
Matutina para Jóvenes
Lunes 3 de noviembre de 2025
"Un millón de trasplantes"
«Pero yo, el Señor, juro por mi vida que no quiero la muerte del malvado, sino que cambie de conducta y viva.
Israel, deja esa mala vida que llevas. ¿Por qué habrás de morir?» (Eze. 33:11)
El portal de noticias ABC News reportó que en septiembre de 2022, Estados Unidos realizó su trasplante de órganos número un millón. Esto marcó un hito para este procedimiento médico que ha salvado miles de vidas. El primer trasplante de órgano se realizó en 1954, en Boston, cuando un equipo dirigido por el doctor Joseph Murray trasplantó un riñón de Ronald Herrick a su hermano gemelo, Richard. No obstante, no se realizaron muchos trasplantes durante los primeros treinta años desde que se realizó el procedimiento, pues la medicina no había descubierto cómo lidiar con el rechazo inmunológico del cuerpo al órgano nuevo.
Pero a principios de la década de 1980, con el avance de los medicamentos antirrechazo, los trasplantes experimentaron un auge y solo en 2021 se realizaron más de 41.000 trasplantes. Lamentablemente, solo en Estados Unidos unas cinco mil personas mueren cada año mientras esperan recibir un trasplante.
Resulta notable que más de dos mil quinientos años antes de que se realizara el primer trasplante, la Biblia se refiera al cambio que Dios desea efectuar en nosotros en términos muy similares a los de un trasplante de corazón. El Señor promete quitarnos «ese corazón duro como la piedra» y darnos «un corazón dócil» (Eze.
36:26). Curiosamente, a renglón seguido el profeta Ezequiel señala que Dios pondrá en nosotros su «espíritu» para que cumplamos sus mandamientos. De allí que el corazón que Dios desea poner en nosotros es ¡su propio corazón! Dios desea reproducir su carácter en nosotros, un verdadero trasplante.
Tristemente, a nivel espiritual, son muchos los que mueren cada día, no por insuficiencia de «corazones», ni por algún error en el proceso, sino porque se rehúsan a aceptar el nuevo corazón que Dios les ofrece. Prefieren vivir con un corazón petrificado por el pecado soslayando que tal forma de vida inevitablemente conduce a la muerte (ver Rom. 6:23). En el versículo de hoy, el Señor expresa su deseo de que todos sus
hijos alcancen la vida. Esa promesa te incluye a ti y me incluye a mí. Tenemos a nuestra disposición al Médico divino que desea donarnos su propio corazón. Con semejante oferta sobre la mesa, ¿por qué habremos de morir?

Matutina para Jóvenes
Domingo 2 de noviembre de 2025
"Visita al joyero"
«Te aprecio, eres de gran valor y yo te amo» (Isa. 43:4)
Cuenta la historia que un joven con poca autoestima visitó a un sabio para conocer su verdadero valor. Cuando entró a la casa del sabio empezó a describirle su situación, pero el sabio no le prestó atención, sino que cuando el joven terminó de hablar le dijo: «Ahora estoy muy ocupado con un problema personal y no te puedo ayudar, pero te voy a pedir un favor. Necesito dinero para saldar una deuda —dijo mientras se quitaba un anillo—. Por favor ve por la calle y vende este anillo, pero no aceptes menos de treinta monedas de oro».
El joven aceptó y salió a la plaza del pueblo. Allí empezó a ofrecer el anillo a todo el que encontraba, pero nadie ofreció más de cinco monedas de oro por él. Decepcionado, y sintiéndose peor, regresó donde el sabio y le contó lo sucedido. El sabio le dijo: «No te rindas tan rápido. Por favor, ve donde el joyero, muéstrale el anillo y pregúntale cuánto te ofrece por él; pero no aceptes el dinero sin antes venir a consultarme».
El joven fue al taller del joyero, le mostró el anillo y este lo examinó con su lupa bajo la luz. Después de analizarlo detenidamente, le dijo al joven: «Dile al sabio que si es urgente solo puedo darle cincuenta
monedas de oro, pero si espera un poco más le podré dar sesenta monedas». El muchacho salió corriendo a la casa del sabio y le contó lo sucedido. El sabio tomó el anillo y se lo puso en el dedo. Acto seguido le dijo al joven: «Tu vida es como este anillo. Los ignorantes no conocen su verdadero valor, pero bajo la lupa de un experto vale más de lo que te imaginas».
Posiblemente hoy esté escribiendo para alguien que ha dudado de su verdadero valor; tal vez has permitido que otras personas, que quizás ni siquiera te conocen bien, te asignen un valor inferior al que realmente tienes. Pero al igual que el joven del relato solo un Experto puede decir cuánto vales. Si me acompañas hoy al taller del Joyero divino y dejas que él te mire bajo su lupa, escucharás el inconfundible resultado: te formé
con mis manos, te hice a mi imagen y di mi vida por ti, por tanto «eres de gran valor y yo te amo» (Isa. 43:4).

Matutina para Jóvenes
Sábado 1 de noviembre de 2025
"Repara el hueco"
«Confía en el Señor y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás» (Sal. 37:3, NTV)
Hace algún tiempo leí la historia de un hombre al que le pidieron que pintara un bote. El día señalado tomó las herramientas necesarias y la pintura y se dirigió al lugar acordado donde pintó el barco de un rojo brillante, como le había pedido el dueño. Mientras realizaba su labor notó un pequeño agujero en el casco de la embarcación y lo reparó de inmediato, sin pensar mucho en ello. Cuando terminó de pintar, recibió el pago por la labor y se fue a casa.
Al día siguiente, el dueño del barco buscó al pintor y le entregó un cheque con un valor mucho más elevado al que correspondía la pintura de la embarcación. El pintor, sorprendido, dijo:
—Pero señor, ya usted me pagó por pintar el barco.
—El cheque no es por el trabajo de pintura, es por reparar el agujero en el barco.
—¡Ah! Pero fue un servicio tan pequeño… ciertamente no vale la pena pagarme una suma tan elevada por algo tan insignificante.
—Dices eso porque no entiendes el significado de lo que hiciste. Déjame explicarte: Cuando te pedí que pintaras el barco, olvidé mencionar el agujero. Cuando el barco se secó, mis hijos lo tomaron y se fueron de pesca. No sabían que había un agujero en el casco y yo no estaba en casa en ese momento. Cuando regresé y noté que habían tomado el barco me desesperé, pues pensaba que morirían ahogados en el mar. Imagina mi alivio y alegría cuando regresaron sanos y salvos. Entonces examiné el bote y descubrí que habías reparado el agujero. ¿Ahora entiendes lo que hiciste? ¡Salvaste la vida de mis hijos! A ti el cheque te parece enorme, mientras yo siento que no hay dinero en el mundo para «pagar» tu «pequeña» buena acción.
En el Salmo 37 David nos motiva a practicar la bondad, a hacer el bien sin importar a quién, cuándo o cómo ayudemos. El salmista no restringe la bondad a los grandes gestos; cualquier forma de ayuda, por pequeña que sea, puede significar una gran bendición para alguien. Dado que no sabemos cuándo nuestra bondad impactará de manera especial la vida de alguien o cuándo Dios nos bendecirá a través de nuestra propia bondad, siempre debemos estar dispuestos a «reparar» esos pequeños «huecos» que a diario nos encontramos en la vida. Hoy es un buen día para empezar, quizás el bien que hagas hoy puede cambiar tu vida para siempre.

Matutina para Jóvenes
Viernes 31 de octubre de 2025
"Solamente por fe"
«El justo por la fe vivirá» (Rom. 1:17)
Hace ya más de quinientos años, un día como hoy, Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la catedral de Wittenberg. En ellas protestaba contra la venta de indulgencias y abogaba por una fe sincera que produjera buenas obras. Permíteme compartir contigo dos de las 95 tesis de Lutero que resumen la esencia del tratado:
36. Todo cristiano que siente sincero arrepentimiento y contrición por sus pecados, tiene perfecta remisión de penas y culpas aun sin cartas de indulgencia.
45. Debe enseñarse a los cristianos que el que ve a un indigente y, sin prestarle atención, da su dinero para comprar indulgencias, lo que obtiene en verdad no son las indulgencias papales, sino la indignación de Dios.
Aunque estas declaraciones pueden parecernos lógicas hoy en día, en 1517 eran ideas revolucionarias.
¿Cómo llegó Lutero a semejantes conclusiones en una época en la que la venta de indulgencias era la norma? Mediante la experiencia personal. Su lucha contra la venta de indulgencias fue el resultado de su lucha contra la culpa. «A veces se iba a acostar con el corazón angustiado, previendo con temblor en el sombrío porvenir, y con constante terror por el pensamiento de Dios como un juez severo, inexorable, un cruel tirano más bien que un bondadoso Padre celestial» (El conflicto de los siglos, p. 130).
Lutero mismo describió su angustia mental con las siguientes palabras: «Yo, cuando era fraile, creía que se acababa mi salvación tan pronto me ocurriera sentir la concupiscencia de la carne, es decir, un mal impulso, un deseo, un movimiento de cólera, de odio o de envidia […]. No sabía cómo sosegarme. Estaba constantemente crucificado con pensamientos como este: ‘He aquí que la envidia y la impaciencia todavía te atormentan’ » (Emile Léonard, Historia general del protestantismo [Península, 1967], t. 1, p. 47.). ¿Cómo encontrar la paz en medio de una lucha así? Lutero la halló en la Biblia, concretamente en el versículo de hoy: «El justo por la fe vivirá» (Rom. 1:17).
Encontrar en la Biblia la idea de que somos salvos por gracia (ver Efe. 2:8) transformó el corazón de Lutero. Sus dudas se disiparon para dar paso a la fe. Sus temores desaparecieron y la fe y la confianza en Dios renacieron en él. La guerra en su interior cesó y al fin hubo paz en él. Han pasado más de quinientos años desde entonces, pero el mundo todavía necesita saber que «el justo por la fe vivirá».

Matutina para Jóvenes
Jueves 30 de octubre de 2025
¡Arregla tu cama!
«El que es fiel en lo poco también lo será en lo mucho; y el que no es honrado en lo poco tampoco lo será en lo mucho» (Luc. 16:10, NVI)
El 17 de mayo de 2014, la Universidad de Texas invitó al almirante de cuatro estrellas William H. McRaven para que pronunciara el discurso de graduación. El almirante decidió presentar a los jóvenes graduandos diez lecciones que aprendió de su entrenamiento con los SEAL de la Marina de los Estados Unidos, el grupo más selecto y mejor entrenado del ejército más poderoso del mundo.
Si tuvieras que adivinar, ¿cuál crees que sería la primera lección del discurso del almirante McRaven?
¿Aprender a cargar el arma? ¿Cómo sobrevivir en la selva o la nieve? No. Nada de eso. La primera lección, y quizás la más importante, que aprenden los SEAL de la Marina es a arreglar su cama de forma impecable. En su libro Make Your Bed [Haz tu cama], el almirante McRaven relata que la primera prueba del día durante el entrenamiento era verificar si la cama estaba bien arreglada. O, mejor dicho, «perfectamente arreglada».
Tal vez te preguntes: «Pero Jorge, ¿y qué tiene de especial arreglar mi cama?». Esta tarea cotidiana, casi banal, dice mucho sobre qué tipo de persona eres y serás. En palabras del almirante McRaven: «Si arreglas tu cama cada mañana, habrás logrado la primera tarea del día. Eso te dará una pequeña sensación de orgullo y te animará a hacer otra tarea, y otra, y otra. Al final del día, esa tarea completada se habrá convertido en muchas tareas completadas. Arreglar la cama también reforzará el hecho de que las pequeñas cosas de la vida importan. Si no puedes hacer bien las pequeñas cosas, nunca harás bien las grandes» (p. 73).
Sé que tienes grandes planes para el futuro, pero para alcanzarlos a menudo tendrás que empezar «desde abajo», con tareas pequeñas y tu fidelidad en las cosas pequeñas te preparará para realizar tareas más grandes (ver Luc. 16:10). Por lo tanto, no esperes que hoy se te presente la oportunidad de hacer algo grandioso para mostrar de qué estás hecho. Si quieres cambiar tu vida, y posiblemente el mundo, comienza
prestando atención a las cosas pequeñas. Comienza arreglando tu cama, leyendo un capítulo de la Biblia, pero comienza.

