de la vieja levadura, para que sean nueva masa sin levadura como son. Porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros” (1 Cor. 5:7).
La levadura, o fermento, era utilizada para preparar masas de diversos tipos. Se la menciona por primera vez en la Biblia en relación con la preparación del pan ácimo (sin levadura) en la víspera de la salida de los israelitas de Egipto. También era necesario eliminar la levadura de sus casas (Éxo. 12:8, 15-20; 13:3-7). En este contexto concreto, la levadura era un símbolo de pecado (1 Cor. 5:6-8). Por lo tanto, no debía ser utilizada en el contexto de la fiesta de la Pascua durante una semana.
El pan sin levadura es un símbolo del Mesías sin pecado, quien venció todas las tentaciones y dio su vida por nosotros (Juan 1:29; 1 Cor. 5:7; Heb. 4:15). El “manojo de hisopo” empapado en sangre simbolizaba la gracia purificadora de Dios (Sal. 51:7). En resumen, la obra redentora de Jesús era revelada a lo largo de la Pascua.
- ¿Qué nos dice acerca de la gravedad del pecado el hecho de que fuera necesaria la sangre de Jesús, Dios mismo, para expiarlo?
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Lección 5 | Lunes 28 de julio
LA PASCUA
Lee Éxodo 12:1 al 20. ¿Qué instrucciones específicas dio Dios a Moisés y a Aarón antes de que Israel abandonara Egipto?
Uno esperaría que Dios instruyera a Moisés y a Aarón acerca de cómo organizar la salida de Egipto; es decir, cómo hacer provisión para ello especialmente en favor de los ancianos, las madres con niños pequeños, los animales, etcétera. En cambio, la instrucción de Dios es sorprendente: les dice cómo celebrar la Pascua. En otras palabras, la atención se centra en adorar al Señor, quien iba a redimirlos. Todo lo demás vendría a su debido tiempo.
Cada familia debía cocinar un cordero sin desperdiciar nada. Cada uno debía comer su porción, y si la familia no podía consumir todo el animal, debía compartir la cena con otra familia.
Lee Éxodo 12:13 y 14. ¿Qué haría el Señor por ellos cuando llegara la última plaga? ¿Qué simboliza eso?
El éxodo debía celebrarse regularmente cada año, no solo en conmemoración de lo que Dios había hecho por sus antepasados, sino también como la actualización de la acción liberadora de Dios para la generación presente. Sería una experiencia nueva para cada grupo.
Los versículos 12 y 13 explican el significado de la Pascua: el juicio divino de destrucción “pasará por encima” de los israelitas. Por eso debían conmemorar la “Pascua”. La palabra hebrea traducida como “Pascua” es pésaj, que es una combinación de otras dos que significan “pasar” y “sobre” o “encima”, ya que la destrucción “pasó por alto” los hogares israelitas cuyos dinteles habían sido marcados con la sangre del cordero, el signo de la vida y la salvación.
La celebración de la Pascua debía recordar a cada israelita los poderosos y bondadosos actos de Dios en favor de su pueblo. Esta celebración les ayudaba a salvaguardar su identidad nacional y a dar testimonio de sus convicciones religiosas.
- ¿Por qué es tan importante que recuerdes siempre la bondad de Dios para contigo en el pasado y confíes en que también será bondadoso contigo en el futuro?
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Lección 5 | Domingo 27 de julio
UNA PLAGA MÁS
El profeta Amós declara que “nada hace Dios [...] sin revelar su secreto a sus siervos los profetas” (Amós 3:7). En armonía con ello, el Señor reveló al faraón lo que se avecinaba por medio del profeta Moisés. El gobernante de Egipto recibió la más solemne advertencia del juicio justo de Dios contra el orgullo, la explotación, la violencia y la idolatría responsables de las calamidades que se abatirían sobre su tierra.
Lee Éxodo 11:1 al 10. ¿Qué advertencia dio Dios antes de ejecutar su juicio sobre Egipto?
Dios dio tiempo a Egipto, tres días de oscuridad (Éxo. 10: 22, 23), para pensar en los acontecimientos recientes y en lo que significaban. También les dio la última advertencia explícita, la última oportunidad de hacer lo correcto.
Pero Éxodo 11:8 dice que Moisés “salió muy enojado de hablar con Faraón”. ¿Por qué se marcharía Moisés enojado? Muy probablemente porque sabía que la tragedia, la décima plaga, afectaría a mucha gente inocente, todo a causa de la dureza de corazón del faraón.
Además, el número diez es significativo en el simbolismo bíblico, ya que representa la plenitud, o lo completo. (Piensa en los Diez Mandamientos como una revelación completa de la ley moral divina). Las diez plagas en Egipto señalan la plena expresión de la justicia y el castigo divinos.
Dios es el Juez, y está en contra del orgullo, la injusticia, la discriminación, la arrogancia, la explotación, la crueldad y el egoísmo. Está del lado de quienes sufren; de los abusados, maltratados y perseguidos. Dios ejecutará la justicia, que es en verdad otra expresión de su amor. (Ver Sal. 2:12; 33:5; 85:11; 89:14; 101:1; Isa. 16:5; Jer. 9:24).
Nosotros también deberíamos intentar ser tan amorosos y justos como sea posible. Sin embargo, podemos caer fácilmente en los extremos, ya sea en hacer, “por amor”, la vista gorda ante lo malo, ante lo que debe ser corregido, o en ejecutar fríamente la justicia. Ninguno de los dos extremos es correcto. En cambio, he aquí el ideal: “Hombre, el Señor te ha declarado qué es lo bueno y qué pide de ti: solo practica la justicia, ama la bondad y anda humildemente con tu Dios” (Miq. 6:8).
Si no podemos conseguir el equilibrio perfecto (ciertamente, no podemos), ¿por qué es mejor inclinarnos más hacia la misericordia que hacia la justicia? ¿O no es eso lo mejor?
LECCIÓN DE ESCUELA SABÁTICA
Lección 5: Para el 2 de agosto de 2025
LA PASCUA
Sábado 26 de julio
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 11:1-10; Miqueas 6:8; Éxodo 12:1-30; 1 Corintios 5:7; Éxodo 13:14-16; Hebreos 11:28.
PARA MEMORIZAR:
“Y cuando sus hijos les pregunten: ‘¿Qué significa este rito?’, responderán: ‘Es la víctima de la Pascua en honor del Señor, que pasó por alto las casas de los israelitas en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas’ ” (Éxo. 12:26, 27).
La décima y última plaga está a punto de caer. Se da el último aviso. Es necesario tomar la decisión final. Se trata de una cuestión de vida o muerte. No solo está en juego la vida de un individuo, sino la prosperidad de las familias y de toda la nación. El faraón y sus funcionarios serán responsables del destino de muchas personas, ya sea para vida o para muerte. Su actitud respecto del Dios vivo de Israel determinará no solo su futuro, sino también el de su nación.
¿Cómo nos sentimos y qué hacemos cuando la gravedad de las circunstancias se cierne sobre nosotros y tenemos que tomar una decisión que puede tener un gran impacto en la vida de muchos otros además de la nuestra?
Dios está más que dispuesto a concedernos sabiduría, entendimiento y poder para hacer lo correcto (1 Cor. 1:30; Fil. 2:13).
El problema, sin embargo, es que nuestro obstinado corazón no siempre está dispuesto a hacer lo correcto. Sabemos en qué consiste esto, pero nos negamos a hacerlo. En el relato acerca del éxodo, la negativa de un hombre a someterse a Dios, incluso ante la abrumadora evidencia, resultó, como siempre ocurre, en una tragedia para él y para muchos otros.