Matutina para Jóvenes
Miércoles 29 de octubre de 2025
"La carrera más importante de tu vida"
«Ustedes saben que en una carrera todos corren, pero solamente uno recibe el premio» (1 Cor. 9:24)
Cuando se celebraron los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 escuché la impactante historia de Yusra Mardini. Yusra es una nadadora profesional que se crió en Damasco, la capital de Siria. Sin embargo, como resultado de la guerra civil que azotó su país, su casa fue destruida y Yusra y su hermana se vieron obligadas a emigrar. Fue así como en el año 2015 viajaron al Líbano y luego a Turquía. Allí, Yusra, su hermana y otros dieciocho refugiados abordaron una embarcación ¡con capacidad para solo seis o siete personas!
Zarparon rumbo a la isla griega de Lesbos, pero tan solo media hora después de haber iniciado el recorrido
¡el motor se detuvo y la embarcación empezó a zozobrar! ¿Qué hubieses hecho en un momento así? «Pensé que sería una vergüenza morir ahogada —relató Yusra—, porque soy nadadora profesional». Así que Yusra, su hermana y otra persona, que eran los únicos que sabían nadar, remolcaron la embarcación durante tres horas hasta llegar a Lesbos.
Después de llegar a Grecia viajaron hasta Alemania, donde continuó su entrenamiento y logró participar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 como parte del equipo de refugiados. Yusra participó en las carreras de los cien metros en estilo libre y los cien metros en estilo mariposa. Lamentablemente no ganó ninguna medalla en Río, ¿pero sabes qué? Yusra ganó la carrera más importante de todas: la carrera por su vida. La historia de Yusra me enseñó que a veces lo que realmente importa puede pasar desapercibido a los ojos del mundo. De hecho, otra gran lección que podemos extraer de la historia de esta nadadora es que, por lo general, los momentos que definen nuestra existencia ocurren en solitario, o frente a un puñado de personas.
Las grandes decisiones de nuestra vida, las victorias o derrotas que nos marcan para siempre, no suelen ocurrir frente a una gran audiencia, sino con nuestras familias y amistades íntimas, o a veces en esos momentos donde estamos a solas con Dios. Siendo esto así, ¿no deberíamos prestar mayor atención a lo que nos ocurre en privado? Puede que al igual que Yusra, hoy te toque participar en la carrera más importante de tu vida.

Matutina para Jóvenes
Martes 28 de octubre de 2025
"Amor que calma"
«El Señor tu Dios vive en medio de ti. Él es un poderoso salvador. Se deleitará en ti con alegría. Con su amor calmará todos tus temores» (Sof. 3:17, NTV)
Si has prestado atención a las experiencias personales que te he contado, de seguro notaste que, mientras escribía este libro, nació mi hijo Joel David. Aunque ha sido la mayor bendición que he recibido, también debo reconocer que resultó sumamente desafiante escribir un libro mientras cuidaba de mi hijo recién nacido.
Durante las noches, cuando Joel se despertaba llorando, yo lo cargaba y lo llevaba al sillón para dormirlo de nuevo. A veces se dormía, pero en la mayoría de los casos continuaba llorando hasta que Gaby venía y lo tomaba en sus brazos. Entonces se calmaba y se dormía casi de inmediato. Te confieso que al principio me llegué a sentir celoso. No comprendía por qué el bebé solo se calmaba con su madre, hasta que leí que los recién nacidos reconocen a la madre por el olor y su calor corporal. Es esa sensación de cercanía lo que hace que un bebé se calme y vuelva a dormir.
A lo largo de nuestra vida, todos pasamos por momentos de oscuridad y soledad en los que lloramos y desesperamos ante el dolor y el sufrimiento. En su libro Beyond Order [Más allá del orden] el psicólogo canadiense Jordan B. Peterson señala que, al relatar el clamor de angustia de Jesús: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mat. 27:46), Mateo parece sugerir «que la carga de la vida puede llegar a ser tan grande que incluso Dios mismo puede perder la fe cuando se enfrenta a la insoportable realidad de la injusticia, la traición, el sufrimiento y la muerte» (p. 362).
¿Cómo lidió Jesús con la oscuridad, la soledad y el dolor? Él clamó a Dios. Cristo sabía que solo el amor del Padre puede calmar un corazón que sufre. Jesús conocía las palabras de Sofonías que encontramos en el versículo de hoy, donde el profeta nos asegura que Dios está con nosotros, que es poderoso para salvarnos y que con su amor puede calmar todos nuestros temores. Por eso, unos instantes más adelante, Jesús pudo declarar con confianza: «¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!» (Luc. 23:46). Hoy tú también puedes clamar a Dios y confiar en que él está contigo y, con su amor, calmará tus miedos.

Matutina para Jóvenes
Lunes 27 de octubre de 2025
"¿Perfección o progreso?"
«Conozcan mejor a nuestro Señor y Salvador Jesucristo y crezcan en su amor» (2 Ped. 3:18)
Poco antes de terminar de escribir este libro me inscribí en un nuevo gimnasio, mucho más cómodo y con mejores equipos. El primer día decidí recorrer las instalaciones para familiarizarme con los equipos y las clases que ofrecía. Fue entonces cuando me topé con un gran mural lleno de frases motivadoras, como: «Supera tus límites, nadie lo hará por ti» o «el cuerpo logra lo que la mente cree». Pero hubo una frase que se destacó
entre todas las demás. Decía: «El progreso vence a la perfección».
Los administradores del gimnasio saben que muchos de nosotros nos sentimos intimidados cuando vemos personas con «cuerpos perfectos» entrenando. Pensamos: «Nunca me veré como él/ella, así que mejor dejo de intentarlo». Pero la idea de que el progreso es mejor que la perfección ofrece un punto de vista diferente. En vez de enfocarme en los «perfectos», mi meta debe ser mi propio progreso: levantar hoy más peso que ayer, correr un minuto más que ayer, quemar cien calorías más que ayer, pedalear un poco más que ayer. Como
bien escribió Robin Sharma en El monje que vendió su Ferrari: «Las mejoras diarias producen resultados
duraderos que, a su vez, conducen a cambios positivos» (p. 64).
Para Dios, el progreso también supera a la perfección. ¿Por qué? Porque él sabe que muchos de nosotros podemos frustrarnos intentando llevar vidas «perfectas» en tanto que descuidamos el progreso diario que él espera de nosotros. En vez de quedarnos embelesados mirando la «perfección» de héroes de la fe como Moisés, Elías, Pedro y Pablo, hemos de recordar que ellos se convirtieron en modelos a seguir mediante un arduo camino de superación y progreso diario. Pablo, consciente de su lucha, escribió: «No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo» (Fil.
3:12). En el versículo de hoy, Pedro también nos invita a vivir vidas de progreso diario hasta que alcancemos la meta de ser como Jesús.
Si hoy, al meditar en tu vida, te das cuenta de que no eres perfecto, no te desanimes, Dios te ha llamado a ser hoy mejor que ayer. Recuerda que el progreso vence a la perfección.

Matutina para Jóvenes
Domingo 26 de octubre de 2025
"Swifty"
«Fue en Antioquía donde por primera vez se les dio a los discípulos el nombre de cristianos» (Hech. 11:26)
No suelo seguir de cerca el mundo de la música contemporánea, pero incluso para aquellos que como yo no están muy atentos, es difícil ignorar el fenómeno musical y cultural que se ha convertido Taylor Swift. Esta joven, que comenzó su carrera en la música country, ha emergido en años recientes como la cantautora más reconocida a nivel mundial. Se estima que su gira «Eras» generará ganancias de 1.400 millones de dólares, y cada presentación de esta gira conlleva un gasto de hasta 5 mil millones de dólares en las ciudades anfitrionas. A finales de 2023, un oficial de la Reserva Federal de los Estados Unidos subrayó que Taylor Swift tuvo durante ese año un impacto positivo en la economía del país.
Pero lo que más llama la atención de Taylor Swift es la forma en la que ha logrado conectar con toda una generación de jóvenes que se identifican tanto con esta cantautora que los medios de comunicación los han llamado swifties. Los swifties no solo escuchan la música de Taylor, también asisten a sus conciertos, siguen su vida personal, comparten sus valores y la ven como un modelo a seguir.
Taylor Swift no es la primera persona en tener un grupo de seguidores que llevan su nombre, y
posiblemente tampoco sea la última. Durante el primer siglo de nuestra era existía la costumbre en el Imperio Romano de utilizar el nombre del líder para designar a los seguidores. Es así como encontramos registros de grupos llamados «pompeyanos», «agustinos» y «cesarianos» para referirse a los seguidores de Pompeyo, Augusto y César, respectivamente.
Por eso, cuando surgió un nuevo grupo de personas que hablaban de «Cristo» (1 Cor. 2:1-2), imitaban a «Cristo» (1 Cor. 11:1) y se sentían identificados con los valores de «Cristo» (Juan 13:35), los habitantes de Antioquía decidieron llamarlos «cristianos». De allí que ser «cristianos» es más que ir a la iglesia un día a la semana, es ver el mundo a través de los ojos de Jesús e imitarlo al amar al prójimo. Billy Graham lo resumió de la siguiente manera: «Un cristiano es una persona que confía en Jesús para su salvación eterna y procura seguirlo en su vida diaria. En otras palabras, un cristiano está comprometido con Jesús como su Salvador y Señor». ¿Sigues tú a Jesús? ¿Pueden los demás llamarte «cristiano/a»?

Matutina para Jóvenes
Sábado 25 de octubre de 2025
"Reír para vivir"
«Dios me hizo reír. Todos los que se enteren de lo que sucedió se reirán conmigo» (Gén. 21:6, NTV)
Durante una entrevista, el irreverente comediante Jimmy Carr relató que, en el transcurso de una de sus presentaciones, mientras interactuaba con el público, una joven le dijo: «Hoy estoy celebrando mi quinceavo año de bonificación gracias a ti». Carr no comprendió la frase «año de bonificación», así que le preguntó a la joven qué quería decir. «Sufro de depresión —dijo ella— y hace quince años, una noche como hoy, iba a quitarme la vida. Solo estaba esperando a que todos en mi casa se durmieran para hacerlo. Mientras esperaba decidí ver videos de YouTube. Fue entonces cuando vi un video tuyo y me reí. Seguí viendo videos y continué riéndome. Y ahora estoy viva gracias a ello».
Después de relatar el incidente, Jimmy Carr señaló cómo algo aparentemente insignificante como la comedia, «algo que hacemos por diversión», puede ser tan necesario para una persona. En realidad, el humor y la risa ofrecen beneficios que van mucho más allá de la diversión. Los profesionales de la salud señalan que
la risa reduce el estrés, mejora la memoria, quema calorías, mejora la salud mental y la tolerancia al dolor. Por eso no me sorprende que incluso la Biblia, un libro que miramos con reverencia, contenga varias instancias de humor.
El nacimiento de Isaac, uno de los primeros relatos de la Biblia, está marcado por la risa (Gén. 18:12-13). También resulta bastante cómica la historia de Jonás, el profeta que decide huir de la presencia del Dios omnipresente (Jonás 1:3). En 1 Reyes 18:27, Elías utiliza el sarcasmo para subrayar que Baal no contesta; y en sus sermones Jesús utilizó algunos ejemplos que de seguro hicieron reír a sus oyentes. ¿Te imaginas a una persona sacando un mosquito de su bebida solo para tragarse un camello (ver Mat. 23:24)? ¿Y qué tal una
persona que intenta sacar una astilla del ojo de su prójimo mientras tiene un tronco en el suyo (ver Mat. 7:3)?
Dado que la risa es beneficiosa para la salud, ¿no crees que hoy es un buen día para reír? Sigamos el consejo del Sabio: «Diviértete, joven, ahora que estás lleno de vida» (Ecl. 11:9), porque «el corazón alegre es una buena medicina» (Proverbios 17:22, NTV).

Matutina para Jóvenes
Viernes 24 de octubre de 2025
"La decisión de Jennifer"
«No busquen ustedes la belleza externa que producen adornos tales como peinados exagerados, joyas de oro y vestidos lujosos. Procuren más bien la belleza pura, la que viene de lo íntimo del corazón» (1 Ped. 3:3-4, NBV)
Jennifer Lawrence es una de las actrices más famosas y mejores pagadas de Hollywood. Quizás reconoces su nombre por la franquicia de X-Men o Los juegos del hambre. Cuando se decidió adaptar Los juegos del hambre al cine, muchos expresaron dudas sobre la elección de Lawrence para interpretar a Katniss Everdeen.
¿Por qué? Porque tenía unos «kilitos de más», mientras que el personaje que interpretaría era el de una jovencita desnutrida en un futuro distópico.
Ante la presión de modificar su apariencia para el filme, Jennifer Lawrence relata en una entrevista que decidió mantenerse firme y preservar su apariencia intacta. «Yo sabía que los libros eran un gran fenómeno y que la mayoría de la audiencia estaría conformada por niños». Luego añadió que quería que los fanáticos se identificaran con Katniss y no se sintieran alienados «porque no tienen un peso determinado». Desde entonces, la actriz ha usado su influencia para promover una imagen corporal saludable.
Cuando te miras en el espejo, ¿cómo te sientes? Lamentablemente las producciones cinematográficas y las redes sociales se han encargado de promover una imagen distorsionada de la realidad en lo que respecta a la apariencia física. Por eso muchos jóvenes y señoritas viven acomplejados y frustrados porque no lucen como «tal o cual persona en Instagram», o tratando de mejorar su apariencia por medios temporales o permanentes, como las cirugías estéticas.
En un mundo obsesionado con lo superficial, es importante que comprendas que tu valía no se define por tu cabello, tu piel, tu color o tu peso. Tienes valor porque fuiste creada a imagen de Dios (Gén. 1:26), y lo que reside en tu interior, lo que no puede ser percibido a simple vista, tiene más relevancia que la mera apariencia física. Así que la próxima vez que te veas en el espejo, en vez de preocuparte por lo que te falta o lo que te sobra, sonríe y dile a Dios: «¡Te alabo porque soy una creación admirable!» (Sal. 139:14, NVI).

Matutina para Jóvenes
Jueves 23 de octubre de 2025
«Siempre sosteniendo a alguien»
«No acabará de romper la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente» (Isa. 42:3)
Dawson Trotman nació prematuramente el 25 de marzo de 1906. No se esperaba que viviera por mucho tiempo, pero milagrosamente sobrevivió. La madre atribuyó este hecho a un milagro de Dios, mientras que el padre sostenía que simplemente era buena suerte. Esta no era la única diferencia de opinión entre ellos, así que después de algunos conflictos, la pareja se divorció. Dawson Trotman llegó a ser un líder estudiantil en la escuela secundaria. Era el alumno con las mejores calificaciones de su clase y también el líder de la Sociedad Cristiana de Emprendimientos. Pero Dawson estaba llevando una doble vida. Era como si las dos voces opuestas de sus padres lo estuvieran instando a recorrer dos caminos diferentes.
Después de terminar la escuela secundaria, Trotman se sumergió en una vida desordenada marcada por el consumo excesivo de alcohol y las apuestas. Su rumbo parecía encaminarse hacia la autodestrucción. Un día, él y su novia casi se ahogan mientras estaban nadando. Cuando su novia no logró nadar de regreso a la playa, él trató de ayudarla, pero se hundieron en el agua. Ambos fueron salvados por una pareja que pasaba
en un bote. En ese momento, Dawson Trotman decidió hacerse cargo de su vida. Visitó a su antiguo grupo de la iglesia y halló que se habían propuesto memorizar las Escrituras. Inmediatamente comenzó a memorizar pasajes bíblicos. Fundó entonces «Los navegantes», un grupo de creyentes cuyo lema era: «Conocer a Cristo y darlo a conocer».
Veinticinco años más tarde, durante una conferencia de «Los navegantes», vio que una jovencita se cayó de una lancha a motor. Al instante se tiró al agua para rescatarla. La sostuvo allí el tiempo suficiente para que otros llegaran a salvarla, pero Dawson se ahogó antes de que alguien pudiera sacarlo a él. La revista Time publicó una fotografía de Trotman en la sección de obituarios, donde se leía la siguiente leyenda: «Siempre sosteniendo a alguien».
La actitud de este caballero constituye un fiel reflejo del Dios al que servía, un Dios que nos sostiene. Isaías presenta en el versículo de hoy ese aspecto del Señor, cuando la vida de uno de sus hijos empieza a resquebrajarse y su llama empieza a languidecer, él no nos da el golpe de gracia, sino que nos sostiene y nos restaura. Hoy no solo puedes experimentar al Dios que sostiene, sino que puedes dedicar tu vida a sostener a otras personas, así como Dios te ha sostenido a ti.

Matutina para Jóvenes
Miércoles 22 de octubre de 2025
"El viaje de William Ramsay"
«La enseñanza que les dimos sobre el poder y el regreso de nuestro Señor Jesucristo, no consistía en cuentos inventados ingeniosamente, pues con nuestros propios ojos vimos al Señor en su grandeza» (2 Ped. 1:16).
William Mitchell Ramsay nació en Escocia como el hijo menor de la familia. Tras el fallecimiento de su padre cuando tenía seis años, se trasladó a la ciudad natal de su madre. Estudió en Göttingen, donde fue fuertemente influenciado por el escepticismo, y donde aprendió a dudar de la veracidad histórica de la Biblia.
Ansioso por demostrar que la Biblia no era más que un mito antiguo, Ramsay viajó a Asia Menor. En su época, la ubicación de la mayoría de las ciudades mencionadas por Lucas en los Hechos de los Apóstoles no era conocida, y tampoco se sabía mucho sobre la historia de esos lugares aparte de las referencias bíblicas. Ramsay sostenía la creencia de que Lucas había escrito al menos cien años después de los eventos que narra, y suponía que el autor se había inventado los lugares. De este modo, creía que sería fácil demostrar lo que consideraba una falacia histórica. ¡Imagina la sorpresa que se llevó cuando encontró todos los lugares que Lucas menciona y se dio cuenta de que Hechos es un libro fiable! En su vejez escribió: «Me propuse buscar la verdad en la frontera entre Grecia y Asia y la encontré allí [en los Hechos de los apóstoles]. Las narraciones
de Lucas son más confiables que las de cualquier otro historiador y pueden soportar el escrutinio más minucioso».
Después de su experiencia, Ramsay, antiguo crítico de la Biblia, se dedicó a defender la veracidad del Nuevo Testamento, concluyó que las trece Epístolas paulinas también son fidedignas y su nombre ha pasado a la historia como uno de los grandes arqueólogos de todos los tiempos.
La Biblia no es un instrumento de apologética, tampoco es un tratado científico o un libro especializado en la historia, ¡es la Palabra de Dios! Como tal, las Escrituras tienen el poder de convertir al acérrimo escéptico en un fiel creyente. Hoy te invito a dedicar un momento al inicio de tu día para meditar en la Palabra de Dios. Al leerla, obtendrás sabiduría; al creerla, encontrarás salvación; al practicarla, alcanzarás la santidad.

Matutina para Jóvenes
Martes 21 de octubre de 2025
"El invierno se acerca»
«Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros […]. Y no dejemos de congregarnos» (Heb. 10:24-25, NTV)
La franquicia de Juego de tronos es una de las más exitosas de los últimos años. Tanto los libros como las series que de ellos se derivan son grandes éxitos comerciales. Hoy me gustaría llamar tu atención a una frase icónica de esta serie de fantasía: «El invierno se acerca».
En el universo ficticio en el que se desarrolla la serie, las estaciones pueden durar varios años. Por lo tanto, esta frase funciona como una especie de advertencia y resume la expectativa que genera la narrativa de la serie. Durante siete temporadas, los protagonistas se prepararon para el invierno, la oscuridad y los peligros que llegarían con esa estación. Una de las maneras más efectivas de prepararse para la llegada del invierno era rodearse de aliados, como bien expresa la frase de uno de los protagonistas: «Cuando la nieve cae y sopla el viento, el lobo solitario muere, pero la manada sobrevive».
Más allá de la fantasía, los cristianos siempre hemos visto el mundo como un lugar hostil. Y a medida que nos acerquemos más y más hacia el tiempo del fin, los peligros irán aumentando. Así como «el invierno se acerca» constituye una solemne advertencia para los personajes de Juego de tronos, el tiempo del fin lo es para nosotros. Jesús describió este periodo con las siguientes palabras: «Habrá entonces un sufrimiento tan grande como nunca lo ha habido desde el comienzo del mundo ni lo habrá después» (Mat. 24:21). Acto seguido nos invitó a prepararnos adecuadamente: «Por eso, ustedes también estén preparados» (Mat. 24:44).
¿Qué podemos hacer tú y yo a fin de prepararnos para el «invierno» que se aproxima? Aunque hay diversas maneras de hacerlo, como la lectura de la Biblia, la oración y la testificación, hay una que resulta digna de mención en este contexto: «la manada»; o dicho en términos espirituales: pertenecer a una comunidad de fe. El autor de Hebreos dice que ahora que «vemos que el día del Señor se acerca», no debemos dejar «de asistir a nuestras reuniones», sino que hemos de animarnos los unos a los otros (Heb. 10:25).
Cuando nos reunimos con otros creyentes contamos con la presencia de Cristo (Mat. 18:20); además, en la unidad podemos hallar fortaleza para superar los desafíos (ver Ecl. 4:9-12, NTV). El invierno se acerca, no te quedes solo, ¡únete a la manada!

Matutina para Jóvenes
Lunes 20 de octubre de 2025
"Sacando cuentas"
«El Señor le dijo a Moisés: ‘Con la ayuda del sacerdote Eleazar y de los jefes de familia del pueblo, haz la cuenta de la gente y de los animales quitados a los madianitas’ » (Núm. 31:25, 26)
A finales de noviembre, en Estados Unidos se celebra el Día de Acción de Gracias. Esta festividad, que cada vez trasciende más allá de las fronteras de Norteamérica, tiene sus raíces en el siglo XIX. Después de la batalla de Gettysburg, en 1863, Abraham Lincoln declaró el último jueves de noviembre como el «día nacional de reflexión y agradecimiento». Después, en 1941, esta festividad quedó oficialmente establecida el cuarto jueves de noviembre, y así ha permanecido hasta el día de hoy.
Aunque la fecha del Día de Acción de Gracias es relativamente reciente, ya en la Biblia encontramos un «día de acción de gracias» del pueblo de Israel. En Números 31, justo después de finalizar una batalla contra los madianitas, encontramos dos eventos llamativos. En los versículos 25 y 26, Dios ordena: «hagan una lista de todo el botín» (NTV). ¿Por qué? Sencillamente porque el ser humano tiende a ser olvidadizo y Dios quería que los israelitas fueran conscientes de lo que él había hecho por ellos. Cuando contamos nuestras bendiciones, cuando «sacamos cuentas» podemos apreciar mejor la bondad y la misericordia de Dios.
Después de «hacer una lista de todo el botín», encontramos el segundo acontecimiento relevante. «Entonces los oficiales y los comandantes de batallones se acercaron a Moisés y le dijeron: ‘Hemos pasado lista a los hombres que salieron a la batalla, y ninguno de nosotros falta. Por lo tanto hemos traído al Señor una ofrenda tomada de nuestro botín’ » (Núm. 31:48-50, NBV). Después de contabilizar las ganancias materiales, los jefes se dieron cuenta de lo que realmente importa: la vida de las personas. Fue así como llegaron a la siguiente conclusión: «No falta ninguno».
Ya nos acercamos al final del año y estarás agradecido o agradecida por todas las bendiciones que Dios te ha dado. Pero si hoy apartas unos minutos para «sacar la cuenta», llegarás a la conclusión inevitable de que las mayores bendiciones que has recibido durante el año, como la vida, la salud o la familia, no se pueden medir en cantidades. La buena noticia es que no tienes que esperar al cuarto jueves de noviembre de este año para expresarle a Dios tu gratitud. Hoy es el mejor día para hacerlo.

Matutina para Jóvenes
Domingo 19 de octubre de 2025
"Él estará contigo"
«Entonces Moisés le dijo a Dios: ‘¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?’. Y Dios le contestó: ‘Yo estaré contigo’ » (Éxo. 3:11-12)
En abril de 1961 el cosmonauta soviético Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en orbitar la
Tierra. Aquel fue un gran logro para la Unión Soviética y una gran humillación para los Estados Unidos.
Fue entonces cuando John F. Kennedy, el presidente estadounidense en ese momento, seis semanas
después del vuelo de Gagarin, se dirigió a una sesión conjunta del Congreso de los Estados Unidos y realizó la mayor presentación de ventas de su presidencia. «Ya es hora […] de que esta nación asuma claramente el liderazgo en la conquista del espacio, porque en muchos sentidos puede tener la clave de nuestro futuro en la Tierra». Acto seguido propuso la idea de colocar un hombre en la luna.
En su libro El líder guiado por la visión, Michael Hyatt relata que, en aquel momento, muchos consideraron que la visión de Kennedy estaba desconectada de la realidad. De hecho, su predecesor, Dwight D. Eisenhower calificó el proyecto de Kennedy como chiflado y «riesgoso»; y el administrador de turno de la NASA, T. Keith Glennan, catalogó el plan del presidente como «muy malo». No obstante, todos sabemos que el 20 de julio de
1969, Neil Armstrong salió del Apolo 11 y se convirtió en el primer hombre en pisar la luna. Para entonces
Kennedy ya no estaba vivo, pero su sueño se hizo realidad.
Me imagino que al leer estas líneas, también tienes planes, metas y sueños y seguramente ya habrás descubierto lo difícil que resulta lograr que los demás te brinden su apoyo. Algunos te tildarán de incapaz y para otros tus planes serán «chiflados y riesgosos». Pero no permitas que los contratiempos te derriben.
En el desierto, cuando Dios le encomendó a Moisés la «descabellada» tarea de liberar más de medio millón de esclavos del país más poderoso de la época, Moisés replicó: «¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón?». Pero el secreto para alcanzar nuestras metas no se encuentra en ser más, sino en quién nos acompaña. Kennedy y el gobierno de los Estados Unidos tenían a los mejores científicos de la época. Tú y yo tenemos al Dios Todopoderoso de nuestro lado. Él te dice hoy: «Yo estaré contigo».

Matutina para Jóvenes
Sábado 18 de octubre de 2025
"La locura de la fe"
«El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios» (1 Cor. 1:18, NVI)
«En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero…». Así comienza Cervantes su magistral obra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, donde relata las aventuras de Alonso Quijano, un hombre que leyó tantas novelas de caballeros que «del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio». Don Quijote vive en un mundo imaginario, donde ve las cosas de forma diferente a como son en realidad. Para él, los molinos de viento son gigantes, un rebaño de ovejas es un ejército y una yegua es un corcel imponente.
Don Quijote guarda cierto parecido con lo que la Biblia dice acerca de la fe. Pablo afirma que «tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos» (Heb. 11:1). La fe nos hace ver el mundo y a los demás de manera distinta, pues vemos a través de los ojos de Dios. Nos hace vivir con propósito, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Pero la fe también nos hace parecer locos ante el mundo, pues no todos entienden nuestra cosmovisión. Festo le gritó a Pablo «Pablo, estás loco. ¡Tanto estudio te ha llevado a la locura!» (Hech. 26:24, NTV).
¿Significa esto que hemos de renunciar a nuestra fe para agradar al mundo? ¡De ninguna manera! Al contrario, hemos de mantenernos firmes, «pues la locura de Dios es mucho más sabia que el más sabio plan humano, y lo débil de Dios es más fuerte que todos los hombres juntos» (1 Cor. 1:25, NBV) y «no es posible agradar a Dios sin tener fe» (Heb. 11:6). Sí, tener fe puede hacer que parezcas extravagante ante los incrédulos. Sin embargo, aquí radica la gran diferencia entre la fe y la locura al estilo de Don Quijote: para aquellos que son salvos, la fe es la manifestación del poder de Dios. ¿Te atreverás hoy a ser un «loco de la fe»?

Matutina para Jóvenes
Viernes 17 de octubre de 2025
"El don de la aceptación"
«Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios» (Efe. 2:8)
Mientras cursaba la licenciatura en Teología, tuve la oportunidad de tomar la clase de religiones comparadas. En ella aprendí que los musulmanes oran cinco veces al día, lo cual supera la frecuencia de oración de muchos cristianos. Los practicantes del judaísmo observan el sábado como día de reposo. Los hindúes consideran que la vida es sagrada y debe ser protegida. Para los budistas, la compasión hacia el prójimo es un tema central
de su religión.
Al aprender sobre otras religiones durante la clase llegué a preguntarme: «¿Y qué es lo distintivo del cristianismo? ¿Por qué soy cristiano y no musulmán o budista?». A simple vista todas las religiones se parecen. Todas creen en la existencia de Dios o de un panteón de dioses, todas nos invitan a ser buenos con los
demás. Pero si profundizamos un poco notaremos una gran diferencia entre el cristianismo y las demás religiones.
Casi todas las religiones siguen un patrón bastante similar. En primer lugar, se lleva a cabo una ceremonia de iniciación, como la circuncisión o la profesión de fe islámica. Posteriormente, una vez que la persona ha sido iniciada, comienza un recorrido espiritual. Finalmente, para recibir la recompensa y acceder al paraíso, se
debe someter a un juicio que determina la elegibilidad del individuo. Aparentemente, el cristianismo se ajusta perfectamente a esta descripción. Pero ¿y si te digo que no es así? En todas las religiones, la aceptación viene al final, después de pasar por el juicio; pero en el cristianismo somos aceptados por Dios en el momento en el que creemos en Jesucristo (ver Juan 5:24).
Visto desde esa perspectiva, el cristianismo ni siquiera es una religión, es una relación, y las relaciones no se basan en las obras sino en la aceptación. Ahora bien, las obras son importantes, pero ellas no nos sirven para que Dios nos ame y nos acepte. Ponemos en práctica las buenas obras no para ganar la aceptación de Dios sino porque ya hemos sido «aceptos en el Amado» (Efe. 1:6). Hoy puedes tener plena certeza de que en Cristo tienes vida eterna. Dios te ama y te acepta tal como eres. Además, pronto Jesús regresará para que estés siempre con él.

Matutina para Jóvenes
Jueves 16 de octubre de 2025
"Verdadera libertad"
«Les prometen libertad, siendo ellos mismos esclavos de la corrupción; porque todo hombre es esclavo de aquello que lo ha dominado» (2 Ped. 2:19)
¿En qué consiste la verdadera libertad? Posiblemente estés a punto de alcanzar la mayoría de edad y sueñas con ese momento glorioso en el que tú tomes todas las decisiones. Lo sé porque yo también estuve en esa situación. A menudo pensamos que, si tuviéramos un control total sobre nuestras vidas y pudiéramos hacer lo que nos plazca, entonces seríamos verdaderamente libres. Sin embargo, con el tiempo se hace evidente que deshacernos por completo de toda autoridad conduce a una vida esclavizante y vacía.
En uno de sus sermones, Jonathan Pokluda relata que la primera vez que asistió a una iglesia escuchó la historia de un caballo salvaje que solo quería ser libre. Al vivir en campo abierto, este caballo tenía que buscar su propia comida, agua y refugio para protegerse de la lluvia, todo mientras algunos hombres del pueblo cercano intentaban atraparlo. Un día, un vaquero logró capturar al caballo, lo llevó a su establo y lo colocó dentro de una cerca.
Como en ese momento estaba luchando con la idea de quién es Dios, Jonathan se vio a sí mismo reflejado en ese caballo. «¡No! Liberen el caballo», pensó mientras escuchaba la historia. Pero el vaquero no liberó el caballo. Lo cuidó, le brindó amor, lo entrenó hasta que pudo montarlo y, cuando lo montaba, lo llevaba a donde había comida y agua. El vaquero también resguardó al caballo de las inclemencias del tiempo. Fue entonces cuando el predicador dijo la frase que llevó a Jonathan Pokluda a los pies de Cristo: «Solo cuando el caballo se sometió por completo a su amo, experimentó la verdadera libertad por primera vez».
Puede parecer contradictorio, ¿verdad? Someterse a Dios para experimentar la verdadera libertad. Pero la realidad es que solo existen dos opciones: ser esclavos del pecado o ser siervos de Dios. Pablo escribe que «una vez libres de la esclavitud del pecado, ustedes han entrado al servicio de la justicia» (Rom. 6:18). Ahora, «el que era esclavo cuando fue llamado a la fe, ahora es un hombre libre al servicio del Señor; y, de la misma manera, el que era hombre libre cuando fue llamado, ahora es esclavo de Cristo» (1 Cor. 7:22). ¿Te gustaría hoy experimentar la verdadera libertad? Sométete a Dios por completo.

Matutina para Jóvenes
Miércoles 15 de octubre de 2025
"Tres prioridades"
«Al final de cada tercer año, lleva todo el diezmo de la cosecha de ese año a la ciudad más cercana y almacénalo allí. Dáselo a los levitas[…] y también a los extranjeros […], a los huérfanos y a las viudas» (Deut.
14:28-29, NTV)
Permíteme ir directo al punto: hoy quiero hablarte del diezmo. Sí, sé que no es un tema muy popular, ni tampoco suele incluírselo mucho en libros de meditaciones para jóvenes. Pero te invito a leer esta página hasta el final, pues quizás aprendas algo nuevo que te ayude a administrar mejor tu dinero.
Contrario a lo que muchos piensan, el Antiguo Testamento no habla de un diezmo, sino de tres. Si algunos tenemos problemas para devolver un diezmo, ¡imagínate si habláramos de tres! El primero es el que todos conocemos y practicamos hoy en día: la décima parte consagrada a Dios (ver Lev. 27:30-32), y que se usaba para el sostén de los levitas por su servicio en el templo.
El segundo diezmo se encuentra en Deuteronomio 14:22-27. Mucho antes de que se inventaran las vacaciones, la ley levítica exigía al judío subir a Jerusalén para las fiestas religiosas. Estas fiestas funcionaban como vacaciones para la familia y para cubrir los gastos, el padre de familia apartaba un segundo diezmo. Así que el «segundo diezmo» se empleaba para el bienestar del ser humano y la familia.
El tercer diezmo era para los pobres. Según Deuteronomio 14:28-29 se daba solo cada tres años y el texto sugiere que formaba parte de un proyecto comunitario en el que todos tenían que cooperar. Este diezmo, por lo tanto, era para el prójimo. La historia señala que la costumbre de dar tres diezmos se había mantenido hasta el tiempo de Cristo, y muchos judíos de la actualidad todavía la practican.
Dios, mi familia y mi prójimo. ¿No crees que esta es una buena forma de administrar nuestro dinero? Al dar a Dios, reconocemos su soberanía sobre todas las cosas. Al destinar parte de nuestros recursos para el disfrute familiar, fortalecemos los lazos que nos unen. Y al dar a los necesitados, recordamos que no estamos solos en este mundo; somos parte de una gran familia humana. Tu sufrimiento es mi sufrimiento y, por lo tanto, tengo el deber de aliviarlo. Mucho o poco, ¿cómo estás administrando tu dinero? ¿Qué dice tu dinero sobre tus prioridades?

Matutina para Jóvenes
Martes 14 de octubre de 2025
"Pedir es de sabios"
«Pidan, y Dios les dará» (Luc. 11:9)
¿Te atreverías a llamar por teléfono al dueño de una compañía multimillonaria para solicitar piezas de repuesto para un proyecto? Si piensas que sería una pérdida de tiempo, te invito a reconsiderarlo, porque hace varios años, eso fue precisamente lo que hizo Steve, un joven de California que quería construir un contador de frecuencia.
Un día Steve buscó en la guía telefónica el número de la casa de Bill Hewlett, el cofundador de la famosa compañía de tecnología Hewlett-Packard (HP). «Buenos días, ¿señor Hewlett? Soy Steve, tengo doce años y soy estudiante de secundaria. Quiero construir un contador de frecuencia. ¿Tendrá usted algunas piezas de repuesto que me regale?». El señor Hewlett no podía creerlo, así que soltó una risa, pero no solo le regaló las piezas al joven, sino que ese mismo verano le ofreció trabajo en su compañía. Su labor consistía en colocar tornillos y tuercas en la línea de ensamblaje de los contadores de frecuencia.
Varios años después, Steve recordó la experiencia. Ya no era un jovencito de secundaria, sino un famoso visionario, creador del iPod, el iPhone, el iPad y cofundador de Apple, la compañía más grande del mundo. «Muchas personas se pierden de grandes experiencias simplemente porque no piden —comentó—. Y eso es lo que separa a los que logran grandes cosas de los que solo sueñan con hacerlas. Tienes que actuar, estar dispuesto a fallar. Si no pides nunca llegarás lejos».
Si pedir parece ser la clave para emprender y tener éxito en el mundo de los negocios, ¿te puedes imaginar sus implicaciones en el ámbito espiritual? Por eso no me sorprende que Jesús se haya tomado la molestia de enseñarnos a pedir. En Lucas 11 el Maestro nos invita a pedir para que Dios nos dé. «Porque el que pide, recibe» (Luc. 11:10). ¿Será que muchos nos estaremos privando de grandes experiencias y bendiciones porque no nos animamos a pedir? Dios está más dispuesto a darnos sus bendiciones de lo que el señor Hewlett estuvo a darle piezas de repuesto a Steve Jobs. Solo tenemos que estar dispuestos a acercarnos en oración a él, y pedirle en el nombre de Jesús (Juan 14:13). ¿Tendrás hoy la audacia de pedirle a Dios?

Matutina para Jóvenes
Lunes 13 de octubre de 2025
"Gratificación aplazada"
«Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas» (Sant. 1:12, NTV)
Si te gusta el béisbol, de seguro habrás escuchado el nombre de Shohei Ohtani, el jugador de los Dodgers de los Ángeles que, mientras escribía este libro, firmó el contrato más jugoso en la historia de las Grandes Ligas: 700 millones de dólares por diez años.
Pero lo más sorprendente es la forma en la que está estructurado el contrato. Ohtani solo recibirá dos millones de dólares cada año durante diez años, o sea, 20 millones mientras dure el contrato. Los otros 680 millones los recibirá en 2033, cuando finalice el contrato. Este tipo de contrato es sumamente ventajoso para ambas partes. Como los Dodgers no tienen que pagar ahora, pueden contratar otras superestrellas; en tanto que Ohtani, que también recibe 35 millones de dólares anuales por concepto de publicidad, pagará menos impuestos y cuando vaya a recibir los 680 millones restantes, puede reubicarse a un lugar con menor carga impositiva.
¿Tú tendrías la capacidad de esperar diez años para recibir 680 millones de dólares si eso fuera lo más beneficioso? ¿O los tomarías ahora, aunque no sea lo más conveniente? Al escoger la primera opción, Ohtani demostró que conoce las ventajas de la gratificación aplazada.
Aunque quizás ninguno de nosotros reciba un contrato de 700 millones de dólares, cada día se nos presentan situaciones en las que tenemos que decidir entre el presente y el futuro, entre algo bueno hoy y algo mejor mañana. Posiblemente el mejor ejemplo de ello sea la vida eterna. Escoger la eternidad con Jesús requiere disciplina, dominio propio y perseverancia. Implica renunciar a los placeres del presente, conscientes de que lo que Dios tiene preparado para nosotros es mucho mejor.
Pablo indica que «nosotros luchamos por recibir un premio que no se marchita» (1 Cor. 9:25); por lo tanto «no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas» (2 Cor. 4:18). Hoy te invito a seguir el ejemplo de aquellos que escogen lo mejor, como Jesús, quien «por el gozo que le esperaba, soportó la cruz y no le dio importancia a la vergüenza que eso significaba» (Heb. 12:2, NBV).

Matutina para Jóvenes
Domingo 12 de octubre de 2025
"La ilusión de Dawkins"
«Antes que los montes fueran creados, antes que la tierra fuera formada, tú eras Dios sin principio ni fin» (Sal.
90:2, NBV)
Quizás hayas escuchado en algún momento el siguiente intercambio:
—¿Quién creó el universo?
—Dios.
—Y si Dios creó el universo, ¿quién creó a Dios?
Aunque la universal pregunta de quién creó a Dios a menudo la formulan los niños, no debiéramos ignorarla o subestimarla. De hecho, en su famoso libro The God Delusion [El engaño de Dios]. Richard Dawkins coloca esta pregunta como el pilar central de su argumento contra la existencia de Dios. «La hipótesis del diseñador
—escribe Dawkins— plantea de inmediato el problema más amplio de quién diseñó al diseñador» (p. 145).
¿Cómo podemos dar respuesta a esta interrogante?
Lo primero que hay que señalar es que esta pregunta demuestra la incomprensión que a menudo caracteriza a la mente incrédula. ¿Por qué lo digo? Porque preguntar quién creó a Dios es dar por sentado que Dios es un ser creado, mientras que el Dios de la Biblia se autodefine como el Creador no creado, «el alfa y la omega» (Apoc. 1:8) y el que habita en la eternidad (ver Isa. 57:15). Yo tampoco creo en el Dios en el que Dawkins y los ateos no creen, pues los dioses que tienen un principio son en realidad ídolos y no necesitamos que Dawkins escriba un libro para saber que esos dioses no merecen nuestra adoración. Un dios creado es una ilusión que solo puede existir en la mente de personas como Dawkins.
El Dios de la Biblia no tiene principio ni fin (ver Sal. 90:2). Es el creador de todo cuanto existe, como bien explica el «merismo» que aparece en Génesis 1:1:»cielos y tierra». Pero lo más maravilloso del Dios de la Biblia no es su poder ni su trascendencia, sino su amor. El mismo Dios que creó el universo, que no tiene principio ni fin, mediante el «misterio de la piedad» (1 Tim. 3:16), se convirtió en un ser humano y «vivió entre nosotros» (Juan 1:14). Y hoy, «el Señor que te creó te dice: «No temas, que yo te he libertado; yo te llamé por tu nombre, tú eres mío» (Isa. 43:1).

Matutina para Jóvenes
Sábado 11 de octubre de 2025
"El desafío de los hermanos"
«Hermanos, deseo que vivan felices y que busquen la perfección en su vida. Anímense y vivan en armonía y paz» (2 Cor. 13:11)
En 2009, Michael Jordan fue incluido en el Salón de la Fama del Baloncesto. Durante la ceremonia, Jordan explicó el origen de su naturaleza altamente competitiva, la cual lo caracterizó y le llevó a ganar seis campeonatos. «Mis hermanos me lo dieron todo en términos de competitividad. Mi hermano Larry peleaba conmigo todos los días y mi hermano mayor sirvió en el ejército durante 31 años. Pero la competitividad no se limita a ellos. Mi hermana Ross [Roslyn], que es un año menor que yo, tomó clases extra para graduarse de la secundaria conmigo, para ir a la Universidad de Carolina del Norte conmigo y para graduarse de la universidad antes de que yo lo hiciera. ¿Ustedes me preguntan de dónde viene mi naturaleza competitiva? Viene de ellos».
Las palabras de Jordan ilustran lo relevantes que son los hermanos en nuestra vida. Ellos nos desafían, nos llevan más allá de nuestros límites y nos impulsan a ser mejores. Yo no sería lo que soy hoy de no haber sido por la influencia que Jorge Lewis y Louis, mis hermanos, ejercieron sobre mí. Por eso algunos expertos en relaciones señalan que la relación con nuestros hermanos es la más importante de todas, pues nuestros padres se van demasiado pronto y nuestra pareja llega cuando ya estamos formados como personas. Pero nuestros hermanos son los que hacen todo el recorrido con nosotros.
Considerando la importancia que nuestros hermanos de sangre tienen en nuestras vidas, creo que resulta más fácil entender por qué la Biblia utiliza el término «hermano» para referirse a las personas que nos acompañan en nuestro andar con el Señor. Aunque no siempre compartimos un vínculo sanguíneo, aquellos que caminamos juntos por los senderos del Señor Jesús somos considerados hermanos, y como tal, ejercemos una gran influencia unos sobre otros.
En el versículo de hoy, Pablo señala que los hermanos en Cristo hemos de llenarnos de alegría; es decir, que hemos de ser una influencia positiva en la vida de los demás. Pero también el apóstol nos invita a «renovarnos», a desafiarnos unos a otros a ser mejores personas y mejores cristianos. Quién sabe si tu influencia espiritual en este día ayude a alguno de tus hermanos en Cristo a alcanzar el «salón de la fama» celestial.

Matutina para Jóvenes
Viernes 10 de octubre de 2025
"Titán"
«El prudente ve el peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño» (Prov. 22:3)
A las 9:30 de la mañana del 18 de junio de 2023, el sumergible «Titán» descendió a las profundidades del Atlántico con cinco ocupantes. Una hora y cuarenta y cinco minutos más tarde se cortó la comunicación con la superficie y a las 4:30 de la tarde, cuando el sumergible debió haber resurgido, se notificó a la guardia costera de la desaparición del Titán.
Durante cinco días todos estuvimos en vilo, esperando en vano que anunciaran que habían encontrado el sumergible con sus ocupantes sanos y salvos, pero unos días más tarde se anunció que la nave había implotado, posiblemente al mismo tiempo que se cortó la comunicación el 18 de junio.
En medio del dolor por las pérdidas humanas, se reveló que en varias ocasiones los ingenieros habían alertado sobre el riesgo de que el Titán sufriera una implosión. La nave no había sido construida siguiendo los estándares de calidad y tampoco había recibido la certificación necesaria para descender al fondo del océano.
¿Cómo pudieron estas cinco personas ignorar todas las señales que indicaban el peligro? Salomón contesta que «el prudente ve el peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño» (Prov. 22:3).
Aunque ignorar el peligro en el ámbito cotidiano puede ocasionarnos daño físico, hay otro aspecto en el que hay mucho más en juego. Dos versículos más adelante Salomón añade: «El camino del perverso está lleno de espinas y trampas, pero el que estima su vida se mantendrá alejado de ellas» (Prov. 22:5, NVI). De la misma manera en la que cuidamos nuestro cuerpo del peligro físico, el libro de Proverbios nos exhorta a proteger nuestras vidas del peligro espiritual.
Posiblemente ninguno de nosotros nos subiríamos a sabiendas a un avión defectuoso, ni conduciríamos un vehículo que no tiene frenos. Sin embargo, con frecuencia ignoramos las señales y nos colocamos en el terreno del enemigo, o nos metemos en situaciones que ponen en peligro nuestra relación con Dios. ¿Y cómo podemos obtener la sabiduría necesaria para evitar el peligro y así cuidar nuestra alma? Justo en el centro de los versículos 3 y 5 de Proverbios 22, Salomón señala que «la humildad y la reverencia al Señor traen como premio riquezas, honores y vida» (Prov. 22:4). Hoy te invito a presentarte ante el Señor, a reconocer su sabiduría y pedirle que te guíe en esta jornada.

Matutina para Jóvenes
Jueves 09 de octubre de 2025
"Una nueva perspectiva"
«En el principio Dios creó los cielos y la tierra» (Gén. 1:1, NVI)
El 21 de diciembre de 1968 no es el día más famoso de la carrera espacial, pero sin dudas fue uno de los más importantes. Aunque la mayoría de nosotros hemos leído acerca del alunizaje protagonizado por Armstrong y Aldrin, pocos hemos escuchado sobre Frank Borman, James Lovell y William Anders, quienes a bordo del Apolo 8 se convirtieron en los primeros humanos en abandonar la órbita terrestre. Orbitaron diez veces la luna, aunque no alunizaron, y fueron los primeros en observar el lado oscuro de la luna y contemplar nuestro planeta desde esa perspectiva.
La historia cuenta que el 25 de diciembre de 1968, al ver la tierra desde la luna, los tres astronautas a bordo del Apolo 8 se turnaron para leer los primeros diez versículos de la Biblia. «En el principio creó Dios los cielos y la tierra…». ¡Qué diferente debe ser leer este pasaje desde el espacio!
Lamentablemente no todos miraron con agrado la lectura de la Biblia desde el espacio. Poco tiempo después de la misión del Apolo 8, Madalyn Murray O’Hare, fundadora y presidente de American Atheists [americanos ateos], demandó al gobierno de los Estados Unidos por «mezclar la religión con asuntos seculares». Durante una entrevista, el astrofísico y ateo Neil deGrasse Tyson comentó al respecto que, si los astronautas se sintieron impulsados a leer la Biblia al ser los primeros en ver la tierra desde la luna, ¿quiénes somos nosotros para juzgarlos?
Cuando contemplamos las maravillas del universo no podemos hacer otra cosa que recordar con asombro las palabras de David: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos» (Sal.
19:1). El vasto universo con sus galaxias, nebulosas, agujeros negros, supernovas y cometas nos hace ver nuestra pequeñez y preguntarnos: «¿Qué es el hombre? ¿Qué es el ser humano?» (Sal. 8:4). No tienes que salir de la órbita terrestre para contemplar hoy la grandeza y la majestad de Dios. Basta con mirar a tu alrededor y ver las maravillas de la naturaleza, o con mirar en tu interior y ver lo que Dios puede lograr mediante su gracia y su amor. Eso producirá en ti el deseo de alabar a Dios y de abrir su Palabra para conocerlo mejor.

Matutina para Jóvenes
Miércoles 08 de octubre de 2025
¿Desear o no desear?
«Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos» (Mat. 5:6)
Durante el siglo VI antes de Cristo, en lo que ahora es Nepal, vivió Siddhartha Gautama, un ascético ambulante y maestro religioso que fundó el budismo. La tradición budista cuenta que Gautama nació en el seno de la familia real del clan Shakya, pero renunció al materialismo y se dedicó a la meditación. Alcanzó la «iluminación», por eso se le llama «Buda», que significa «el iluminado» o «el que ha despertado», cuando llegó a la conclusión de que el mayor problema que enfrentamos los seres humanos es el sufrimiento y que la principal causa del sufrimiento son los deseos. Durante muchos años, Buda enseñó a sus seguidores que si deseaban poner fin al sufrimiento, debían primero abandonar los deseos. Según la enseñanza budista, la eliminación de los deseos conduce a la liberación del ciclo de sufrimiento y al logro de la paz interior.
Cinco siglos después de Buda, vivió en Judea un hombre llamado Jesús de Nazaret, el Cristo. En su discurso más importante, el Sermón del Monte, el Maestro realizó una declaración completamente opuesta a lo que enseña el budismo: «Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos» (Mat.
5:6). ¿Lo notaste? Jesús nunca condenó el deseo. Como nuestro Creador, él sabe que «dejar de desear» es una expectativa irreal. Así que en vez de decirnos: «Abandonen los deseos», prefirió encauzar el torrente de los deseos por el camino de la justicia.
Al declarar dichosos a los que tienen hambre y sed de justicia, Jesús nos enseñó a distinguir entre los deseos correctos y los incorrectos, a dar prioridad a nuestro deseo de justicia, en vez de enfocarnos en aquellos deseos que nos perjudican a nosotros mismos y a nuestro prójimo.
¿Y por qué Jesús quiere que deseemos la justicia? Porque él sabe que cuando tú y yo deseamos que haya justicia en el mundo, pondremos todo nuestro empeño en vestir al desnudo, alimentar al hambriento, recibir al extranjero y sanar al enfermo. Desear la justicia implica enfocar todas nuestras fuerzas en resolver los problemas de la humanidad, en vez de solo teorizar al respecto o intentar desconectarnos de la realidad.
Dios ha dotado a cada uno de sus hijos con la capacidad de amar como él y de entregarnos como él para aliviar el sufrimiento de los demás. ¿Qué puedes tú hacer hoy para saciar tu hambre y tu sed de justicia?

Matutina para Jóvenes
Martes 07 de octubre de 2025
"¿Cuánto es suficiente?"
«No me hagas rico ni pobre; dame solo el pan necesario» (Prov. 30:8)
Hace unos años, a un grupo de personas se les preguntó cuánto dinero necesitaban de aumento para sentirse «suficientemente» satisfechos. Según la investigación, el número mágico es diez mil dólares. Sin embargo, cuando estas mismas personas recibieron aumentos salariales, se les volvió a hacer la misma pregunta y dijeron que diez mil dólares más serían «suficientes». Los investigadores concluyeron que estas personas nunca sentirán que tienen suficiente, independientemente de la cantidad.
Este estudio ilustra cómo a menudo nos centramos en lo que no tenemos, en lugar de en lo que sí tenemos. En lugar de creer que Dios nos ha bendecido y expresar gratitud por sus bendiciones, muchos hablamos y vivimos como si nunca tuviéramos suficiente.
La mentira de que no tenemos suficiente sugiere que Dios nos priva de cosas buenas. Esa fue la estrategia de Satanás en el Edén, cuando hizo creer a Adán y Eva que no tenían lo suficiente, que Dios les había negado un fruto que era «bueno para comer, agradable a los ojos y deseable para alcanzar la sabiduría» (Gén. 3:6). Cuando vemos la vida a través del prisma de la escasez, llegamos a la conclusión de que nunca tendremos suficiente y, al mismo tiempo, distorsionamos el carácter de Dios. Transmitimos al mundo la idea de que nuestro Dios no es más grande que nuestros problemas y que es incapaz de satisfacer nuestras necesidades. Implicamos que Dios no es generoso y, por ende, nos vemos impedidos de actuar con generosidad hacia los demás.
En contraste, tenemos la opción de ver el mundo a través del lente de la abundancia. Podemos vivir con la convicción de que Dios puede satisfacer todas nuestras necesidades y, de este modo, adoptar una perspectiva de agradecimiento por lo que tenemos en la vida. Cuando contemplamos la vida desde la perspectiva de la abundancia y actuamos con generosidad, estamos reflejando el carácter de Dios. Nuestra disposición a dar refleja el tipo de Dios al que servimos y afecta la manera en que los demás nos perciben como creyentes.
No necesitas tener diez mil dólares más en tu cuenta para tener suficiente. Hoy puedes tomar la decisión de ver la vida desde la perspectiva de la abundancia y la generosidad e imitar al Dios que cuida de las aves y que provee para todas nuestras necesidades (ver Mat. 6:26-32).

Matutina para Jóvenes
Lunes 06 de octubre de 2025
"¿Qué ves en el espejo?"
«Te aprecio, eres de gran valor y yo te amo» (Isa. 43:4)
En 2010 me uní a Facebook y rápidamente comencé a participar mediante publicaciones, fotos, comentarios y discusiones. Sin embargo, poco después descubrí otro aspecto de la red social.
Todo empezó cuando actualicé mi biografía en Facebook y añadí en mi perfil, en la sección de «ocupación», la palabra «pastor». Casi de inmediato empecé a notar que en las columnas laterales de la página aparecían anuncios publicitarios de camisas para clérigos. ¿Cómo logran los algoritmos de las redes «conocernos» tan
bien al punto que pueden presentarnos publicidad tan acertada? Pues por la misma información que nosotros le suministramos en la forma de fotos, estados, música, ubicación y demás.
Las redes sociales y sus algoritmos actúan como un espejo que nos refleja una imagen de nosotros mismos; sin embargo, esta imagen no es la única ni la definitiva. Nos muestran no solo lo que somos, sino también lo que podríamos llegar a ser. Revelan lo que tenemos, pero también lo que nos falta. Nos muestran nuestros gustos, pero también nos confrontan con desafíos. Nos muestran lo que nos brinda felicidad, pero también lo que nos causa sufrimiento.
Este espejo puede ser una herramienta útil para conocernos mejor, pero también puede ser una trampa si nos dejamos llevar por la ilusión de que esa imagen es la única realidad, y que no hay nada más allá de ella. Por eso, muchas personas sufren de depresión y ansiedad al comparar sus vidas «miserables» con las vidas «perfectas» que ven en las redes sociales. Si nos aferramos demasiado a lo que el espejo nos muestra, corremos el riesgo de perder de vista nuestra esencia, nuestra identidad, nuestra misión y nuestro propósito en la vida.
Quizás te estés preguntando: «¿Y dónde puedo encontrar mi esencia, mi identidad, mi misión y mi propósito en la vida?». La respuesta se encuentra en las Escrituras. Allí descubrirás que Dios te creó a su imagen y semejanza (Gén. 1:26), que él te ama y que vales mucho para él (Isa. 43:4), que entregó a su Hijo para salvarte (Juan 3:16) y que muy pronto volverá a buscarte para que estés donde él está (Juan 14:1-3).
Tú eres más de lo que reflejan tus redes o cualquier otro aspecto de tu vida. Tienes en tus manos el poder de alcanzar grandes metas y ser lo que Dios quiere que seas. ¿Aceptarás el desafío?

Matutina para Jóvenes
Domingo 05 de octubre de 2025
¿Qué hay en tu interior?
«Cuando lo insultaban, no contestaba con insultos; cuando lo hacían sufrir, no amenazaba» (1 Ped. 2:23)
Se cuenta que en cierta ocasión un profesor entró al aula con un limón en la mano. Lo sostuvo durante unos segundos y luego preguntó a sus alumnos: «¿Qué pasaría si exprimo este limón?». Casi al unísono, varios de los alumnos contestaron que saldría jugo de limón. Entonces, el maestro volvió a inquirir: «¿Por qué sale jugo de limón y no otra sustancia?». Después de pensarlo por unos segundos, uno de los alumnos señaló: «¡Porque eso es lo que hay dentro del limón!»
Asintiendo con la cabeza, el maestro se dirigió de nuevo a los alumnos: «Cuando la vida te exprime, cuando experimentas situaciones extremas, cuando los demás te maltratan, ¿qué sale de ti?». Acto seguido señaló lo que tú y yo bien sabemos. La mayoría de nosotros nos enojamos, lloramos e insultamos cuando las circunstancias se tornan difíciles. ¿Pero por qué reaccionamos de semejante manera? La ilustración del limón sugiere que, si reaccionamos de forma explosiva e hiriente cuando alguien nos «exprime», ello se debe menos a la naturaleza de la situación y más a lo que hay en nuestro interior.
Lo que sale de ti en circunstancias extremas es lo que siempre ha habido allí. Si sale odio, es porque siempre ha habido odio allí; si salen malas palabras, es porque ellas siempre han estado allí. Por contraste, ¿qué salió de Jesús cuando fue llevado al límite durante la crucifixión? Cuando los dirigentes judíos se burlaron de Jesús en la cruz y cuando los soldados romanos lo insultaron, él simplemente respondió: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (ver Luc. 23:34), porque eso era lo que había en su interior: perdón, amor y bondad.
Si al leer el párrafo anterior te preocupaste, especialmente al recordar tu reacción en alguna situación estresante, tengo buenas noticias para ti. A diferencia del limón, tú sí puedes cambiar lo que hay en tu interior. Hoy tú puedes tomar la decisión de imitar a Jesús y llenar tu interior de amor, compasión, virtud y perdón. Hoy puedes renovar lo que hay en tu mente mediante el poder del Espíritu Santo y revestirte de una nueva naturaleza «creada a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad» (Efe. 4:24). Al cambiar tu interior, también cambiará lo que brota de ti en circunstancias difíciles.

Matutina para Jóvenes
Sábado 04 de octubre de 2025
"Ciudadanos"
«Por eso, ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de su tierra, sino que ahora comparten con el pueblo santo los mismos derechos, y son miembros de la familia de Dios» (Efe. 2:19)
A finales de 2015, me trasladé a los Estados Unidos como parte del proceso de comenzar a trabajar en IADPA. Aunque inicialmente llegué con una visa de trabajo religioso, con el tiempo obtuve la residencia permanente en este país y recibí una tarjeta que debía presentar cada vez que ingresaba al país. En esa tarjeta puede verse una foto mía que parece la de un fugitivo de la ley, junto con la frase: «Extranjero residente». Cada vez que la miro, recuerdo que este no es mi país; que, aunque puedo vivir y trabajar aquí, solo soy un «extranjero residente».
Pero cuando faltaban unos pocos días para finalizar de escribir Hoy es tendencia finalicé mi proceso de ciudadanía. Asistí a una ceremonia donde me entregaron un certificado de naturalización que me garantiza todos los derechos y privilegios de un ciudadano de este país. Ahora ya no soy «extranjero residente». Cada
vez que entro al país, el oficial de migración mira mi pasaporte y me dice con una sonrisa: «Bienvenido a casa, señor».
Aunque en el ámbito cotidiano ser extranjero no tiene nada de malo, las cosas funcionan de forma diferente en la esfera espiritual. Pablo escribió a los creyentes de Colosas: «Ustedes antes eran extranjeros y enemigos de Dios en sus corazones» (Col. 1:21). Ser extranjeros en lo que respecta a nuestra relación con Dios equivale a ser «enemigos» de Dios. Pero la buena noticia es que Dios no nos dejó siendo extranjeros. «Pues por medio de Cristo […], ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de su tierra, sino que ahora comparten con el pueblo santo los mismos derechos, y son miembros de la familia de Dios» (Efe. 2:18-19).
Lo mejor de ser ciudadanos del reino de los cielos es que no tuvimos que pasar por un tedioso proceso ni pagar para que procesaran nuestra solicitud. Tampoco tuvimos que acudir a una entrevista y demostrar nuestra elegibilidad. Nada de eso. Hoy en día, somos conciudadanos de los santos, pues Dios nos ha adoptado como sus hijos mediante Jesucristo. Y muy pronto, cuando Cristo regrese, escucharemos esas palabras reconfortantes en la entrada de la Nueva Jerusalén: «Bienvenido a casa, hijo».

Matutina para Jóvenes
Viernes 03 de octubre de 2025
"Aunque la muerte nos separe"
«El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia» (1 Cor. 13:7, NTV)
En la Holanda del siglo XIX hubo una pareja que se destacó no solo por su vida, sino por su muerte. Me refiero a Jacobus Warnerus Constantinus van Gorkum, un coronel de la caballería holandesa y Josephina Carlina Petronela Hubertina van Aefferden. ¿Y qué puede tener de interesante esta pareja aparte de sus largos nombres? Jacobus y Josephina contrajeron nupcias en 1842. Jacobus era protestante; Josephina, católica.
Hoy en día, esa unión no sería considerada escandalosa, pero en la Holanda del siglo XIX seguramente
atrajo comentarios, ya que en ese momento existía una ley conocida como «pilarización», que segregaba todos los establecimientos públicos según su afiliación política o religiosa.
A pesar de la polarización religiosa de su país, Jacobus y Josephina lograron mantenerse juntos durante cuatro décadas. Cuando llegó la vejez, como era de esperarse, querían que los enterraran juntos, pero la pilarización lo prohibía. Así que Jacobus, que murió primero, fue enterrado en un cementerio protestante. Ocho años después, al fallecer Josephina, fue sepultada en un cementerio católico, justo en la pared que limitaba con el cementerio protestante y donde reposaba su esposo. Para unir las tumbas a lo largo del muro, se colocaron dos manos entrelazadas.
En una era que se considera de libertad y tolerancia, resulta curioso observar cómo para muchos es más sencillo erigir muros que nos separen. Muros que dividen a derechas e izquierdas, a ricos y pobres, a los educados de aquellos sin educación, a cristianos y ateos. Es justo por eso que hoy se necesitan «Jacobus» y «Josephinas» modernos, que extiendan sus manos por encima de los muros para unir. Jóvenes y señoritas que no se dejen condicionar por las diferencias externas, sino que busquemos la unidad y la armonía mediante
ese amor que «cubre todas las faltas» (Prov. 10:12) y que seamos capaces de ver más allá de las limitaciones humanas.
Hoy, tanto tú como yo tenemos la oportunidad de ser representantes del Dios de amor, quien no permitió que el pecado nos mantuviera separados de él. En Cristo Jesús, extendió su mano por encima del muro para salvarnos. ¿Te animas a seguir su ejemplo?

Matutina para Jóvenes
Jueves 02 de octubre de 2025
"Ansiedad óptima"
«No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente» (Rom. 12:2, NVI)
¿Te has preguntado alguna vez si estás viviendo a la altura de lo que Dios espera de ti? A menudo resulta fácil conformarse con una vida espiritual rutinaria, cómoda y sin riesgos. Nos quedamos en nuestra zona de confort, donde nos sentimos seguros y controlamos todo lo que nos rodea.
Pero la zona de confort no es el lugar donde Dios quiere que estemos. Él quiere que nos atrevamos a hacer cosas nuevas, a superar nuestros límites, a crecer y a madurar. Para eso, necesitamos estrés, aunque parezca extraño.
En 1908, los psicólogos Robert Yerkes y John Dodson comprobaron la relación que existe entre el estrés y el rendimiento. Su investigación dio lugar a la ley de Yerkes-Dodson, que dice que cuando una persona está trabajando en las condiciones a las que está acostumbrada, rendirá de forma constante a un determinado nivel. Pero para superar ese nivel deberá salir de la rutina acostumbrada. No demasiado, ya que su rendimiento se verá afectado; pero sí lo suficiente como para empujarla a un nivel superior. Llamaron a ese punto de rendimiento el nivel de «ansiedad óptima». Es como si las dificultades, el peligro y el estrés actuaran como catalizadores de un mejor rendimiento.
Para vivir a la altura de su llamado, Abraham tuvo que salir de Ur de los caldeos; David tuvo que dejar el rebaño y enfrentar el gigante; Daniel tuvo que entrar al foso de los leones y Ester a la presencia del rey. Pedro tuvo que dejar sus redes y Pablo aventurarse a predicar el evangelio a los gentiles.
¿Qué te impide salir de tu zona de confort? ¿El miedo? ¿La pereza? ¿La duda? Sea lo que sea, no dejes que te detenga. Dios tiene planes maravillosos para ti. Pero para descubrirlos y vivirlos, tienes que salir de tu zona de confort y seguir a Dios.
No te conformes hoy con lo que tienes. Busca lo que Dios tiene para ti. Experimenta una transformación, renueva tu mente y verás cómo Dios te sorprende con su amor, su gracia, su presencia y su poder. Verás cómo él te usa para bendecir a otros y para glorificar su nombre.

Matutina para Jóvenes
Miércoles 01 de octubre de 2025
"Tan inteligente como una rata"
«El buey reconoce a su dueño y el asno el establo de su amo; pero Israel, mi propio pueblo, no reconoce ni tiene entendimiento» (Isa. 1:3)
El reino animal está lleno de sorpresas. A veces, los animales que consideramos dañinos pueden jugar un papel importantísimo en el avance de la ciencia. Un claro ejemplo de esto es lo que sucede con las ratas en África. Un reportaje de la BBC señaló que los investigadores en este continente han logrado entrenar ratas para detectar el olor de la tuberculosis en muestras de saliva. Los expertos escogieron las ratas porque son muy inteligentes y aprenden rápido. Una vez entrenadas, pueden detectar la tuberculosis en apenas siete minutos, mientras que un científico se demora todo un día para lograrlo.
Aunque nos resulte increíble, a veces los animales parecen ser más inteligentes que los seres humanos. Tomemos como ejemplo lo que la Biblia presenta en el libro de Jonás. En el primer capítulo, Dios manda al pez a tragarse a Jonás, y el pez obedece (1:17). En el capítulo 2, Dios manda al pez a vomitar a Jonás, y el pez obedece (2:10). En el capítulo 4, Dios manda a la calabacera a que le dé sombra al profeta amargado, y la planta obedece (4:6); manda el gusano a que hiera la planta, y el gusano obedece (4:7). ¡El único que no obedece a Dios en todo el libro es Jonás! El que conoce a Dios no le obedece.
Jonás nos invita a mirarnos en el espejo y preguntarnos si nuestra actitud hacia Dios demuestra inteligencia o terquedad. Isaías señala que «el buey y el burro conocen a su dueño y saben quién les da de comer».
¿Reconocemos tú y yo a Jesús como nuestro Señor, Creador y Sustentador? ¿Le agradecemos por sus bondades y cuidados? ¿Le obedecemos y seguimos sus mandamientos? ¿Lo buscamos y escuchamos su voz? O, por el contrario, ¿lo ignoramos y nos apartamos de él? ¿Lo desafiamos y lo cuestionamos con nuestra soberbia como Jonás?
¿Cómo reaccionaremos en este día ante Aquel que nos ama tanto que dio su vida por nosotros? Al comenzar este día, el Señor desea encontrar un espacio en tu agenda, quiere morar en tu corazón y llenarte de paz y plenitud. Tu respuesta a su invitación dirá mucho de ti.

Matutina para Jóvenes
Martes 30 de septiembre de 2025
"Jugando por el librito"
«¿Cómo podrá el joven llevar una vida limpia? ¡Viviendo de acuerdo con tu palabra!» (Sal. 119:9)
Caminaba impaciente por el lateral de la cancha mientras sus ojos seguían la bola. Faltaban 47 segundos y perdían por un punto cuando el equipo contrario robó el balón y encestó un tiro de tres, aumentando así la ventaja a cuatro puntos. Disgustado, el entrenador pidió un tiempo muerto.
«Necesitamos cinco puntos para ganar y tenemos solo 43 segundos para lograrlo —dijo—. Lewis, intenta sacar una falta, eso detendrá el reloj por unos instantes y nos dará dos tiros libres. Si el jugador número 27 toma el balón, denle una falta, es el peor tirador libre de ellos. ¡A ganar! El equipo jugó según las instrucciones y ganaron. ¿Por qué? Porque el entrenador conocía las reglas del baloncesto y sabía cuáles seguir y cuáles romper para sacar la mayor ventaja posible de la situación.
Según la NBA, el baloncesto tiene solo doce reglas, pero cada una puede tener hasta 18 secciones y cada sección hasta 17 subdivisiones. Aparte, hay guías específicas para otras 16 circunstancias especiales. Algunos, como Jerry Krause, exgerente de los Chicago Bulls, se han dado a la ardua tarea de memorizar en detalle e interpretar cada una de estas reglas. Con razón lo llaman la Biblia del baloncesto.
Para muchos de nosotros la Biblia es simplemente eso: «las reglas del juego». Un libro que hemos de memorizar para saber qué reglas debemos seguir y cuáles podemos romper, o doblar un poco, para sacar la mayor ventaja posible de Dios y de la vida. Los fariseos del tiempo de Jesús eran expertos en ese deporte. Eran hábiles diezmando el anís, la menta y el comino (Mat. 23:23), sabían qué clase de juramento era obligatorio y cuál no (Mat. 23:16) y qué había que hacer para no ayudar financieramente a los padres cuando estos estaban en la vejez (Mar. 7:11).
Para Jesús, la Biblia es más que un libro de reglas, es un cofre que contiene un valioso tesoro. Mira lo que dice a los fariseos de su tiempo, y también a los de hoy: «Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí!» (Juan 5:39). La vida eterna no consiste en memorizar reglas y pasajes de las Escrituras, sino en encontrar en ellas a Cristo Jesús.

Matutina para Jóvenes
Lunes 29 de septiembre de 2025
"Las consecuencias no se hicieron esperar"
«Entonces Dios el Señor expulsó al ser humano del jardín del Edén para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho» (Gén. 3:23, NVI)
Ayer realizamos una radiografía a la forma en la que opera la tentación en la mente humana. En cambio hoy te quiero invitar a considerar los resultados del pecado utilizando el mismo esquema de la meditación de ayer. Hagamos una radiografía de lo que pasó aquella tarde en el huerto de Edén, reflexionemos en la historia y aprendamos de ella.
«En ese momento se les abrieron los ojos» (vers. 7) Consciencia de un cambio.
«los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos» (vers. 7) Sentimiento de vergüenza y vulnerabilidad.
«cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas» (vers. 7) Justificación propia.
«a la hora en que sopla el viento de la tarde» (vers. 8) Postergar la búsqueda de Dios.
«corrieron a esconderse de él» (vers. 8) «tuve miedo» (vers. 10)
Relación con Dios fracturada. Miedo.
«La mujer que me diste por compañera» (vers. 12) «La serpiente me engañó» (vers. 13) Culpar a los demás y a Dios por nuestros errores.
«Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos» (vers. 16) «la tierra va a estar bajo maldición por tu culpa» (vers. 17) «en tierra te convertirás» (vers. 19) Efectos del pecado sobre las personas, las relaciones, la naturaleza y la vida.
El relato de la caída de nuestros primeros padres encierra dos grandes lecciones.
En primer lugar, es importante reconocer que nuestros actos tienen consecuencias, algunas de las cuales podemos experimentar de inmediato, mientras que otras pueden manifestarse a largo plazo. En segundo lugar, a pesar del grave error cometido por Adán y Eva, Dios les ofreció perdón y gracia. Proveyó una solución inmediata al problema
de la desnudez al confeccionarles túnicas de pieles y vestirlos (Gén. 3:21), y una solución definitiva, aunque a largo plazo, para el problema del pecado (Gén. 3:15). Pablo estaba en lo cierto cuando escribió: «donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia» (Rom. 5:20, NVI).

Matutina para Jóvenes
Domingo 28 de septiembre de 2025
"Radiografía de la tentación"
«Uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte» (Sant. 1:14-15)
Es probable que en algún momento te hayan realizado una radiografía, posiblemente como parte de un chequeo rutinario. Este tipo de estudio emplea rayos X para producir imágenes de las estructuras internas del cuerpo, particularmente de los huesos. Esto permite a los médicos detectar fracturas, infecciones, caries, cáncer y otros tipos de lesiones.
Aun con sus limitaciones, la radiografía es uno de los mecanismos más rápidos para ofrecer un diagnóstico. Con esta idea en mente te quiero invitar a realizar una radiografía de la primera tentación. Considero que entender mejor cómo Satanás tentó a Eva nos puede ofrecer una idea general de cómo funciona la tentación, pues, aunque han pasado miles de años, el diablo sigue usando la misma fórmula. Echemos un vistazo a Génesis 3:6. Después de un breve diálogo con la serpiente:
«Al ver la mujer» Todo comienza cuando nos detenemos a contemplar el pecado, en este caso representado por el fruto.
«que árbol era bueno para comer» Cambiamos la valoración de lo prohibido. Para Eva, el árbol pasó a ser como los demás: bueno.
«agradable a los ojo» Dar prioridad a la apariencia estética, a los valores pragmáticos y a lo sensorial por encima de la Palabra de Dios.
«y deseable para alcanzar la sabiduría» Considerar los supuestos beneficios que obtendremos al practicar el acto.
«tomó de su fruto» La percepción y la imaginación dan lugar a la decisión…
«y comió»… y a la acción. La brevedad con que se describe la acción, en contraste con la extensión de la tentación y la consideración previa indican que Eva actuó rápidamente.
«y dio también a su marido» Inducir a otros a pecar.
¡Cuánto dolor, enfermedad y muerte el mundo se hubiera evitado, si Eva hubiese respetado los límites establecidos por el Creador! ¿Cuáles son las tentaciones con las que más luchas, y qué elementos de tu vida deberías eliminar o restringir para evitar acercarte a esas tentaciones?

Matutina para Jóvenes
Sábado 27 de septiembre de 2025
"Súbete a la bici"
«Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo; hazlo en secreto» (Mat. 6:3-4)
Quizás nunca hayas escuchado hablar de Gino Bartali, el ciclista italiano que ganó el Tour de Francia con apenas 24 años y contaba con el respaldo de Benito Mussolini, quien lo nombró «ciclista del régimen». Como Italia era aliada de la Alemania nazi, ser el «ciclista del régimen» implicaba apoyar las atrocidades cometidas contra los judíos. Pero Gino escogió una ruta diferente.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Gino formó parte de una red clandestina. Transportaba los documentos necesarios para que los judíos pudieran escapar del país y evitar así su deportación a los campos de exterminio, ocultándolos en el armazón de su bicicleta y debajo del sillín. Gino «entrenaba» con su uniforme oficial, de forma que todos lo reconocían a la distancia. Si lo detenían en un puesto de chequeo, él sonreía, firmaba autógrafos y decía: «Estoy entrenando». Nadie nunca sospechó que el deportista que le había dado a Mussolini el Tour de Francia en realidad ayudó a salvar la vida de más de ochocientos judíos.
Lo más sorprendente es que Gino se llevó su secreto a la tumba en el año 2000. Fueron los hijos de un contador judío, Giorgio Nissim, los que publicaron la verdad, al encontrar la evidencia entre la correspondencia de su padre. Andrea Bartali, el hijo de Gino, dijo al respecto: «Mi padre casi nunca nos habló de lo que hizo durante la guerra. Decía tan solo que «en la vida, esas cosas se hacen y basta»».
La historia de este ciclista nos recuerda que podemos marcar la diferencia mediante nuestras acciones cotidianas. «Entrenar» para un evento deportivo, estudiar o trabajar pueden ser la bici que tú y Dios utilicen hoy para compartir el evangelio, salvar una vida o cambiar el mundo. Pero considero que hay otra lección igualmente importante en esta historia.
En la era de las redes sociales y los selfis, el ejemplo de Gino nos recuerda que no debemos hacer el bien solo para presumirlo en un TikTok o conseguir un like. Jesús nos aconsejó: «Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» (Mat. 6:3, NTV). Algunos actos de bien deben quedar solo entre Dios y nosotros. Gino Bartali expresó la misma idea de Cristo cuando dijo que «algunas medallas están hechas para colgarse del alma, no de la chaqueta».

Matutina para Jóvenes
Viernes 26 de septiembre de 2025
"Animales peligrosos"
«¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!» (1 Cor. 15:57)
Nuestro planeta está repleto de bellezas naturales y animales sorprendentes por sus capacidades. Sin embargo, también alberga bestias aterradoras y peligrosas. Una de ellas es el oso grizzly. Este oso es una subespecie norteamericana del oso pardo, que suele vivir en las tierras altas del territorio norteamericano. Alcanza un peso de hasta 550 kg y puede medir hasta 2,4 metros de altura cuando se apoya sobre sus patas traseras. Aunque por lo general no atacan a menos que sean provocados, cuando lo hacen podrían causar graves heridas e incluso la muerte. Por eso, si te adentras en una zona habitada por osos grizzly, es crucial que tomes una serie de precauciones. Por ejemplo, cargar en todo momento espray para osos y, si te encuentras con ellos, debes hacer ruido y jamás acercarte a sus crías, entre otras medidas.
Aunque los autores bíblicos no conocieron el terrible oso grizzly, sí estaban al tanto de la existencia de animales peligrosos y temibles y utilizaron el animal más peligroso del Antiguo Cercano Oriente como ejemplo del ser más peligroso del universo: Satanás. Pedro nos advierte que «el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar» (1 Ped. 5:8, NVI) y no existe un objeto, amuleto o estrategia posible para evitar el ataque de Satanás. Ni siquiera Jesús pudo evitar los ataques del enemigo (ver Mateo 4:1-11).
Pero la Biblia no solo nos advierte de la presencia y malignidad de Satanás, también nos aconseja no enfrentarlo. En la oración modelo, Jesús nos enseñó a pedir: «Líbranos del maligno» (Mat. 6:13), lo que indica que Satanás es demasiado poderoso para nosotros y que no podemos vencerlo por nuestras propias fuerzas. Por lo tanto, necesitamos que Dios nos libre de sus ataques. Santiago añade que nada más podemos «resistirlo» (Sant. 4:7). Pablo señala que solo Dios tiene el poder de aplastar a Satanás bajo nuestros pies (Rom. 16:20).
Sí, Satanás es tan peligroso como un león, pero la Biblia también señala que la victoria es posible mediante la sangre del Cordero. Juan describe la victoria del pueblo de Dios con las siguientes palabras: «Nuestros hermanos lo han vencido con la sangre derramada del Cordero» (Apoc. 12:11). Hoy Satanás intentará destruirte, pero con Jesús de tu lado la victoria final estará garantizada.

Matutina para Jóvenes
Jueves 25 de septiembre de 2025
"Niños perdidos"
«Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:10)
Imagina que un día enciendes tu computadora solo para descubrir que eres un niño perdido. Suena triste, lo sé; pero exactamente eso fue lo que le pasó a Marx Barnes. Un día de 2011, Marx ingresó al sitio web missingkids.com, donde encontró una fotografía suya creada a computadora. Debajo, se explicaba que así luciría en el presente un niño que había desaparecido en 1977. «Eso me dio escalofríos», confesó Marx en una entrevista.
¿Qué había pasado? El 21 de junio de 1977, con apenas seis meses, la madre de Marx salió con el bebé, pero nunca regresó. Debido a una serie acontecimientos lamentables, ella terminó en un hospital psiquiátrico y el bebé quedó bajo la tutela del estado, ¡en un orfanato a tan solo 45 kilómetros de su casa!
Aunque Marx siempre tuvo dudas respecto a sus orígenes, nunca sintió el deseo de encontrarse con su verdadera familia. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con su media hermana, Jennifer Monnheimer. Ella solo tuvo un deseo en la vida: saber qué había pasado con su medio hermano. En el año 2001, cuando ya la policía había cerrado el caso, Jennifer convenció a los oficiales de que lo reabrieran y eso llevó a la policía a crear la imagen a computadora que Marx había encontrado.
Al igual que Marx, tú y yo, y toda la raza humana, somos niños perdidos, extraviados. El profeta Isaías escribe que «todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros» (Isaías 53:6, NTV). Pablo añade que «todos se han ido por mal camino; todos por igual se han pervertido. ¡No hay quien haga lo bueno! ¡No hay ni siquiera uno!» (Romanos 3:12). Si aquella tarde, en el Edén, Dios no hubiese salido a buscar a nuestros primeros padres, nuestros casos hubiesen quedado sin resolver.
Pero la buena noticia para todos los «niños perdidos» en este día, es que nuestro caso no quedó archivado en el cielo. Jesús es nuestro Hermano mayor, él nunca se rinde y no se detendrá hasta encontrar a sus criaturas. Mediante su nacimiento, vida, muerte, resurrección y ascensión, él vino «a buscar y salvar lo que se había perdido» (Lucas 19:10) y hoy continúa buscando y salvando. ¿Te dejarás hallar?

Matutina para Jóvenes
Miércoles 24 de septiembre de 2025
"Metamorfosis"
«Permítanme revelarles un secreto maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados!» (1
Cor. 15:51, NTV)
Las mariposas son quizás los insectos más diversos y hermosos del mundo. Los lepidopterólogos señalan
que existen más de 180,000 especies de mariposas, cada una con sus propios colores, formas y patrones. Las mariposas pasan por cuatro etapas en su ciclo de vida: huevo, oruga, crisálida y adulta. La etapa más sorprendente es la tercera, cuando la oruga se envuelve en un capullo y se somete al proceso de metamorfosis hasta convertirse en una mariposa. Lo que antes era un gusano arrastrado y voraz, ahora es
una criatura alada y delicada.
Los seres humanos también pasamos por diferentes fases y etapas en nuestra vida espiritual y atravesamos más de un tipo de transformación. De hecho, las transformaciones que Dios obra en nosotros harían que cualquier mariposa se quisiera morir de la envidia, si eso fuese posible. Cuando nos encontramos con Cristo y le abrimos nuestro corazón experimentamos la primera transformación, que la Biblia llama «regeneración». El Espíritu Santo es quien produce este cambio radical en nosotros y a menudo se describe mediante la metáfora de un nuevo nacimiento, o «pasar de muerte a vida» (Juan 5:24; Luc. 15:32).
Una vez hemos sido rescatados por Jesús, empieza una nueva etapa en nuestras vidas en la que hemos de vivir para Cristo (ver Gál. 2:20) y «buscar las cosas del cielo» (Col. 3:1). Mirar a Jesús cada día es lo que produce en nosotros un cambio gradual y progresivo (2 Cor. 3:18). La Biblia se refiere a esta etapa como la «santificación», y es una obra que dura toda la vida. Pero esto no debiera abrumarnos, pues Pablo dice que el Dios que «comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva» (Fil. 1:6, NTV).
Pero la transformación no termina aquí. Si te fijaste, Pablo dice que la «buena obra» queda completamente terminada «el día que Cristo Jesús vuelva». Ese día el Señor «cambiará nuestro cuerpo miserable para que sea como su propio cuerpo glorioso» (Fil. 3:21). A eso se le conoce como la «glorificación». En aquel momento alcanzaremos la plenitud y «seremos como él» (1 Juan 3:2).
No te conformes hoy con ser una oruga envuelta en tus debilidades, deja que el Señor realice la mejor metamorfosis en ti.

Matutina para Jóvenes
Martes 23 de septiembre de 2025
"Ser como Mike"
«Les di mi ejemplo para que lo sigan» (Juan 13:15, NTV)
En 1991, Gatorade contrató a Michael Jordan como su representante publicitario. La campaña publicitaria que crearon alrededor de la estrella tenía como eslogan: «Ser como Mike». En uno de los comerciales, un coro de jovencitos canta la siguiente canción: «A veces sueño que él soy yo. Tienes que ver que así es como sueño ser. Sueño que me muevo, sueño que surco como Mike. Si pudiera ser como Mike, como Mike. Oh, si pudiera ser como Mike, ser como Mike, ser como Mike». El comercial también incluía escenas de Jordan jugando baloncesto con niños que imitaban sus movimientos.
Ser como Michael Jordan fue el sueño de toda una generación. Después de todo, Jordan es, sin dudas, el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. Su carrera ha servido como inspiración a millones de jóvenes alrededor del mundo.
El comercial de Gatorade me recuerda las palabras de nuestro Señor a sus discípulos en ocasión de la Última Cena: «Les di mi ejemplo para que lo sigan» (Juan 13:15, NTV). ¿Ejemplo de qué? De humildad, de servicio y de mansedumbre, tres virtudes que no gozan de buena popularidad en nuestro tiempo. Hoy todos queremos alcanzar la fama derrotando a los demás para escalar al primer puesto; pero Jesús nos dejó un mejor
ejemplo, él trazó para nosotros un camino diferente.
Aquella noche en el aposento alto, Jesús hizo lo que ningún maestro de la época haría, pues él sabía que los seres humanos aprendemos imitando lo que observamos. Por eso él lavó los pies de sus discípulos en vez de pronunciar un discurso. ¿Habrá surtido efecto? La historia del cristianismo señala que sí. Un siglo después de la muerte de Jesús, Tertuliano escribió de los primeros cristianos: «¡Mirad cómo se aman! Mirad cómo están dispuestos a morir el uno por el otro».
El mundo ha contado con grandes genios, célebres deportistas y grandes estadistas, pero ninguno de ellos ha logrado tener el impacto de Jesús de Nazaret. Ninguno goza hoy de «un nombre que está por encima de todos los nombres» (Fil. 2:9, NBV). ¿Te gustaría ser como él? No, no es un eslogan publicitario, sino una verdad que puede hacerse realidad en tu vida hoy. Ser como Jesús.
